3.- Nagas

388 64 16
                                    

Advertencia: contenido sexual leve

Shang QingHua no podía creer lo invadido que se sentía en ese momento.

Sus dos manos eran sujetadas por encima de su cabeza por una mano más grande, sus gritos de placer salían amortiguados a causa de los dedos que invadían su boca y mientras sentía una cola de serpiente moviéndose entre sus nalgas abriéndose paso su mente recordó cómo había llegado a esto.

Shang QingHua era un explorador. Desde pequeño las tierras salvajes de los libros que leía habían cautivado su imaginación poderosamente definiendo el rumbo de su vida, el cual tomó cuando apenas tenía 16 años y fue echado de casa por su autoritario padre que no vio con buenos ojos que su único hijo no quisiera seguir sus pasos en la política. Su madre, por otro lado, se había olvidado de él luego del divorcio, había hecho su vida en otro lado y todo lo que hizo por él fue ayudarle a sacar la documentación necesaria para independizarse y le obsequió una mochila para exploradores. Shang QingHua trabajó lo necesario para pagarse el primero de sus viajes, aprender lo necesario de defensa personal y emprendió su gran aventura por el mundo gastando únicamente el dinero de sus transportes, lo demás lo manejaba por medio del trueque: trabajaba en las posadas y restaurantes a cambio de una comida caliente y un sitio para pasar la noche durante el tiempo que permaneciera en un lugar.

Y le fue bien hasta que un traficante de tesoros arqueológicos lo secuestró. El tipo le ofreció dos salidas: o trabajaba para él tomando los tesoros de sitios que él y su gente no podían alcanzar o lo vendía al mejor postor para ser un esclavo. Shang QingHua no quería ser un esclavo así que accedió a ayudarle con el tráfico de tesoros. No se sentía orgulloso de lo que hacía, pero seguía con vida y no era tratado como una cosa.

Entonces su vida daría un giro inesperado cuando le ordenaron meterse a un antiguo templo sumido en el centro del bosque al oeste de China. Al principio creyó que el haber vuelto a su patria le libraría de la triste vida que llevaba pero luego se recordó amargamente que no tenía a nadie que pudiera ayudarle y cuando cayó en una de las trampas del templo pensó que lo mejor era dejarse morir allí. Una muerte anónima podría servir como compensación de los años que había sido obligado a ser un delincuente.

Lo que pasó fue que un hombre estoico y excesivamente hermoso lo liberó y le ofreció su ansiada libertad con una condición: debía volver a ese templo una semana cada dos meses.

Shang QingHua aceptó, y una vez se libró de la banda de delincuentes retomó sus viajes, honrando su promesa. Poco a poco supo cosas del apuesto hombre que lo había salvado, como su nombre: Mobei-Jun. O su afición a las cosas frías y los climas cálidos y su gusto a las prendas de lana, por eso siempre trataba de llevarle algo cuando regresaba al templo.

Sin embargo, lo más sorprendente lo descubriría una noche que llegó de improviso. Mobei-Jun siempre lo recibía, de modo que Shang QingHua podía deleitarse con su hermosa figura de hombros anchos y piernas musculosas; el explorador se sorprendía a sí mismo pensando en cómo sería ser montado por semejante hermosura mientras esas manos grandes y poderosas sujetaban sus muñecas. En resumen: quería que este hombre lo atara, lo amordazara y lo empotrara contra la pared mientras se lo montaba una y otra vez...

... y sus fantasías sadomasoquistas se esfumaron al verlo con una cola de serpiente.

Entonces recordó la historia de los nagas: semidioses con torso humano y cola de serpiente que podían cambiar su apariencia y solían permanecer recluidos en un sitio hasta que encontraban a su alma gemela. Entonces, y solo entonces, si esta alma gemela los aceptaba podrían acompañarla al mundo exterior. Por supuesto, Shang QingHua pensó que eso era muy bonito hasta que resultó ser el protagonista de una de esas historias y no supo qué pensar.

Luego descubrió que en realidad no importaba: cuando ese exquisito ejemplar de semidiós se acercó a él no sintió ningún miedo, sino que lo aceptó tal y como era. Si su destino era ser el esposo de un naga, sería el mejor. La vida se había vuelto mucho mejor con él a su lado, y sobra decir que todas y cada una de sus fantasías se habían cumplido.

Excelente servicio.

— QingHua.

La voz ronca de Mobei-Jun lo sacó de sus pensamientos mientras la punta de la cola comenzaba a apuñalar su ano y oleadas de placer recorrían su cuerpo. Shang QingHua emitió una serie de balbuceos inconexos amortiguados por los dedos que actuaban de mordaza, los cuales se deformaron en gemidos de placer conforme la excitación aumentaba por la estimulación recibida en su parte trasera.

Y justo antes de alcanzar el clímax, la estimulación se detuvo. Un segundo después se encontró a sí mismo en el suelo con el cuerpo lleno de baba, las manos y los pies atados, una verdadera mordaza y el pene hinchado a punto de eyacular. Por supuesto, se quejó amargamente y el naga lo miró con indiferencia, sonriendo con malicia.

— Te distrajiste— dijo—. Este es tu castigo por eso.

Shang QingHua lloriqueó sacudiéndose, pero Mobei-Jun se alejó de él.

— Tengo que hacer algunas cosas. Pero si me sirves bien a mi regreso tal vez me compadezca de tí.

Dicho esto, Mobei-Jun salió del lugar dejando allí a Shang QingHua.


❁❁❁❁❁ 


Ah, me mamé xD

La moraleja de esto es que una vez que empiezas a escribir cochinadas no hay vuelta atrás JAJAJAAJAJAJAJAJA

Semana MonsterMoShang 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora