04┊ᴇɴ ᴇʟ ʙᴀɴ̃ᴏ

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Minho agradeció a cualquier deidad existente el haber salido de aquel lugar, pues no era de su agrado tener a su compañera Sunjin restregada a él.

Lo de ellos fue de una sola vez, y ni siquiera duró tanto. Además, sólo fue para bajarle la calentura a Minho y básicamente había pasado desde hace dos años, no entendía como esa chica podía seguir insistiendo tanto cuando claramente ya le había dicho sus condiciones.

Minho no se tomaba sus relaciones en serio, bueno, ninguna casi relación pues realmente no era de intereses amorosos.

No con todos por supuesto.

En realidad, hasta ahora podía aceptar que había alguien que si le interesaba.

Y es que aunque fuera un patán, un idiota que podía traer la polla caliente todo el santo día, en realidad sabía diferenciar el amor del solo sexo.

Sabía cuando jugar con ellos y cuando no, pero, ah, ¿cómo podría convencer a Chan de eso? claramente su amigo le cortaría los huevos antes de escuchar sus explicaciones, porque ante los ojos de Chan, él no era una buena persona para su hermanito.

Pero podría intentar tanto como quisiera, siempre y cuando Chan no lo supiera.

Y es que, Jisung parecía no negarse a él y sus acercamientos.

No era tonto ni ciego, sabía que el pequeño hermano de Chan también sentía algo por él, pero la lujuria de Minho era tan notable en cuanto lo veía a la cara, por el simple hecho de que esa mirada que te daba te mostraba tan perfectamente la clase de chico que era.

Y bueno, no iba a negarlo, de verdad ansiaba follar con ese niño.

Pero él era la clase de persona que pensaba primero en donde meterla que en declarar sus sentimientos. Y bueno, Jisung no era precisamente tan inocente.

También, estaba dispuesto a dar su brazo a torcer porque vamos, Chan sería su hermano, pero al final de cuentas, él era quien decidía si hacerlo o no.

Incluso si eso significaba terminar con sus falsas ilusiones.

Por esa razón, cuando se encontraron por casualidad en los pasillos, y Minho lo invitó a ir al baño con él, ya ni siquiera pensó en poner resistencia.

El mayor había estado detrás de él desde hace poco menos de año y medio, y realmente él también ya se había hecho el difícil durante bastante tiempo.

Besarse con él a escondidas no le haría mal a nadie, ¿verdad?.

-E-espera, hyung -posó la palma de sus manos sobre el pecho del mayor, aferrándose un poco a la tela de su playera mientras trataba de regular su respiración- ¿y si alguien entra? si Chan entra...

-Vamos cielo, si entra no habrá nada más que hacer, además, está demasiado concentrado en otras cosas.

Persuadirlo era su profesión, Jisung ya se sabía esa técnica al derecho y al revés. Lo peor de todo es que había caído en su juego, conscientemente había decidido caer en sus manos y probablemente iba a salir todo mal.

Pero ya había aceptado, y aunque supiera que estaba jugando con fuego, quería correr el riesgo de quemarse.

-Mínimo hay que entrar en un cubículo...-murmuró apenado, por está vez estar cediendo.

Minho se sintió un poco extrañado al escucharlo, bien, no era sorpresa pero si lo dejaba un poco anonado que aceptara tan rápido. Tal vez el pequeño hermano de su mejor amigo ya no quería fingir demencia.

Dios, si Chan se enteraba de esto definitivamente iba a terminar golpeado hasta morir.

Pero, Jisung valía cada maldito golpe, lo aseguraba.

Con una ligera sonrisa juguetona sobre rostro, tomó de la mano a Jisung y lo llevó dentro de uno de los cubículos. El menor tenía la respiración agitada, estaba nervioso pues no esperaba encontrarse en esta situación.

Gracias al cielo los baños de su universidad siempre estaban limpios y con un ligero aroma a limón, así que no lo encontraba tan repulsivo.

Pegó su espalda a una de las paredes del baño y cerró sus ojos por inercia al sentir la respiración del mayor chocar contra su mejilla, tan caliente que incluso él estaba por calentarse. Sus manos se aferraron a los costados de los brazos de Minho, temblando un poco en el momento que sintió como el pelinegro dejaba un beso en su mejilla.

Las grandes manos de su acompañante se posaron en su cintura, tomándolo con algo de fuerza pero nada brusco, lo cual hizo que gimiera bajito. Si había algo que le gustaba tanto de Minho, eran sus jodidas manos.

Dedos largos y algo huesudos, una mano con ligeros callos y grandes.
Perfectas para usarlas de collar.

La sola idea de sentir las manos de Minho sobre su cuello mientras lo hacía gemir contra la cama y daba estocadas estando dentro de él, logró ponerlo caliente.

Un quejido salió de sus labios cuando el mayor mordió levemente sobre su cuello. Sus manos apretaron el agarré sobre sus brazos y se tensó, los labios de Minho rozaron los suyos con ansiedad, y no sabía porqué razón el mayor no lo devorada ahí mismo, ¿por qué diablos lo pensaba tanto?

-Hyu...

-Shhh...-lo calló en cuanto escuchó unos pasos en el baño, seguido de eso escucharon el sonido de alguien orinando.

Jisung tuvo que quedarse casi quieto, principalmente por miedo.

La persona que estaba fuera se lavaba las manos y después de eso se fue.
Jisung sintió que al fin podía respirar, y cuando estuvo por decir algo más, sintió un beso sobre su frente, seguido de una suave caricia sobre sus mejillas.

-Ahh...creo que debo volver, ya tardé lo suficiente.

Sus respiraciones se mezclaban gracias a que seguían demasiado pegados. Jisung sintió una ligera decepción de esta situación, pero terminó aceptando que hoy no pasaría nada más.

Ni siquiera alcanzó a besarlo como tal.

-Sí, hyung.

Jisung fue el primero en salir del baño, después de lavarse las manos y huir a su salón de clase. Minho tardó un poquito más en salir, al tratar de mentalizarse que no necesitaba masajearse la polla por las tremendas ganas que le habían quedado.

Cuando regresó a la sala, Chan le miró extraño.

-Fuí al baño, ¿en donde estabas?

Minho le sonrió y respondió: -Estaba con tu hermano.

-Idiota. -murmuró dejando caerle un golpe en su brazo, Minho se sobó la parte golpeada y rió divertido, pues Chan no tenía ni idea de que lo decía de manera literal.

no le digas a chan || minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora