Ya hace casi dos semanas que le cerré la puerta en la cara a Jose, no sé por qué lo hice, supongo que por vergüenza, o por miedo al rechazo.
Después de lo ocurrido, varios días después fui a su casa, a disculparme por mi comportamiento anterior, charlamos durante un rato, y luego le pregunté que si lo de la cita seguía en pie, me dijo que por su parte sí, pero que le diera tiempo a prepararlo todo, y dicho esto, me emocioné más de lo que me gustaría y me gusta admitir.
Al final, quedamos un par de días después, y me lo pasé mejor de lo que esperaba, empecé a conocer más al José de verdad, y dejó un poco a parte su lado chulo; no dejó de hacer bromas, cosa que no me disgusta, pero se comportaba mejor que cuando estaba con sus amigos, lo que al parecer le hacía todavía más guapo de lo que ya era, cosa casi imposible, ya que era de los chicos más guapos, por no decir el más guapo, que ha asistido a nuestro instituto.
Pero esa no era la única razón por la que me gustaba desde hacía un tiempo, también era por su risa, su sonrisa, la justicia que imparte, que sea legal pero no deje de divertirse, que sea tan amable con las personas que le importan, que siempre esté ahí como defensor y por él en general, creo que no hay nada que me llegue a disgustar de su persona, y eso me está matando, aunque creo que yo también empiezo a gustarle, porque si no le gustase, no habría tenido una segunda, y una tercera cita conmigo, y eso es lo que me empuja a seguir intentándolo, aunque no deje de tener a media España detrás.
Bueno, en resumen, para mí es perfecto, o casi, porque al final la perfección aburre, pero José no es así, creo que podría pasar toda mi vida junto al él, y jamás me aburriría.....
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Termino de prepararme para nuestra cuarta cita, después de ponerme un vestido ajustado, de color negro, junto a unos tacones altos también, y un bolso negro, con rayas horizontales del mismo color y cintas blancas.
Llevaba un maquillaje sencillo, basado en un poco de colorete, rímel y un delineado junto a unas sombras oscuras, que la verdad, no me sentaban nada mal.
Después de mirarme y retocarme el pelo, y el maquillaje en el espejo, decido bajar hasta la entrada, cuándo se escucha el sonido del telefonillo, por lo que bajo más rápidamente, para encontrarme a José recostado en la puerta.
Su vestimenta se basa en una camisa blanca, junto a unos vaqueros ligeramente rasgados, que quedaban demasiado bien con su pelo, que iba formando un tupé.
Él dió un paso hacia mí, ya que yo no parecía dispuesta a darlo, no porque no quisiera, si no porque me había quedado hipnotizada observándolo.
JOSÉ
Al llegar al portal de su casa, donde había dicho que iba a ir a buscarla, llamo al timbre, y escucho unas piernitas correr, por lo que me imagino que será ella.
Poco después abre la puerta, y me quedo observando a la belleza que tengo delante, porque el vestido que se ha puesto le sienta genial, y si ya es preciosa sin maquillaje, con maquillaje es imposible dejar de mirarla.
Cuando ya salgo de mi ensoñación, noto que ella también me estaba escaneando, pero con menos discreción y disimulo que yo.
Me percato de que no tiene intención alguna de reaccionar, así que doy un paso hacia ella, acción que ni le gusta ni le disgusta, debido a que no se ha movido ni un milímetro, ya que está como paralizada.
-Hola Sonia..-digo lentamente esperando ver su reacción, la cuál nunca llega, ya que está pasmada, cuando empiezo a creer que ni siquiera ella sabe el por qué de esa reacción-.
Cuando ya me canso de esperar, la agarro del brazo, y la atraigo hacia mí, recibiéndola así con los brazos abiertos, a la espera de un poco de contacto, agacho la cabeza, aproximándome más a ella y enterrándola en su pelo para aspirar su delicioso aroma, a lo que ella continúa quedándose estática por la sorpresa de ese acto y yo me dispongo a darle el casco de la moto para montarnos, y al fin, llegar a nuestro destino.
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Al llegar a la cita que había preparado, -que en resumen, era un picnic en unas montañitas situadas a las afueras de la ciudad; un lugar donde muchas parejas y grupos de amigos decidían hacer planes, ya que allí ocurrían las mejores puestas de sol, que eran dignas de ver, y disfrutar con la mejor compañía, rodeado de la gente que amas- ayudé a Sonia a que se bajase de la moto, y de paso, a quitarle el casco, guantes, chaqueta, y esas cosas..
Cuando ya consiguió deshacerse del "dichoso" casco -tal y como ella lo llamó- y pudo levantar la vista hacia el atardecer que se estaba formando, se le pasó el enfado que estaba conteniendo por no haber conseguido quitarse el casco antes, y automáticamente se le cristalizaron los ojos, solo que no sabía si de alegría, o de tristeza, por lo que me inquieté un poco y fui corriendo a ver que le pasaba.
-¿Sonia, estás bien, o necesitas algo?- pregunté, por miedo de haberla cagado por completo, y que no le haya gustado nada la sorpresa que le había preparado.
Por un momento se quedó como estática, solo observando el panorama, y eso por una parte me alivió, ya que a lo mejor, simplemente se había quedado impactada, al ver el atardecer que teníamos ante nuestros ojos.... Al poco tiempo, y aunque tardó, me respondió con un..
-Me encanta- y fue todo lo que necesité para soltar todo el aire que estaba conteniendo sin darme cuenta, y dedicarle mi sonrisa más sincera; después de eso la arrastro del brazo conmigo, para preparar el mantel, y la comida necesarios para poder pasar lo que quedaba de tarde.
....................................................................Cuando llegan las doce de la noche, su hermana la llama por teléfono, ya que quería saber donde estaba, porque se estaba preocupando en exceso -según mi opinión- y se encontraba muy alterada, por lo que estaban teniendo una pequeña pela de hermanas -seguro que habéis pasado por eso muchas veces, así que no os sorprendáis tanto- a pesar de que Sonia y Azu apenas discutía, ya que se querían muchísimo, y eran como mejores amigas.
Ya por fin Sonia corta la llamada, y me mira un poco alterada, ya que como he dicho antes, no se solían pelear muy a menudo; cuando me quiero dar cuenta, a Sonia se le empiezan a cristalizar los ojos, y sin poder evitarlo se levanta y sale corriendo entre toda la gente, así que rápidamente, centro mi mente en ese momento y voy a perseguirla -aún pareciendo un psicópata persiguiendo a su próxima víctima- por todo el parque.
-¡SONIA ESPERA! ¡SONIA PARA POR FAVOR! ¡VAMOS A HABLAR! -después de muchos más intentos fallidos de que parase, me empiezo a cansar, y veo como a ella le está pasando lo mismo, ya que cada vez va más lento y más lento, y más lento... Hasta que de repente pega un acelerón, y veo como comienza a alejarse demasiado de mí, por lo que me dispongo a hacer exactamente lo mismo para alcanzarla, pero es inútil, ya que me costó reaccionar y le dio tiempo a tomar la delantera; pero ya me estaba empezando a preocupar, ya que nos habíamos alejado demasiado, para mi gusto del resto de la gente que estaba viendo la apuesta de sol como nosotros; y con todos estos pensamientos en mente, tras un momento, veo a Sonia caer lentamente ante mis ojos, y comentar a gritar.
-¡SONIAA! ¿¡SONIA ESTÁS BIEN!? ¿¡DIME ALGO POR FAVOR!?- grito mientras corro a toda velocidad hasta alcanzarla, cuando la veo se me rompe el corazón...
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Madre no hay más que una
AcakEsta historia ha sido creada para describir a mi madre y para felicitarla por su gran dia. Espero que te guste mama, te quiero mucho, aunque no siempre lo demuestre