Busan Corea del Sur
3 de enero del 2024
Estaba sentando en el pasto, su espalda recargada en un gran árbol que le regalaba un poco de su sombra. Con sus piernas cruzadas, encima tenía un lienzo. El lienzo que llevaba trabajando desde hace ya una semana, no podría asegurar que era lo que dibujaba, estaba muy lejos sentando en una banca como para poder observarlo. Pero podría asegurar que era algo hermoso, como todo lo demás que ya había terminado y tenía guardado en su portafolio de trabajo. No tenía idea como esas manos tan pequeñas con largos dedos, pudieran tomar ese grafito tan delicadamente y de ellas sacar arte, un verdadero arte. Pudo admirar su trabajo con anterioridad, en una pequeña exposición por parte de su escuela donde los mejores trabajos fueron puestos en los extensos pasillos del lugar. Sus dibujos transmitían felicidad, inocencia, lujuria, ese toque que tanto quería poseer.
Lo llevaba observando desde hacía una semana ya, cuando uno de su servidumbre mediocre le trajo el café equivocado de una cafetería que frecuentaba mucho. Que, si bien no era famosa por lo glamurosa que era, si por el exquisito café que servían. Y bueno, ahí estaba esperando dentro de su camioneta, viendo constantemente la hora en su celular. Se le hacía tarde para llegar a su cita y por culpa de ese imbécil bueno para nada, es que tendría que aguantar un reproche por parte de su amigo rubio que, siendo sinceros, no tenía ganas de escuchar. Fue entonces cuando de esa cafetería salió, con un envase de chocolate caliente en su mano derecha y con la izquierda llevaba una bolsa de plástico con lo que suponía algún postre. Quedó cautivado con su sonrisa deslumbrante que portaba y esos ojos que, sin saberlo, por las ventanas polarizadas de su auto, hicieron contacto con los suyos. Fueron solo segundos, pero para él fue más que suficiente.
Un pelirosa que no tenía idea de nada, que iba por la vida feliz por las grandes noticias de que dos de sus obras serian mostradas en su universidad y justo había comprado un delicioso pastel de chocolate para festejarlo con sus papás, no se dió cuenta que, sin siquiera intentarlo, sería la nueva obsesión de la persona equivocada.
Vio cómo se alejaba y sin pensarlo dos veces, todavía dentro del auto se pasó a los asientos delanteros. Sin importarle su trabajador que aún no regresaba, encendió el coche y se dedicó todo el camino a seguirlo. Fue cuando al parecer llegó a un tranquilo vecindario, específicamente a una casa de dos pisos bastante bien cuidada y moderna, donde grande fue su sorpresa al ver quienes fueron las personas que lo recibieron. No le importó no llegar a la cita, ni siquiera cuando su amigo le hizo sus conocidos berrinches o incluso cuando tuvo sexo por petición de este para obtener su perdón, en lo único que pensaba es que ese lindo pelirosa era quien le montaba la polla en ese momento y no ese rubio que se deshacía en gemidos, siendo así la única manera en que se pudo correr dentro de ese culo que tanto había tocado y manoseado a su antojo.
Regresando al presente, ya casi era hora de que se levantara y fuera a su trabajo que tenía en las tardes, en una pequeña escuela de artes para niños pequeños. A las cuatro en punto era su entrada y justo estaban por dar las tres y media, solo veinte segundos más y sonaría su típica alarma que desde hace ya diez minutos ha estado posponiendo. Seguramente por querer terminar su lienzo.
Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos.. uno...
- ¡Mierda! Se me hizo tarde, noona me volverá a regañar – Canturreó, mientras apurado comenzaba a recoger todas sus cosas, metiendo todo a su mochila y portafolio lo más rápido que podía –
Y así, el chico salió corriendo en dirección a su trabajo, sin percatarse una vez más que alguien lo seguía.
Bueno, bueno. Cambió mucho, no? Espero les guste! Ya era tiempo de actualizar esta belleza.
Pero bueno, byyyeeees.
Dionné.....
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• Un amor en medio de balas • || Kooktae || [En pausa]
FanficPorque con un secuestro no fue suficiente. Al menos no para Jeon Jungkook. Un hombre lleno de transtornos y miedos, pero por sobre todo, jefe de una de las mafias más grandes y poderosas de Corea del Sur. Porque un amor entre ellos jamás tuvo que...