Estaba sentado en un columpio, sumido en mis pensamientos, mirando las estrellas iluminar el cielo, hasta que escuché una voz familiar que me llamaba a lo lejos.
─ ¡Gyu!
Volteé a ver quién era el dueño de esa voz, y ése era Kang Taehyun, mi mejor amigo desde niños, pero también el chico que me gusta desde la escuela secundaria.
─ Oh, hola, Tata ─ sonreí.
─ ¿Qué haces? ─ Preguntó con una pequeña sonrisa a la misma vez que tomaba asiento en el columpio de al lado, a lo cuál yo sólo lo miré atentamente.
─ Nada, realmente ─ volteé mi vista al cielo de nuevo, viendo a las lindas estrellas iluminar el cielo.
─ Ya veo, ¿quieres ir por un café? ─ Sonrió de manera que parecía brillar más que todas las estrellas juntas.
Como amaba esa sonrisa.
─ Pero sí no te gusta el café.. ─ volteé a verlo.
─ ¿Y? A ti te gusta, con eso es suficiente ─ miró las estrellas.
─ Pero, ¿por qué irías? Digo, ¿sólo para ir conmigo? Es que como no te gusta, pues, me parece un poco extraño, a decir verdad...
Río a lo que yo volteé a verlo, con algo de curiosidad en mis ojos.
─ ¿De verdad no lo entiendes? ─ Soltó una suave carcajada de nuevo que sonaba como música para mis oídos, siendo un deleite de escuchar.
─ ¿Entender qué? ─ Pregunté, con un poco confusión.
─ Luego lo descubrirás ─ sonrió y tomó mi mano, haciendo que me levante.
─ ¿Está bien...? ─ Expresé con algo de inseguridad
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Me llevó a mi cafetería favorita. Todo fue tan lindo, las luces de los coches, los lugares tan iluminados, las estrellas sobre nosotros.
¡Tan sólo pensarlo me hace sonreír como bobo, fue un momento inolvidable, tan lindo!
Realmente daría todo por revivir esa noche.
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Taehyun me llevó a un puente, se veía toda la ciudad. Dios, era tan hermoso todo.
─ Oye Beomgyu.
─ Dime, Tata ─ sonreí viendo el lindo paisaje.
─ ¿Te gusto? ─ preguntó a lo que rápidamente volteé a verlo sorprendido. ─ ¿Qué pasa?, ¿no es verdad?
─ Este....
─ Dime la verdad.
Volteé a ver el suelo. Taehyun se fue acercando lentamente, a lo que después tomo mi mentón y lo elevó.
─ A mí no me gustas ─ hizo una pequeña pausa, misma que me hizo temblar de miedo por lo que diría después. ─ Me encantas, Choi Beomgyu.
Dijó para después besarme. Sentí una explosión en mi estómago, era indescriptible.
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