CAP.2 UN NUEVO MUNDO

13 1 1
                                    

Narra Santhiago:

Me dolía la cabeza, y sentía que algo me estaba apretando el pecho, por alguna razón no quería abrir los ojos, creo que era cansancio. Pero al final tuve que abrirlo, lo primero que vi es que estaba en una habitación más o menos pequeña, no tenía muchas cosas, entre las cosas que más resaltaban eran un closet un tanto antiguo, un pequeño escritorio con algunos cuadernos sobre él y por último una ventana que me dejaba ver el exterior se notaba que estaba oscureciendo, en unos pocos minutos seria de noche.

Tras dejar de analizar el cuarto decidí mejor comprobar mi estado. Y efectivamente me encontraba con varias vendas que rodeaban mi pecho, al tocarme la cabeza se sintió áspera, lo que me indicaba que tenía vendas en ese lugar también. Me moví un poco para poder sentarme en el borde de la cama, y noté que estaba semi-desnudo, ya que tenía los bóxeres que ese umbreon fue tan amable de dejarme.

De un solo movimiento me puse de pie, pensé que me iría al suelo de nuevo, pero no fue así. Tras dar unos pasos pude sentir una pequeña molestia en mi pecho, no era dolor si no que me irritaba, se sentía como una especie de cosquilleo, traté de ignorarlo y buscar mi ropa, pero nada. Sin más opción decidí salir de la habitación donde me encontraba, solo para ver que había un pasillcon varias puertas, supongo que eran las otras habitaciones. El pasillo era de un marrón oscuro casi negro, pero era compensado con varios bombillos que estaban encendido, solo empecé a caminar a lo que parecía ser unas escaleras. No les voy a mentir, sentía miedo de bajarlas, no era por saber quién estaba abajo si no que podría caerme intentando bajarlas y abrirme cualquier herida que me haya causado.

Conteniendo el aliento trate de bajar con cuidado por estas escaleras, de pura suerte llegue sano y salvo al primer piso. El lugar era una sala de estar un poco grande con un gran sofá y dos pequeños, ustedes saben el típico juego de sofás que compras en cualquier ferretería. Aparte de eso pude ver varias fotos colgadas en la pared, la mayoría eran de dos lycanroc y un dos pequeño Rockruff. La pareja de lycanroc se me hacían familiares, al acercarme para verlas mucho mejor, confirme mi suposición, eran aquellos señores a los que salve en el bosque, y siguiendo con mi suposición está a de ser su casa. Seguí mirando cada foto y en todas aparecían los ya nombrados, pero las que parecían ser más modernas, solo aparecía uno de los Rockruff mientas que el otro no se podía ver por ningún lado, llegando a la última foto pude ver a la pareja junto a un lycanroc forma noche, instintivamente tomo como que el pequeño Rockruff había evolucionado, y acerca del otro creo que tengo una pequeña idea de lo que le paso...

Veo que ya despertaste - decía una voz femenina a mi espalda - espero que te hayas mejorado, aunque deberías seguir en cama tus heridas aun no han cicatrizado completamente - pude escuchar que su tono era alegre -

Si, solo fue un simple desmayo o eso creo... y no se preocupe me siento muy bien - al voltearme note que era la señora lycanroc diurno con una muda de ropa en sus patas -

Aquí te traigo un poco de ropa ya que la tuya la estoy limpiando - me miraba con una sonrisa calmada - el objeto que tenías en tus pantalones te lo deje en la mesita junto a los libros

M-muchas g-gracias, pero no d-debió haberlo h-h-hecho - dije un poco nervioso al caer en cuenta que estaba frente a la señora casi desnudo -

Es lo mínimo que puedo hacer por ti, después de que nos salvaste la vida - se acercó a mí para ponerme la ropa en las patas - póntelas y después ve a la cocina te prepárale algo rico - tras decir eso se alejó a lo que seguro era la cocina -

Sin nada más que hacer me puse la ropa que me había dado, una camisa manga corta con rayas, unos monos hechos de algodón muy cómodos y unas pantuflas de color azul. Mire por última vez las fotografías para después irme al mismo lugar donde se fue la señora, al entrar en la cocina un aroma se hiso presente, era dulce como la miel, sin darme cuenta estaba empezando a babear, pero lo que me llamo más la atención es que era una cantidad exagerada de baba, supongo que es una cosa biológica... Tras pasarme la pata por la boca la cual termino toda llena de baba me acerqué y me senté en una silla que se encontraba en la isla. Miraba a la señora como sacaba una tanda de galletas, y las ganas de probar una solo aumentaban, creo que ella se dio cuenta ya que me dio una.

UNA HISTORIA ALGO CLICHÉ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora