Capítulo 04

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Una vez el ex–capitán llego a su actual residencia, este ingreso un tanto apresurado a la habitación de huéspedes con una mujer pelirrosa inconsciente en brazos, dejando preocupado a su ayudante

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Una vez el ex–capitán llego a su actual residencia, este ingreso un tanto apresurado a la habitación de huéspedes con una mujer pelirrosa inconsciente en brazos, dejando preocupado a su ayudante. Sin dudar tomo el bastón donde mantenía sellado su zampakuto, y dejo que tocara la punta de este, la frente de la pelirrosa. Ya que, en este se encontraba el símbolo de calavera, que expulsaba el espirito de su recipiente.

El alma de la pelirrosa cayó sobre el futón, a simple vista era visible el daño que recibió su alma al poseer un gigai defectuoso, algo que semejaba a fisuras profundas, nacían desde el centro del pecho extendiéndose por los hombros y cuello, su semblante debes en cuando mostraba signos de dolor. Urahara, tuvo que evitar hacer una expresión de desesperación, ya que, nada saldría bien si no mantenía fría la cabeza.

Rápidamente hizo todo lo posible para dar los primeros auxilios a la Haruno, el tiempo transcurría lentamente y apenas pudo detener esas inquietantes fisuras, pudo mantener estable el reiatsu con unos trucos poco consentidas para los Shinigamis.

Realmente, el cuerpo o alma de un Variante era distinto a los Shinigamis, en ese estado parecía ser una delicada muñeca de cerámica, literalmente. Ellos nombraron ese estado como, Edo Tensei...

El daño en sus almas provocaba un efecto conocido como "la reencarnación del mundo impuro". Según lo que recordaba había un jutsu prohibido, que podía hacer volver a la vida a los variantes caídos en batalla, por lo que, existía un miedo creciente entre los Shinigamis, de que eso llegase a ocurrir, provocando que los variantes que padecieran esta dolencia sean eliminados. Si no se trataba a tiempo este mal, podría llegar a matar al variante, o volverlos incontrolables, ya que, era la visualización del alma corrompida, a menos, que esté ligado a un conductor, lo que ocasionaría volverlo un títere vivo sin conciencia de sus acciones.

Suspiro pesadamente, mientras se ponía realizar una restauración de reiatsu, un proceso lento, no era un experto en el tema, pero agradecía haber pedido que la Haruno le enseñe como excusa para tenerla por más tiempo a su lado, cuando estos apenas se volvieron lo suficientemente cercanos en ese entonces. Al terminar, hizo lo mejor posible para mantener la calma, y no inquietarse con la débil respiración de Sakura.

Espero a que el tiempo muestre progreso en la recuperación de la pelirrosa, ya que, se mostraba estable. Por lo que, se llevó el gigai de Sakura para hacerle una revisión, o si no conseguía arreglarlo, al menos podía diseñarle uno nuevo.

La cubrió con una manta, y dejo que descansara. Se perdió en sus pensamientos recordando sus tiempos en la sociedad de almas. Con delicadeza acaricia la mejilla de la doncella durmiente, reconociendo que la niña que conoció en ese entonces había crecido primorosamente, es una mujer tan hermosa, exótica y única...

Pero rápidamente aparto su mano del rostro de la Haruno, con una expresión lastimera, al recordar que ella no se acercó a él, aun cuando podría haber perdido la vida. Esta vez, de verdad.

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⏰ Última actualización: Feb 06 ⏰

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𝑀𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑣𝑒𝑟𝑡𝑖 𝑒𝑛 𝑙𝑎 𝑀𝑎𝑑𝑟𝑒 𝑑𝑒 𝑆𝑎𝑟𝑎𝑑𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora