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Las flores de cerezo caían sobre el pasto del lugar y la brisa de la tarde se colaba a través de las finas hebras oscuras de la joven dueña de este.

- Señorita, es un poco tarde, debería entrar para tomar el té.

- Los días son contados Azumi, debemos apreciar la belleza que nos regala el mundo durante el tiempo que podamos.

- Señorita...

- Ya va siendo tiempo que los pilares estén llegando a la junta, lo mejor será que nos vallamos presentando.

- Tiene razón señorita.

La mucama comenzó a seguir a su joven ama hasta el lugar del encuentro con los demás cazadores, se adelantó para abrir la puerta frente a ellas y espero hasta que la chica entro, para posteriormente, entrar detrás de ella y cerrar la puerta de tatami.

- Es un placer poderlos conocer, soy _____ Ubuyashiki y seré su líder hasta que mi tiempo se agote.

La voz calmada de la chica hizo que los corazones de aquellos jóvenes presentes se calmaran al instante.

- Es un placer conocerla.

Su vista se dirigió al joven hincado frente a ella, quien le había hablado y espero a que todos alzaran sus rostros para mostrarle una suave sonrisa obteniendo asi, un leve sonrojo del contrario.

- El placer es todo mío, comenzando con lo previsto para esta junta...

La tarde había pasado rápido y con ello la retirada de los pilares presentes en el lugar, aunque un joven pelinegro se había detenido a observar un poco más a la hermosa chica que había llamado su atención. "Tierna" fue lo último que cruzo por su cabeza cuando se retiró de aquel lugar.

Las flores caían suavemente a cada paso que daba, como si estas danzaran junto al recuerdo de la chica que flecho su corazón.

Mientras tanto en la residencia, la joven líder no podía evitar pensar en la causa de su prematuro ascenso de posición, extrañaba a su progenitor como cualquier niño lo haría, porque eso era, una niña de 10 años que tenía un peso enorme sobre sus hombros.

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- Señorita, no debería caminar sola entre las fincas de los cazadores, y menos a estas horas del día.

- No te preocupes tanto, pronto amanecerá, no necesito que los cazadores me protejan cuando tienen demasiadas tareas por hacer.

- Pero aún asi señorita...

- Si mi seguridad es la que te preocupa, iré por el camino de árboles de glicinia, mi destino es la sede de crianza de los cuervos Kasugai, asi que regresa y prepara un poco todo para más tarde, por favor.

- Como usted ordene.

La criada realizo una reverencia y se perdió entre el largo camino de árboles, ante la mirada de la menor, a esta no le gustaba ordenarle nada a quien la crio desde más pequeña, pero si era necesario hacerlo para realizar sus deberes sin preocupaciones, lo haría.

Sabía muy bien que aquella mujer la veía como uno más de los hijos que tenía, y realmente le agradaba que la cuidara como uno, pero debía dejarle en claro que no lo era. Sin esperar más, y con canasta en mano, siguió avanzando por aquel sendero que la llevaría a su destino, aunque un ruido cerca de su lugar la detuvo.

- No es necesario que te escondas, si es que no tienes nada más que hacer, puedes acompañarme.

No tuvo que esperar mucho para que el joven pilar que había llamado su atención se acercara a su posición con un rostro apenado, al instante aprecio como este mismo balbuceaba incoherencias tratando de buscar una excusa valida por haberla espiado todo ese tiempo.

- Tranquilo joven Sakonji, no lo reprenderé, como había dicho, puede tomar libremente mi oferta para acompañarme, si no puede, lo entenderé en seguida.

- ¡Ah-! - Nervioso, el joven realizó una reverencia en señal de respeto a su contraria. - Seria un gran honor acompañarla.

Asi, con una sonrisa acompañada de un leve tono carmesí en las mejillas, asintió, ambos se dirigieron al lugar destinado en un ambiente particularmente cálido.

- Señorita _____-sama, no me malinterprete. - El joven pilar había roto el silencio - No la estaba espiando, solo estaba admirando los árboles y... - nuevamente comenzó a murmurar cosas inentendibles para quien lo escuchara.

- Son hermosos, aunque es una pena que pierdan sus hojas en invierno, a pesar de eso, no evita que sean lindos.

- Si, tiene razón. - Respondió calmado el azabache dirigiendo su mirada hacia la dirección en la cual se encontraba la de la contraria sin dejar de caminar a su lado.

- Tiene una misión esta noche, ¿No es así?

- Si, es en un pueblo cercano, las personas están comenzando a entrar en pánico por las desapariciones, asi que me iré una vez la acompañe a su destino.

- Ya veo. - La chica alzo una de sus manos para recibir al cuervo que le pertenecía, y posarlo en uno de sus hombros - Es una pena que no pueda pelear a su lado.

El pilar se quedó pensativo y a su vez paro su caminar por las palabras de la joven Ubuyashiki que se encontraba delante de él mientras lo observaba con curiosidad, más no preguntó la razón de aquel tono tan triste que uso o la razón de estas, concluyó, después de algunos minutos, que estas palabras se debían a su posición de líder en aquella organización. Salió de sus pensamientos cuando ya se había adentrado más en aquel lugar sin darse cuenta de que la chica lo llevaba agarrando de la manga de su haori desde hacía un largo tiempo. Paso alrededor de una hora hasta que su destino se visualizó, y a pesar de ya tener su misión, decidió acompañar a la chica unos minutos más en aquel lugar hasta que su cuervo se enojó con él y el estómago de la chica realizo un ruido, avergonzando un poco al contrario por no haberle prestado demasiada atención a las necesidades de su líder y amor platónico.

- Lo siento, en seguida le traeré algo de comer. - Desvió la mirada sonrojado y estaba a punto de irse corriendo, si no fuera porque la menor lo había sujetado de la manga de su haori para llamar su atención.

- Vamos un momento al pueblo, existe un lugar en donde preparan buena comida - Propuso la chica.

- ¿No debería regresar _____-sama?

- Será nuestro secreto, además, le encargue algo a mi nana y tardará un poco en hacerlo. - Colocó su dedo índice sobre sus propios labios mientras mostraba una sonrisa traviesa al contrario.

El corazón del pilar comenzó a latir de sobremanera al ver aquella faceta un poco infantil de la chica, si bien, desde que la había conocido mostraba una sonrisa calmada y serena, ahora mismo estaba presenciando la primera sonrisa divertida y está era dedicada absolutamente para él.

Sin importar que su cuervo lo estuviera picoteando y tal vez recibiera un regaño por parte de sus compañeros pilares, valía absolutamente todo el dolor del mundo si podía ver un poco más a su querido amor secreto ser feliz.

Una epifanía efimera ( Urokodaki×____)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora