Lonely Heart (Carlos Sainz)

Día 114: Hogar

Madrid, 26 de febrero 2022

Estefania Garza

Pasaron ya 3 días desde que llegué a España, llegamos hace un par de horas a Madrid pues los primeros tests habían terminado.

Estos 3 dias la verdad es que estuve muy poco tiempo con Carlos, me la pasé más con Charlotte pues nuestros novios se la pasaron trabajando.

Y no es queja, para eso estaban en Barcelona, pero a partir de hoy ya eran libres.

Aun sigo asimilando que Carlos Sainz es mi novio y que me mudaré con él. Tengo mucho papeleo que hacer pues debo conseguir que me den la residencia en España y no tener que enfrentarme a migración y ese tipo de problemas, pero no me iba a pesar nada hacer esos trámites, al final valdría demasiado la pena. Hablándolo con Carlos, él hará lo mismo en México para poder pasar tiempo conmigo y traer algunas de sus cosas a mi departamento.

— Guapa — gritó Carlos entrando a la casa, yo estaba en la sala. Me giré para mirarlo y él me regaló una sonrisa.

— Mi amor — le sonreí de vuelta y se agachó para darme un beso

Estábamos en casa de sus padres, donde pasamos Año Nuevo. Carlos había salido a dejar algo en su auto.

— El día de hoy tengo algo importante que enseñarte— dijo rodeando el sillón para sentarse a mi lado — ¿aceptas el plan?

— Me parece bien — le contesté

— Bueno pues... vamos — se levantó del sofá y me extendió la mano

— ¿Ahora? — tome su mano y me levanté

— Ahora, guapa — caminamos de la mano hasta su auto y ambos subimos a él.

Mientras Carlos conducía, yo me encargaba de la música.
No me dió tiempo ni de escuchar dos canciones o platicar algo con él pues en menos de 10 minutos ya habíamos llegado a nuestro destino.

Era una casa de una sola planta, preciosa.

Seguro veníamos a visitar a algún conocido de Carlos.

Bajó primero él para después abrirme la puerta del auto a mí. Tome su mano y baje del coche.

— Dime que en tu bolsa traes las llaves que te di haces unos días porque sino no podremos entrar a nuestra casa — dijo muy tranquilo caminando conmigo de la mano hacia la entrada principal de la casa.

Después de escucharlo decir eso, me detuve y lo detuve a él también.

— Car... Carlos deja de bromear — estaba casi que en estado de shock

— No bromeo, Estef — me miró — es nuestra casa, por eso te pedí mudarnos juntos

— Yo creí que sería un departamento o algo así

Carlos me tomó de los hombros y me miró a los ojos.

— Preciosa, si esto te sobrepasa y quieres retractarte de tu decisión, yo lo entenderé — pude ver preocupación en su rostro.

Baje la mirada para buscar la llave en mi bolsa y se la di.
Su cara fue de asustado creyendo que le estaba devolviendo la llave.
Le di un beso en los labios.

— Abre la puerta de nuestra casa — le susurre y Carlos soltó un suspiro de alivio y asintió con la cabeza.

Abrió la puerta y me cedió para que yo entrara primero.

La casa era preciosa.
Había un pasillo enfrente y uno a la izquierda.
El de enfrente te llevaba a la sala de estar, la cocina, el comedor y al patio.
El de la izquierda te llevaba a las habitaciones.
La casa era enorme para dos personas pero seguro que entre Carlos y yo la llenaríamos en nada pues ambos teníamos muchas cosas.
Él más: sus trofeos.