[9.] Celebración (Parte 1)

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Darkness cannot drive out darkness: only light can do that.

Hate cannot drive out hate: only love can do that.

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Shouto abre los ojos a la realidad y se encuentra sumergido en líquido transparente. Se atraganta debido a sus movimientos bruscos y la acidez viscosa del agua se abre paso a través de su garganta hasta llegar a su estómago. Luego, cuando eleva la cabeza y respira por fin, la cabeza le empieza a dar vueltas. El agua en la capsula de sueño jamás se ha sentido así de helada. Tose y trata de recomponerse; tose y abre la puerta sobre él mientras se arrastra y aparta lo cables pegados a sus sienes y la máscara que cubre su nariz y boca. El entumecimiento es una sensación bastante familiar; la presión que comienza en su pecho y termina en su vientre tensado, sumada a la oscuridad que bordea las esquinas de sus ojos, no lo es.

¿Y si no encuentro a Izuku cuando vuelva a la sala de control?

Tropieza al salir y termina tendido en el suelo frío de cerámica. Sus piernas tiemblan y no es capaz de ponerse en pie cuando intenta incorporarse. La imagen de un Bambi recién nacido salta en su memoria y le dan ganas de reírse de su propia torpeza. Pasan varios minutos antes de que llegue al estante donde varios sets de ropa limpia siempre lo esperan.

En tanto busca el overol y los zapatos para vestirse, medita las palabras que le dirá a Izuku, el Izuku androide. Hay... demasiado que decir; un «te extrañé» no será suficiente en absoluto. Un «quería volver verte» tampoco parece plausible. Si bien son frases que se acercan a describir parte del barullo que hay en su cabeza, también debe gestionar el enojo restante. ¿Y cómo olvidar las innumerables preguntas que carcomen sus ansias de volver a verlo?

¿Cómo terminamos así?

Reflexiona sobre la nueva información con la que cuenta. Este conocimiento de saberse creador de Izuku y consciente de la falsedad de cada uno de los Midoriya que se encontró a lo largo de estos cientos y cientos de vidas ficticias no es suficiente para explicar el estado de deterioro de lo que fue Nirvana, su otrora lugar de trabajo. Tampoco explica el mundo post-apocalíptico en el que se encuentra; ni uno solo de los mundos a los que viajó fue tan deprimente como este. Ni siquiera está seguro de que todavía haya humanos con vida allá afuera en las tierras inhóspitas de lo que fue Japón, o el continente asiático.

Ni mencionar al resto de países cruzando el océano.

¿Siquiera esta palabra sigue en uso? ¿Hay océano alguno al que llamar?

Cuando nota lo que está haciendo, eleva la cabeza y suelta un suspiro antes de sentarse en el suelo agrietado. Está nervioso y siempre tiende a girar en círculos alrededor de temas sin importancia, solo para evitar enfocarse en las cosas que realmente importan. No sabe cómo se formó este hábito suyo, pero tanto Ochako como su madre siempre lo regañaban por eso.

Ochako. Mamá.

Es solamente en este instante, desnudo y sin tener una idea clara de lo que debería hacer, que a Shouto se le ocurre mirar su cuerpo. Por primera vez en años.

Comienza elevando sus manos a la altura de sus ojos. Las observa por un par de segundos antes de deslizar su atención hacia sus brazos y luego sus piernas No hay rastro de piel cubriéndolas; lo único que puede destacar es lo bien que están articuladas todas sus falanges. A primera vista, diría que hay un 60% de piel cubriendo el acero, repartida por su cuerpo en distintos parches. Cuando sus dedos llegan a su rostro, a su ojo izquierdo, el tintineo de metal contra metal repiquetea como un eco. Es recién ahora que nota que su ojo derecho es el único que parpadea con normalidad, aunque técnicamente no necesite lubricar sus globos oculares.

De mundos, sueños y anhelos [TodoDeku/COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora