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Sabía que aún no era tan tarde, sólo pasaron cuarenta y cinco minutos, Jisung se encontraba en el parque, eso me daba a entender que seguía esperándome. O que prefirió quedarse ahí porque no quería verme, entonces iba a ser mejor quedarse solo en el parque.

El ukelele que llevaba en la mano era hermoso, él había preparado todo eso para mi, y yo como el idiota que era llegué tarde. Solté un largo suspiro antes de empezar a caminar hacia esa dirección, mentía si decía que no estaba nervioso a como iba reaccionar ah... ¡no! ni siquiera debe importarme, si estaba molesto y no quería hablarme que se joda, iba a echar a perder la oportunidad de conocerme. Y nadie quiere perderse una oportunidad como esta, ¿saben cuantas chicas querrían estar en el lugar de Jisung? si, todas, hasta las viejas de cuarenta años, porque soy irresistible.

Cuando creía que no podía tener más problemas, otro se sumó a la lista, Mingi iba en dirección al lago, con otro chico que pude reconocerlo como Jeongin. Prácticamente llegué corriendo al lado de Jisung, cuando vi que Mingi le arrebató el instrumento de la mano, este se sorprendió al verme pero su mirada se dirigió a la mirada ácida de Choi.

― ¿Que quieres?

Este río mirando a Jeongin, quien sostenía una mirada algo diferente, como si estuviera drogado hasta el culo.

― Cálmate, Min, te ves algo alterado. ―respondió Mingi ―. ¿La perra esa de tu novia ya no te satisface como antes?

Apreté los puños aguantándome las ganas de romperle la cara de drogadicto pedófilo que tenía, pero si él quería jugar, entonces jugaremos.

― No. Ahora tu madre lo hace mejor. ―sonreí de lado disfrutando de la expresión de su rostro. Miré a Jisung, quién abrió la boca en forma de "o" por mi comentario,Jeongin seguía ahí duro, de todas formas ni siquiera él entendía lo que estaba pasando.

Mingi dio un paso hacia adelante, encarandome.

― Vete a la puta mierda. ―hizo un ademán de querer golpearme con el ukelele. Intenté esquivarlo pero Jisung fue más rápido e intervino entre nosotros.

― ¡Oye b-basta, no peleen! ―gritó mirándome con súplica de que no la cagara, más de lo que ya la había cagado.

― No lo volveré a repetir. ¿Que quieres? ―ignoré a Jisung por completo, estaba claro que no iba a romperle la cara al pedófilo este, al menos quería saber para que carajo se acercó al castaño.

― Venganza. Y que mejor darle donde más le duele.

― ¿De que diablos estás hablando? Fui yo el que te golpeo, Jisung no te ha hecho nada.

― Exacto.

― ¿Qué?

― No hay que ser un genio para darse cuenta de lo que te pasa con este ―señaló a Jisung con el ukelele―. Y viceversa, así que sólo vine a darles una pequeña advertencia.

Sentí una punzada en el estómago, pero la ignoré.

― Si sabes donde puedes meterte la advertencia no? Dame el ukelele y lárgate de aquí. Ahora. ―aparté a Jisung del medio para acercarme a Mingi, intenté agarrar el instrumento pero el hijo de su puta madre fue más rápido que yo.

― No lo creo, Lee. ―sonrió para luego morder la punta de la lengua.

― Dame el puto ukelele. ―demandé manteniendo la mirada. A Mingi le importó un carajo y se alejó de mi junto a Jeongin que vino solo de adorno.

Sentí un tirón de mi camiseta, era Jisung, que con los ojos algo brillantes por las lágrimas acumuladas me pedía que salvara su ukelele. Y eso hice. Corrí hacia Mingi y me subí a su espalda intentando recuperar el instrumento, este soltaba miles de maldiciones hacia mí madre y a mi, mientras mis manos le tapaban la boca. Forcejeamos tanto que acabamos tirados en el suelo, y el ukelele salio disparado en el agua.

•••

Todas las personas del centro murmuraban mientras me veían caminar dejando chorros de agua en el suelo, mi ropa aún estaba mojada por haberme sumergido al lago al rescatar el ukelele. El cabello se me pegaba en la frente y era molesto, no podía volver a casa para cambiarme porque había prometido salir con Jisung, y eso estábamos haciendo, me estaba guiando a un lugar de comida rápida. Primero que nada, cabe recalcar que no me dejaron entrar al lugar por estar mojado, entonces pedimos para llevar y acabamos comiendo hamburguesas a las orillas de un puente, con los pies colgando y una vista increíble a la hermosa ciudad de Columbus.

― ¿Por que hiciste eso? ―la voz de Jisung me sacó de mis pensamientos, no pude mirarlo a los ojos, sólo miré mis pies colgando y le di una mordida a mi hamburguesa.

― Porque es más delicioso así. ¿Quieres intentar poner papas fritas a tu hamburguesa?

― No, no es eso ―él medio sonrió―. ¿Por que hiciste eso por mí?

― Cualquiera lo hubiera hecho. ―me encogí de hombros.

― Eso no es verdad, no le importo a nadie.

― Cállate idiota, no digas eso.

― Todos me ven como un bicho raro, Min.

― No creo que seas raro ―tomé una papa y la lleve a mi boca―. Bueno, tal vez es un poco raro que uses esas vans floreadas.

― ¡Hey son bonitas!

― Jisung no, son horribles. ―reí al ver su ceño fruncido, mierda era tan tierno―. El punto es que no eres raro, y si lo fueras que problema habría? Tú me importas.

― ¿En serio? ―preguntó con un brillo en sus ojos.

― Si, bueno no, e-es decir, si Jisung, me importas. ―me rendí y finalmente se lo dije. Él sonrió y bajó la cabeza, avergonzado.

El momento se volvió tan gay que preferí tirarle piedras a los autos, hasta que Jisung acabara de comer, me desesperaba que lo hiciera tan despacio, pero saqué provecho de eso y me comí todas sus papas. Una hora después volvimos a casa, compramos dulces en el camino, Jisung caminaba haciendo equilibrio por el cordón amarillo de la calle y me hablaba de toda la poesía que tenía escrita, pero el maldito no me la quería enseñar, luego de decirle que se pudra lo empuje del cordón y él me aventó su lata de Coca Cola.

Entramos a la casa, mamá se sorprendió al vernos juntos pero no dijo nada, porque aún seguía molesta conmigo por darle la razón a mi padre y llamarla ridícula. Fui un poco idiota, lo admito, pero me desesperaba que insistiera tanto, ¡buenas noticias para ella! ya no tendrá que hacerlo porque trataré de llevarme bien con Jisung. Porque el maldito me hizo quererlo de alguna manera , no se como o por que, pero lo hizo y ya no podía ocultar que me pasaba algo, era extraño pero me gustaba.

 Porque el maldito me hizo quererlo de alguna manera , no se como o por que, pero lo hizo y ya no podía ocultar que me pasaba algo, era extraño pero me gustaba

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𝙸 𝙷𝚊𝚝𝚎 𝚈𝚘𝚞 × 𝑚𝑖𝑛𝑠𝑢𝑛𝑔 ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora