La Fiesta

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Mientras James se alistaba para ir, Betty la pasaba bien en su fiesta, sus amigas hicieron todo por animarla, la música daba un ambiente tranquilo en la fiesta que a todos les agradaba; sin embargo, Betty no se animaba a bailar y la pasaba cerca a la mesa de comidas, mientras veía a la bola de espejos moverse y las personas bailando de manera pacífica.

De forma inesperada sonó una canción que ella tenía mucho aprecio debido a lo personal que le parecía; de pronto estaba en la pista moviéndose de un lado a otro con los ojos entrecerrados viendo el destello de los espejos de la bola, solo quería ser misma, al menos esa noche. Silencio. Como si nadie estuviera en el salón de baile, se encontraba girando con sus tacones rojos, brillando solo para ella, el final se acercaría, pero ella solo giraba. Esto definitivamente no era habitual en ella, su vida era como un circo y que en ese momento lo habían cerrado, pero ella seguía en la cuerda floja, todavía seguía intentando para lograr captar la atención de alguien, todavía tenía esperanzas, pero no encontraba el porqué... ella no era así, nunca fue natural, solo lo intentaba, y no paraba de intentar, pero aún seguía en esa cuerda para lograr encajar, y solo pensó que era como la bola de espejos que se encontraba encima de todos, simplemente moviéndose sin parar iluminando el ambiente. La música paró y ella abrió los ojos, y vio a las demás personas bailando, se veía bien todo, hasta que... James, en los arbustos observando la fiesta, observándola a ella. Betty con una mirada desencajada se acercó a él.

- ¿Qué haces aquí? - dijo Betty confundida con una mirada muy seria, aunque en el fondo ella estaba confundida.

-Todo es mi culpa, te cambiaste de salón solo para evitarme, y lo sé y no te juzgo por ello, no paró de pensar en lo de nosotros. Los rumores son ciertos, es lo peor que pude hacer. Pero ahora estoy en tu fiesta- continúo James- y no sé si me dejarás entrar, al menos me perdonarás, o tal vez solo me mandes al infierno, o seguiremos aquí pasando el tiempo, ¿Sigues confiando en mí? No lo sé, lo que pasó solo fue algo de verano, somos jóvenes, y no pensé en nada cuando lo hice, pero solo sé que te extraño mucho. Y por supuesto no todo es culpa mía, nos alejamos y ella se me insinuó invitándome a un paseo y pronto esos paseos se volvieron seguidos- Betty solo lo miraba a punto de quebrarse pero James no dejó de hablar– pero a pesar de todo... solo pensaba en ti y en nadie más que en ti, planee decírtelo por mucho tiempo, desde que llegué del campamento de verano y bueno, al fin te lo estoy diciendo, y lo único que quiero es quedar bien contigo y quizá reconciliarnos. Sabes que te extraño.

Todo estuvo en silencio en sus mentes, excepto por la música de la fiesta y algunas personas empezaron a ver a los dos chicos mirándose uno al otro.

Betty no sabía qué hacer, obviamente quería perdonarlo, pero sintió que no era fácil,¿Podrían pasar la página y a través de este error hacer más fuerte su relación? Betty lloró y lo abrazó y decidió olvidar todo.

Fin del veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora