6. ultima sonrisa

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Días han pasado desde la última vez que Rachel vio a Quinn.

Días en los que se ha sentido vacía, como si algo le hubiera sido arrebatado, arrancando salvajemente de si.

Y realmente así era.

La salud de Quinn había empeorado exponencialmente, ya no podía caminar por si misma, se la pasaba en cama leyendo o viendo fotos que había tomado.

Ya no tenía que fingir estar bien, dormía 13 horas diarias y en las que pasaba despierta el dolor era insoportable.

Su piel había palidecido hasta el punto de verse falsa.

Sus delirios aumentaban y las fiebres iván y venían. El precio a pagar por un pecado no cometido.

Pasó a ser totalmente dependiente de sus padres. No tomaba medicación, ni asistía al doctor, solo dejaba pasar el tiempo

El sábado llegó y Rachel no pudo resistir más, tomó su auto y fue rumbo a la casa de sus suegros..o bueno, suegra, pues Russell Fabray estaba quien sabe donde desde hace años.

Rach llegó y bajo del auto tan rápidamente, que era seguro el echo de que rompió varios récords en el proceso.

Tocó la puerta y esperó impaciente, pero nadie abrió..

No dio para más, con la llave que estaba debajo de una planta de bambú al costado de la puerta abrió.

-¿Hola?

Nada. No hay respuesta.

Subió las escaleras rápidamente hasta la habitación de Quinn.
Se detuvo en frente, simplemente...observando.

Tocó la puerta lentamente, una voz seca y cansada que no supo reconocer le respondió.
-...pa..pase..

Ella entró, con miedo a lo que podría encontrarse, pero aún así entró.

¿Alguna vez han hecho algo de lo cual se arrepienten instantáneamente? Pues a Rachel le acaba de pasar.

Ver a Quinn acostada en una cama, con lo ojos cerrados y el seño fruncido en señal de evidente dolor.
Con ojeras marcadas y bolsas bajo los ojos...pero sobre todo, con tubos de oxígeno y suero en su cuerpo.

-¿Quinn?..

-Sabía...sabía que vendrías...-sonrió levemente.

-¿Q..Que te ha pasado?

-Pues... Hmm..no mucho.-Dijo.- pero realmente no me queda mucho tiempo...Rach...ven.

Se le llenaron los ojos de lágrimas, camino los pocos pasos que la separaban de la cama y se arrodilló a un lado de Quinn.

-Dime...

-Rach...yo..yo se que me queda poco tiempo, puedo sentirlo...por eso quiero...quiero decirte, que te amo...que amo todo de ti y que siempre lo haré.

Rachel no pudo retener más tiempo las lágrimas que ahora corrían libres por su rostro.

-Rach, amor, no llores si. -Quinn tomó su mano y la apretó levemente.- quiero ver tu hermosa sonrisa.

Rachel huso un gran esfuerzo, logró una mueca parecida a una sonrisa.
Quinn suspiro pesadamente y miro a Rachel con lágrimas en los ojos.

-Te amo.-dijo antes de cerrar los ojos.

Su mano perdió fuerza y se deslizó lentamente, su pecho dejó de moverse...Rachel sabía lo que esto significaba...y no pudo mas.

Lágrimas cayeron mientras ellas gritaba, sollozaba y sentía su corazón romperse en mil pedacitos, mil astillas filosas que se clavaban en su pecho...

Quinn, el amor de su vida se había ido para siempre.

Dos palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora