Capítulo 1

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- ¡Azu, no vayas tan rapido! - exclamé, ya cansada por la larga caminata que habiamos recorrido para llegar a la discoteca Trópico.
- Pero no te pares ahora, si ya casi estamos..... - dijo y se dispuso a correr como nunca, y todo porque habia quedado con un chico y llegaba un poco tarde.

Nos aproximamos a la discoteca a paso mas lento, y al llegar entramos y mi hermana busco con la mirada a su "cita".

Al verle me cogio de la mano y tiro de mi para que la acompañara. Cuando llegamos hasta el nos saludamos y luego me dispuse a mirar a las personas que habia repartidas por la discoteca, entre ellos personas vulgares, pijos, gente solitaria, las típicas parejitas de película y muchas personas más, pero mi atención se centró solo en uno en específico; él siempre estaba con sus amigos, y pasaba de todo y de todos, pero eso no me importaba, llevaba loca por él desde hacía unos meses, pero eso lo sabía muy poca gente.

Yo había hablado con él un par de veces, pero nada fuera de lo normal, un "hola", un "que tal" y de ahí no pasábamos. Pero hoy iba a intentar que la táctica del hola se terminase.

Un largo periodo de tiempo después, ya habiéndome revisado a todas las personas de la discoteca, avisé a mi hermana, de que iba a por algo de beber y me dirigí a la barra.

- ¡Perdone! - llamé al barman por encima de la música, que estaba súper alta; y al girarse me vió y me miró con una sonrisa ladeada.

- ¿Que se le ofrece, señorita? - me preguntó.

- Pues... ¿ que me recomienda?

- Mhhh, un chupito de tequila no está mal, pero, ¿sabes como se tiene que beber?

- Bueno, puedo aprender.

- Pues mira- dice, para luego echar tequila en un shot y entregarme una rodaja de limón y un poco de sal - primero te metes la sal en la boca, luego chupas el limón y para terminar te bebes el chupito - al decir esto voy haciendo paso por paso lo que el barman va recitando, y para mi sorpresa no está nada mal, con lo cual me tomo otro y así pasa igual otras dos veces, hasta que veo que ya ha sido suficiente.

Al pasar el tiempo me voy dado cuenta de que he sido demasiado atrevida con el tequila, y me ha afectado demasiado, al no estar tan acostumbrada y tener un cuerpo tan pequeño, el efecto del alcohol ha sido más fuerte sobre mí. Con esto en mente me dispongo a buscar un baño, lo cual es una tarea complicada estando borracha y en una discoteca similar a una mansión.

Voy apoyando las manos en las paredes o en la gente para poder mantener el equilibrio, y así no caerme de bruces al suelo; pregunto por la ubicación del baño y me indican que está en la planta de arriba, dato que me pone de mal humor, me preparo para el infierno de tener que subir las escaleras y comienzo a elevar el pie en cada peldaño, y al cabo de diez minutos estoy arriba, ahora falta atravesar el pasillo para llegar al baño, el cual está al final de este; hago un esfuerzo tremendo, y con ayuda de la pared, al fin, consigo llegar al tan deseado baño.

Al entrar, los fluidos de mi cuerpo hacen que expulse el ochenta por ciento del tequila que había digerido, acción la cual ningún ser humano debería presenciar, pero mi suerte no opina lo mismo, y al girarme puedo ver como José me observa incrédulo.

- Ammm, ¿estás bien? - me pregunta, a lo que noto que mi cara se empieza a poner como un tomate de vergüenza por lo que acaba de presenciar.

- S-si, n-no te pr-preocupes - y dicho esto me levanto y salgo corriendo.

¿Así querías hablar con él Sonia? Pues muy bien hecho, ahora no podré volver a mirarle a la cara sin morirme de vergüenza.

Con la escena del baño en la cabeza, voy en busca de mi hermana, para no quedarme sola y borracha en este lugar de locos.
La encuentro sentada en el regado del chico de antes, el cual creo que se llamaba Mario; me aproximo hacia ellos, hasta que me doy cuenta de con quien están hablando, pero ya era demasiado tarde, y el chico de ojos canela, pelo negro con tupé, metro ochenta y buen cuerpo, llamado José, cruza su mirada conmigo.

- Hombre, Sonia, ¿que tal, como vas? - dice, y está apunto de darme un ataque, pero no sé si por lo guapo que es o por la vergüenza que estoy pasando en este momento, la cual una chica de 21 años no debería pasar delante de un chico de 28 años.

- Amm, mejor, gra-gracias - respondo ya en modo tomate.

- De nada, pero ¿que habías tomado para que te sentara tan mal como para tener que expulsarlo así de tu cuerpo?

- P-pues varios chu-chupitos de tequila.

- Joder Sonia, encima si no estás acostumbrada, como supongo, mañana tendrás una resaca insoportable.

- Y-ya.

- Bueno ven, que te llevo a casa - dice, y mi hermana le mira con cara de odio, activando su sentido de hermana mayor sobreprotectora, a lo que yo no me niego.

- P-pero.... es que.... he venido con mi hermana... - dicho esto se gira en dirección a Azu y habla con ella indicándole que me llevará a casa porque estoy muy borracha y ya son las dos de la madrugada, cosa que no me importa tanto como que José esté intentando convencer a mi hermana para llevarme a casa.

- Bueno... - termina diciendo Azu, pero cuando llegues a casa me llamas eh - dice mirándome - y.... como me entere que le ha pasado algo a mi peque... te arrepentirás de haberla querido llevar a casa - esto lo dice mirando a José, a lo que él responde tragando fuertemente.

- Tranquila que llegará sana y salva - asegura.

- Más te vale - dice mi hermana, para a continuación levantarse para darme un beso y un abrazo y decirme al oído que cuando llegue la llame, a lo que yo simplemente asiento y me despido junto a José.

Ya en la calle nos dirigimos hacia su coche, el cual está estacionado a dos cuadras, según lo que me comenta. En un par de minutos está abriendo la puerta del copiloto par que me pueda sentar, mientras el rodea el coche y se sienta en la del piloto.

- Nunca pensé que hablaría contigo más seriamente mientras expulsas por la boca el alcohol que te sentó mal - dice mientras se ríe ligeramente y yo me pongo roja, a lo que recuerdo que mi casa está a casi cuarenta y cinco minutos de aquí y no sabe donde vive.

- José.

- ¿Mhhh?

- No sabes dónde vivo.

- Si que lo sé, mi hermano mayor se lleva bien con tu hermana, alguna vez ha ido a tu casa y me ha tocado el muerto de ir a buscarle porque estaba borracho - cuando termina de hablar me quedo en shok, porque no me lo esperaba, nunca había visto a su hermano en mi casa, y eso que sé como es.

- ¿Y cómo es que no me he enterado de que tu hermano ha estado en mi casa?

- Pues no lo sé, supongo que porque suele ir por la noche, para hacer una mini fiesta con algún amigo más en tu casa.

- Pues vaya con mi hermana, y yo que pensaba que era la responsable de los tres hermanos.

- Bueno, no siempre se es lo que se parece - dicho esto se forma un silencio que no llega a se incómodo, incluso es cómodo, y así pasamos el resto del viaje hasta mi casa.

Al llegar me quedo parada, sin saber qué hacer, hasta que me decido por darle un abrazo, una vez estamos los dos fuera del coche. Al inicio del abrazo se tensa, pero luego ya se relaja, y me envuelve con sus grandes brazos haciendo que me sienta muy pequeña junto a él, y dejándome embobada mientras nos despedimos y entro a mi casa, aún pensando en como se sentían sus brazos a mi alrededor.

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Espero que te esté gustando la historia tanto como a mí ♡

Madre no hay más que unaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora