Capítulo 59

9.1K 470 45
                                    

La cena transcurre en completo silencio, solo se escucha el sonido de nuestros dientes triturando la comida que acabo de hacer y los sorbos al vaso de agua o en su caso, al vino

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La cena transcurre en completo silencio, solo se escucha el sonido de nuestros dientes triturando la comida que acabo de hacer y los sorbos al vaso de agua o en su caso, al vino.

Entonces un sonido procedente de Finn llama mi atención. Al levantar la cabeza, le veo agarrándose el cuello con desesperación, el aire no consigue pasar por sus fosas nasales y todo apunta a que se está ahogando. Al parecer el efecto es inmediato, quién diría que unas gotas para los ojos pudieran ser un veneno bastante potente para los humanos, uno mortal. Podría llamar a alguien para ayudarle, pero ni si quiera pestañeo. Finalmente termina con la cabeza sobre la comida recalentada y sin vida. Sus ojos quedan abiertos, mirándome e intentado que me sienta culpable, pero no lo siento, porque deseaba con todas mis fuerzas verle en ese estado.

Muerto.

Pero por desgracia, solo son cosas de mi imaginación. No tengo ni la menor idea de qué puede causarle unas cuantas gotas para los ojos, pero seguro que, si lo hago diariamente, acabaría justo como acabo de imaginarlo.

— Sky, lo he estado pensando... —comienza a decir captando mi atención, solo que no se está ahogando, una pena.

— ¿El qué?

— Iremos a la boda. —Me sorprendo dejando de masticar, no me esperaba que dijera esto. Vuelvo a mirar la comida mientras le escucho—. Tienes razón, tu familia te conoce y saben que no estarías muy separada de ellos, así que, comenzarían a sospechar de mí. Diles que hubo un problema con el correo y nunca llegó la invitación.

Ni si quiera digo nada por muy feliz que me haga, porque al final lo tendré de acompañante, aunque la palabra perfecta seria "vigilante", ya que eso es a lo que viene. Aun así, iré a la boda de mi hermano y volveré a ver a toda mi familia puesto que es lo que llevo añorando desde hace meses.

Al día siguiente, Finn cayó enfermo, no podía dejar de vomitar y se pasó dos días encamado sin comer nada. Está claro qué es lo que le provocó aquello, y no voy a mentir diciendo que no volvería a hacerlo, de hecho, me he estado cuestionando si debería echárselo en el agua en pequeñas dosis, nadie sospecharía nada. Sin embargo, hay algo dentro de mí que quiere que sea racional, es como en las películas, tengo un ángel y un demonio en cada hombro. Uno quiere verlo sufrir y el otro me dice que no es la forma correcta intentando llenarme de culpa. Finalmente, escuché un poco a la parte buena y no lo hice, dejé que se recuperara. Los médicos dijeron que podría tratarse de una intoxicación en la comida, y debo admitir que me asusté por si me relacionaba con ello, pero inmediatamente echó las culpas al cáterin de la empresa porque, al fin y al cabo, es donde almuerza cada día.

Regina me visitó en la pastelería como Axel me dijo que haría, ella estaba muy contenta de verme de nuevo, al igual que yo a ella. Trajo a mi pequeño Marcus, que había crecido demasiado y eso me puso triste porque yo me lo había perdido. Nos metimos en la trastienda para poder probarme el vestido, que por suerte no hay que hacerle demasiados arreglos y debo decir que es precioso. Donna me dejó una hora libre para que fuéramos a tomarnos algo y ponernos al día, hablamos de todo un poco, no le nombré a Finn demasiado, solo lo justo. Pero sí que le comenté mis avances en la cocina y mi pequeña esperanza de trabajar junto a mi chef favorito, eso la hizo muy feliz porque sabe cuáles eran mis sueños y cuanto tuve que luchar para conseguirlo. También le dije la mentira que se le ocurrió a Finn con lo de la invitación y pareció creérselo.

STARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora