Capítulo 3

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Al llegar a casa, se puso rápidamente el pijama y con una gran sonrisa se quedó dormida, había sido un gran día, todo había fluido con mucha naturalidad y en pocas horas se había visto rodeada de, lo que parecían, buenas personas y posibles amigos.

El despertador sonó a las 8:00 con un estruendoso ruido. Lo apagó de un manotazo. Se levantó medio dormida y de camino al baño pasó por delante de la habitación de su tía Abigail, esta estaba profundamente dormida, cerró su puerta y se dispuso a prepararse. Para hoy había decidido ponerse una camiseta de Queen, al momento pensó si a Eddie le gustaría, pero pasándose la mano por la cara empezó a desechar la idea. Ese chico se le había metido dentro demasiado rápido. Quizás sus ojos de cachorrito tenían algo que ver.

Bajó a desayunar y a hacerse su sándwich correspondiente, encima de la mesa había una nota de su tía. "Hoy vuelvo a trabajar de noche, te dejo dinero, pídete unas pizzas con tus amigos". Al ver la nota y el dinero que había al lado, Katrina suspiró, su tía pensaba que tenía muchos amigos, o al menos eso le había hecho creer ella. Cogió el dinero y lo metió en el bolsillo. Eran prácticamente las 9 cuando escuchó un vehículo parar en la entrada. Cogió la mochila y se encaminó hacia la puerta mientras hacía una coleta rápida. Levantó una mano hacia la furgoneta y hacia Eddie que la esperaba dentro con una gran sonrisa . Cerró la puerta tras ella y se encaminó hacia el vehículo. Tuvo que dar la vuelta por delante del capó para abrir la puerta del copiloto y subirse, dejó la mochila entre sus piernas.

—Buenos días Munson— dijo de espaldas mientras buscaba el cinturón de seguridad. Lo logró enganchar y se giró para mirarle. — ¿Qué tal has pasado la noche?

Eddie la miraba con una sonrisa ladeada.

—Buenos días, princesa, pues tuve algo de trabajo—dijo volviendo la mirada hacia el frente y arrancando con rapidez. Katrina, se agarró al asiento instintivamente, anoche no conducía con tanta rapidez. Eddie se dió cuenta del gesto de la muchacha y bajó un poco la velocidad— Perdón, suelo ir bastante rápido, no quería asustarte.

—¿Al menos tus...clientes...te dejaron dormir? —Se relajó en el asiento e intentó recogerse algunos mechones sueltos que salían de su coleta revuelta. Eddie se encogió de hombros y volvió la vista hacia el frente, giró en una curva y ya a lo lejos se entreveía el instituto.

—Son un poco exigentes pero dándoles lo que quieren y asegurándose de que te pagan, son todos unos angelitos. —Se volvió ligeramente hacia Katrina— Me gusta mucho como te queda la coleta.

Katrina por su lado sonrió levemente mientras volvía a luchar contra los mechones. Se incorporaron a la cola de coches para entrar en el aparcamiento del instituto y a los pocos minutos ya estaban aparcados.

—El ultimo día...como a la vuelta no apruebe el examen de la señora O'Donnell...— Suspiró Eddie pasándose las manos por el pelo haciendo que el flequillo se disparase para todos lados. Katrina le puso la mano en el hombro y lo apretó levemente, él se giró hacia ella— Estoy perdido.

—Tranquilo, es literatura, tienes 15 días para ponerte al día.—Katrina se encogió de hombros mientras le miraba.— Además te puedo ayudar. No tengo nada que hacer en estas vacaciones. —Eddie la observó como si hubiese caído del cielo la diosa más impresionante de todas.

—¿De veras harías eso por mi? ¿Serías mi profesora metalera personal?— dijo mientras abría muchísimo los ojos.

—Si, Eddie Munson puedo ser tu profesora metalera personal durante 15 días.— Katrina reía mientras le miraba— Tranquilo, vas a aprobar y dedicar esa peineta al director. — Se giró para abrir la puerta de la furgoneta y salir de un salto. Eddie por su lado hizo lo mismo.

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⏰ Última actualización: Jul 27, 2022 ⏰

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Aquí y Ahora (Eddie Munson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora