El Novio de Saiki K. | Saiki × OC/Reader

0. Saiki sonríe.

Todo iba bien en la escuela, todo anormalmente normal, nada en lo común, y en ese lugar... Era normal.

Todos charlaban alegremente, los chicos suspiraban por Teruhashi que, está, pensaba en cuando iba a aparecer cierto chico de pelos rosas. Sus ojos azules zafiro brillaban como colegiala enamorada...que es lo que era. Suspiro y los chicos se sonrojaron eufóricamente.

—«¿Donde estará Saiki-kun? Ya debería haber llegado, ¿Y si le ha pasado algo? Ay... ¿Así se sentirá una esposa preocupada por su marido?»—la idea la hizo suspirar, y, como ya dije, los hombres se sonrojaron tanto que echaron humo por la cabeza.

—¿Vieron a Saiki? Aún no ha llegado—Nendō hablo algo preocupado. Saiki siempre era puntual y en el camino no lo habían encontrado.—No, no lo hemos visto—dijo Kaidō, Kuroyasu, que negó con la cabeza, sospechaba de algo que no cuadraba—¿Y si le ha pasado algo?—la idea hizo que todo el salón sudé frío.—¡N..no creo! No seas tan negativo Kuboyasu—dijo Kaidō. La idea de que le haya pasado algo malo a Kusuo era desagradable para el y para media industria escolar de la escuela PK—No hay que descartar posibilidades, hay mucha inseguridad aunque no lo creas.—dijo con preocupación.

—¡Cállate! Saiki no puede estar en peligro, el... Es la persona más genial y fuerte que conozco, el jamás perdería si fuera así, a menos de que lo sea muy fuerte o se haya rendido—para la sorpresa de muchos, Nendō hablo. Nendō era muy cercano a Saiki, y si lo que decía era cierto, la probabilidad de que Saiki se haya rendido era mucho mayor.

Medio salón parecía perturbado, o tal vez preocupado. Pero todo cambió cuando alguien entro por aquella puerta. Todos voltearon a ver quién era de forma desesperada, y para alivió de muchos, era Kusuo.

Pero había algo raro.

Saiki estaba sonriendo.

Y no era una de la cuál daba cuando resolvía un rompecabezas difícil o sarcástica, era genuina.

Sus lentes color verdes desaparecieron y fueron cambiados a unos normales, así que se resaltaba el rubor adorable que tenía en sus mejillas. Se veía más lindo de algún modo u otro, y tenía un lindo, pero no exagerado, natural, brillo en sus ojos morados. Parecía que la luz cegadora que venía siempre acompañaba a Kokomi, también lo acompañaba a el.

—Saiki...—murmuro Kokomi, incrédula y sonrojada por lo que veía.—esta...—murmuraron está vez, los autoproclamados amigos de Saiki Kusuo.—¡Sonriendo!