✶La Novia Black✶ ✶Harry Potter✶ ✶Traducción✶

✶Capítulo I✶

La señorita Lily Evans estaba casi en la esquina final de sus rondas de Prefectos, en las mazmorras esta semana, y no quería nada más que irse a la cama. Tal como estaban las cosas, estaba cumpliendo una doble función porque Remus Lupin estaba de nuevo en la enfermería. Cómo los Merodeadores pensaron que alguien con un poco de sentido común no sabía que Lupin era un hombre lobo estaba más allá de ella.

"Por otra parte, parece haber una marcada falta de sentido común por aquí", murmuró Lily.

Dobló su túnica de lana más cerca de ella, temblando en el aire de la tarde. La mordedura del invierno parecía mucho peor en las mazmorras, incluso peor que en la Torre de Gryffindor, muy arriba en el cielo. "Tal vez el frío es la razón por la que los Slytherin están tan malhumorados todo el tiempo", se rió entre dientes Lily.

Un ruido sordo y una dolorosa bocanada de aire a la vuelta de la esquina inspiraron a Lily a sacar su varita.

"Escucha aquí, Black. Tu hermano podría ser una causa perdida, confraternizando con la inmundicia, pero tienes potencial. El Señor Oscuro quiere conocerte. Le hemos contado todo sobre cómo eres un prodigio de Encantamientos. Está muy intrigado. Ven con nosotros y tu futuro será más brillante que nunca".

"No puedo."

El silencioso rechazo fue de el Maestro Regulus Black. Lily reconocería su voz en cualquier parte; había perdido la cuenta de cuántas veces había mirado hacia otro lado a lo largo de los años cuando él se coló en la Torre de Gryffindor después del toque de queda para visitar al heredero Sirius Black.

Todos los que pensaban que el heredero James Potter era la persona más importante en la vida de Sirius claramente nunca habían visto su máscara alrededor de su hermano pequeño. No había comparación en absoluto.

Ni siquiera hace quince días, no había podido dormir y se coló en la sala común, con la intención de pedirle a un elfo doméstico un vaso de chocolate caliente. En cambio, Lily había disfrutado de la vista de Sirius acariciando el cabello de Regulus.

Regulus se sacudió contra él y susurró: "Estoy aterrorizado de que me secuestren del castillo y me lleven con él. No quiero que me llamen su esclava, Siri."

La mirada en los ojos de Sirius ante esa confesión tartamudeada era, hasta el día de hoy, lo más aterrador que Lily había visto en su vida.

Sin embargo, fue el apretón desesperado de los nudillos blancos contra la espalda de su hermano pequeño lo que le desgarró el corazón. Érase una vez, antes de la Magia, Lily y Petunia habían estado tan unidas. No quería que Sirius experimentara la agonía de perder algo tan preciado como un verdadero vínculo entre hermanos.

"Sí, puedes, y te ayudaremos a llegar allí. No tienes que preocuparte por no saber cómo aparecerte, Black. Tenemos eso cubierto".

Lily tragó la bilis que subía por su garganta.

Severus Snape había dicho eso. En estos días, sería propio de él buscar venganza contra Sirius lastimando a su hermano pequeño. Severus estaba tan lejos del chico que Lily había conocido de niña, el chico al que amaba como a un hermano, que ya ni siquiera podía reconocerlo. Como si ser el esclavo de un Señor Oscuro de alguna manera lo hiciera más que el pobre hijo de una bruja de sangre pura que se casó con un muggle abusivo.

Enderezando los hombros, Lily dobló la esquina.

Severus, el maestro Rabastan Lestrange y el heredero Bartemius Crouch Jr. tenían a Regulus contra una pared. La mirada de Regulus pasó de uno a otro, como si estuviera calculando frenéticamente un escape. Agarró su varita con tanta fuerza que Lily se preguntó si se rompería.