✨🍦Advertencia de contenido sobre: violencia y estrés postraumático, se recomienda discreción🍦
Aquel sonido aún taladraba los oídos de Nanami mientras estaba sentado en uno de los sillones de la oficina de la división, la luz del día aun entraba por los ventanales. Haibara lo sacó de sus pensamientos al darle un plato con comida.
—Despertó, pero no quiere visitas. Ha salido del peligro pero... no quiere ver a nadie.
Nanami parpadeó, lo miró. Haibara tenía un brazo enyesado una gasa pegada a su mejilla y uno que otro rasguño y moretón. El disparo de aquel demonio había dado, por suerte, sólo en su hombro. Aunque claro los humanos siempre se llevaban la peor parte, eran mucho más frágiles. Nanami se movió, aguantó el dolor en su costado por el golpe que le habían dado en batalla, pero él estaba bien, de todos él era de los que mejor estaba, sólo... había perdido el apetito pero todos pasaron por eso también. Haibara habló:
—Está muy silenciosa la oficina... y sola.
Pero Nanami no se animaba a contestarle.
—No puedo creer que hayan pasado dos semanas. Yo... aún siento como si hubiera pasado ayer. Todos estos días creo que los he vivido por simple sinergia... no era consciente de ello.
Ahora, a días de lo ocurrido en la ciudad, aquel suceso era conocido como "la segunda trompeta antes del apocalipsis". Podía ser tratado por la prensa y los ciudadanos con cierta frialdad, lo normal en cuanto a noticias. Pero para quienes lo habían vivido sabían que la expresión de que "del cielo había llovido fuego y luego sangre..." no era tan desdeñable. Nanami aún recuerda la sangre tibia en todo su cuerpo y aquellas bolas de fuego, su estruendo en la tierra al impactar. Pero a diferencia de lo que pensaba la población, los que habían estado ese día en la expedición... supieron lo qué eran esas esferas, más nunca lo mencionaron por auténtico miedo.
Aquel día no todos los demonios en la ciudad habían logrado escapar a pesar de que se alejaron al norte a donde estaba su dominio, todos fueron castigados por aquellas esferas de luz... lo que se solía conocer como "los guardianes legítimos".
Esa fue la primera vez que Nanami vio a ángeles bajar... y muchos de sus compañeros en el frente de batalla creían que con sus alas blancas traían la paz y la victoria, incluso los animaron. Claro... la victoria había sido pero no la paz.
Los ángeles no se tocaron el corazón, tomaron a todo aquel demonio no sometido y lo hicieron masa de carne enfrente de todos los agentes. "Masa de carne" era lo más cercano a aquellas porciones rojas y pulsantes que antes había sido un ser vivo y del cual aún se drenaba sangre.
Una muestra de auténtico poder.
La expresión "ha llovido sangre" era porque las alas blancas se habían manchado de ésta y al batirse, al levantar el vuelo, salpicaban todo a su paso. Sus alas más allá de protegerlos causaron destrozos y los forzaron a huir del campo de batalla, pues no les importó destruir edificios. Nanami recordaba haber visto al demonio aun sometido a sus pies llorar y gritar por la desesperación al ver a todos sus compañeros ser asesinados a sangre fría, al ver cómo sus cuerpos en algunas ocasiones eran literalmente desollados y triturados con saña a pesar de estar muertos hace mucho tiempo. El sonido de la piel separándose de los cuerpos de los huesos crujiendo y de los miembros separándose del tronco aun persistía en sus oídos... Nanami también escuchó al demonio suplicar por piedad.
En medio del caos aunque intentaron protegerse los escombros los lastimaban, así había sido como Megumi había terminado aún más herido. Entre Itadori y Nanami transportaron los cuerpos de Haibara y Higuruma a un punto "seguro".
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Rise of Sodom and Gomorrah - Jujutsu Kaisen
FanfictionTras la guerra que los ángeles mantuvieron con los demonios tomaron control sobre Sodoma y dieron por perdida a Gomorra. La Nueva Babilonia en Sodoma es una creciente metrópoli donde conviven humanos y demonios, estos últimos sometidos por La Santa...