Darien.
A veces pienso que la vida es algo inservible.
Perder la vista no vasto para que todo mi mundo cayera al suelo.
Mi silencio se vio afectado tras no recibir alguna buena noticia por parte del médico.
Hago una mueca.
— ¿Entonces es seguro recuperar mi vista? —cuestioné rompiendo el silencio —. Usted sabe que la necesito, mi vida no es la misma si no veo —digo con desaire.
— No puedo asegurar nada joven Shields, solo sé que en caso de que la cirugía se haga tiene que tener fe en usted mismo —respondió, hizo una leve pausa —. Además la cirugía no puede ser de la noche a la mañana, es un proceso altamente delicado.
Gruñí —. Necesito ver, quiero ver devuelta. Todo si no hubiese ocurrido aquel accidente
— No se culpe de un accidente que no provocó usted, la vista es segura de recuperar pero necesito que empiece a creer primero en si mismo; si no lo hace, no habrá manera de que alguien más lo ayudé a lidiar con esto. Y debe saber que mientras los análisis sigan, tiene que continuar con su vida cotidiana —dijo.
Sin decir alguna otra palabra me levanté de la silla, tomé el pomo y me dispuse a salir del consultorio.
¿Tiempo?
¿Qué pasa con todos aquí?.
Carraspee estando afuera.
Yo sé que la gente me miró a pesar de que no lo veo lo siento, me siento fatal cuando la gente me trata como una basura cuando me sucedió algo.
Es que a veces me frustra el no ver, me he vuelto cerrado, me cuesta el identificar cuando una persona trata de ayudarme, solo lo confundo para hacerme sentir que los demás me toman como un ser raro. Prefiero pasar de largo cuando intentan de todo, creo que eso de ser perseguido para ser ayudado ya no es lo mío.
Presione con violencia el botón de planta baja, en cuanto las puertas se abrieron me dispuse a salir provocando que mi bastón se atorara y yo me enredara en el solo para caer al suelo.
¡MALDITA SEA!.
— Tomé —escuché una voz femenina, una dulce.
No agradecí, hice mi propio esfuerzo para levantarme cuando perdí el equilibrio.
— Déjeme ayudarlo —la misma voz pronunció, sentí unas manos tomarme del brazo, pero lo impedí.
— No necesito su ayuda —respondí con desdén.
Me levanté, con cara de asco me sacudí.
— Al menos debería agradecer un poco ¿no cree? —dijo enojada.
— Seré un desagradecido, pero no me gusta que me traten como un discapacitado cuando no lo soy —farfulle poniendo mi bastón sobre su hombro —. ¿Además quién le dijo que me ayudará cuándo yo podía solo? —zanjé.
— Eso no me importa, lo ayudé por nobleza. Sé que usted no podrá irse solo.
La ignoré, empecé a caminar hasta que nuevamente sentí aquella molesta mano sujetarme del brazo.
— ¿A dónde va? —preguntó.
— ¿Por qué tanta insistencia en ayudarme? No necesito a una persona guía, ya le dije que puedo solo —grité provocando un alboroto.
Los murmullos sobre mí rodearon la sala de recepción.
— ¡Qué mal trata a su esposa!
— Yo si fuera ella ya lo hubiera dejado.
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Mi Dulce Perdición
RomanceDespués de una vil mentira luego de aquel trágico accidente, ambos se ven obligados a seguir sus vidas con los secretos que les hicieron creer. A pesar de eso Serena está intentando armar las piezas para poder recuperar su memoria y así averiguar q...