Lonely Heart (Carlos Sainz)

Día 1: GP de México - Viernes

Viernes 5 de noviembre de 2021

Estefania Garza

El día llegó.
Son las 5:50 am y estoy en la entrada del autódromo recibiendo indicaciones finales junto con un grupo de personas que serán mis compañeros durante este fin de semana.

Ya nos han dado nuestras acreditaciones y juro que siento que estoy soñando.

Esta nunca fue la forma en la que imaginé que estaría en el Gran Premio de México pero creo que será mejor de lo que hubiese sido.

A las 6:00 am comenzamos a ingresar y ya todos sabíamos a dónde teníamos que ir.

Primero a los lockers.
Luego al vestidor.
Finalmente al paddock.

El encargado de mi área y de todos los que estaríamos en ella nos reúne para recordarnos las reglas.

— Por favor, nada de hablar con los pilotos a menos que ellos les hablen a ustedes. Si los pilotos les piden algo, claro que pueden ayudarles pero ustedes no pueden establecer el primer contacto — dijo Emilio, nuestro "jefe", hablando por el megáfono — En otras palabras: cero fotos, cero autógrafos. No pueden pedir nada de eso hasta que termine el horario de nuestras actividades. ¿Entendido?

Todos contestamos al unísono con un "sí".

Emilio asintió y sacó su iPad para hacer la asignación final. Empezó a mencionarnos de uno en uno diciéndonos a que lugar específico del paddock teníamos que ir.

— ¿Estefanía Garza? — gritó Emilio

— Soy yo — levanté la mano y me acerqué a él

De su brazo descolgó una acreditación más y me la dió.

— Te ha tocado Ferrari — dijo mientras anotaba en su iPad que ya había sido asignada.

— ¿Fe... ferrari? — pregunté intentando esconder la emoción.

— Correcto, ¿algún problema? — levantó la mirada de su iPad para mirarme.

— No, no, ninguno — contesté lo más calmada posible.

Emilio nos dió un radio a cada uno, entramos a una frecuencia, nos dió otra vez más instrucciones y nos indicó que ya podíamos ir a nuestras áreas.

Caminé por ese pasillo amplio donde lo único que te rodean son las escuderías. Llegué al Hospitality de Ferrari y mi mano me temblaba con muchas ganas de sacar el móvil y tomar mil fotos.

Pero no podía. Más bien, no debía.

Mire mi reloj y eran casi las 7:00 am.
Voltee a mi alrededor y en realidad no había nadie cerca. Una que otra persona de medios pero a nadie le importaba mi presencia.

Aquí voy, a romper mi primera regla.

Saqué el celular de la forma más discreta posible, lo pegue a mi pecho y como pude abrí la cámara del mismo para hacerle una foto al logo de Ferrari que tenía enfrente.
Todo iba perfecto hasta que me interrumpió una voz masculina preguntándome entre una pequeña risa:

"¿Quieres que te tome una foto?".

Carlos Sainz