13┊ᴇɴᴀᴍᴏʀᴀᴅᴏ

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Jisung tenía una extraña sensación en su interior, cuando aquella vez Minho le dijo que no dudará de sus sentimientos y que nadie más le dijera lo contrario.

No sabía a qué se refería.

Pero ahora podía darse cuenta, pues al parecer, los días siguientes cuando iban a la escuela y se encontraba con Minho antes de entrar a clases o en la hora de salida, la mayoría de los estudiantes parecían estar atentos a ellos.

Cuando decía la mayoría, se refería más que nada a los de la facultad del mayor, pues los de su carrera parecían no tomarle tanta importancia.

Esos días habían sido tranquilos en realidad, todo estaba normal hasta que por casualidad, un grupo de chicas se le acercó para preguntar si era cierto que él estaba saliendo con Minho, y aunque ellas no le dijeron nada para incomodarlo, presentía que ellas querían decirle mucho más.

Después de eso, unos dos tipos de la misma facultad que Minho también se le acercaron, pero ellos habían dicho algo como "¿Y es oficial? Hay rumores de que sólo son amigos con derechos", de ahí en fuera, Jisung había escuchado por casualidad ciertos rumores que se estaban corriendo.

Algunos venían de mujeres diciendo que Minho ya había vuelto a la cacería, y otras diciendo que era bueno ver al mayor sentar cabeza. Pero en cambio, estaban las personas que decían que Jisung era una presa fácil para cualquiera, y que en cuanto Minho quisiera lo podía dejar.

Y él realmente quiso ignorar todo eso, pero no podía dejar de pensar tanto en sus palabras.

Lo que Minho le había dicho y lo que le había confesado aún seguía en su mente, no dejaría que otras personas lo hicieran dudar, pero, no podía evitar pensar que él era muy poca cosa para su mayor.

Minho siempre fue reconocido por ser atractivo y tener a su lado a chicas y chicos demasiado encantadores, carismáticos y sobresalientes, pero Jisung no sentía que encajaba en ese papel.

Fue un martes por la tarde cuando Jisung fue a visitar al mayor a su casa, ya que la madre de Minho quería conocerlo.

No se sentía nervioso de conocer a aquella mujer, sólo estaba intrigado porque no sabía que cosas que le habrá contado Minho sobre él, sobre todo porque ni siquiera eran pareja oficialmente.

Tocó la puerta de la casa, maldiciendo entre dientes al darse cuenta de que a lado de la puerta estaba el timbre, quiso burlarse de sí mismo.
Bueno, tal vez si estaba un poquito nervioso.

Cuando abrieron la puerta de aquella casa, sonrió un poco tímido al ver a la que parecía ser la madre de Minho.

-Bue-

-¿Tú eres Jisung? vaya, cuando Minho dijo que el niño que le gustaba era muy hermoso no creí que lo fuera tanto. -la señora dijo amablemente, con un tuno burlón pero tratando de parecer calmada.

-A-ah...bu-bueno yo...-sus mejillas rojas y su voz temblorosa delataban lo tímido que se había puesto.

-¡Pasa! ¡Pasa! -la señora lo tomó del brazo con cuidado y le indicó el camino- Minho estaba esperándote y yo también, terminábamos de cocinar.

Mientras caminaban hasta la cocina, Jisung pudo observar lo espaciosa que era aquella casa, además de que la decoración era muy bonita pero simple. Cuando llegaron a la cocina, pudo observar al mayor, quien atentamente estaba sirviendo un poco de comida para los tres.

-Oye tú, tu novio llegó. -la mujer le dio una pequeña palmada a Minho en la cabeza y luego le guiñó un ojo a Jisung, provocando que el menor riera.

Minho se sobó la parte que fue golpeada mientras miraba acusadoramente a su madre. El pálido dejó de prestarle atención para después mirar a Jisung, quien le dedicó una suave sonrisa algo sonrojado.

no le digas a chan || minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora