Tarde agradable

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Luego de preparar una ensalada con el botín alimenticio que habían recuperado, se sentaron a comer.

—Y dime, ¿Cómo es la vida en tu lado de la ciudad? ¿O no eres de por aquí?

—¿De dónde más podría ser?

—Quizá vengo de visita con él sultán.

—¿Vienes a casarte con el hijo del sultán?

—Oh, no...—soltó una risita —no en realidad.

—¿Entonces vives en la zona de los embajadores?

—¿La cordillera al lado del palacio?

—Sí, ese sitio, solo el palacio y ese lugar tienen montones de agua y plantas, si subo al edificio de allá —apuntó a un sitio al este — tengo una buena vista.

—Deberíamos ir.

—¿Quieres invitarme a tu mansión?

—En realidad, esperaba que me dejases dormir aquí hoy...

—¿Aquí? ¿Estás segura Jasmín?

—¿Sería malo?

—No, no... Pero no tengo demasiado para ofrecer, quisiera decir, con una chica de tu clase seguro que encuentras incómodo este lugar.

—Me gusta tu casa, es cómodo estar aquí. Si traemos plantas desérticas en jarrones absorberán el sol y se sentirá más fresco durante el día, por otro lado si acomodas rocas o bloques podrías hacer una base para calma, luego solo habrá que aplicar varias telas para que se sienta suave.

—Tienes buenas ideas.

—¿No dirás que soy algo entrometida?

—Confiaste en mi para saltar de un edificio, así que cualquier palabra que salga de tu boca es importante para mí.

—Hey, ¿Y tú....siempre has vivido aquí?

—No he conocido más que esto— dijo — Es mi pedazo de paraíso, imperfecto pero mío, y de Abu, claro. No tengo muy claro todo lo que ocurrió, pero de niño recuerdo que había algunas cuantas personas además de mí, alrededor de estas ruinas yacen muchas historias calladas de personas que ya no pueden gritar.

—Nunca imaginé que fuera así.... creí que...bueno, que era un reino próspero.

—Lo es, pero no para todos, simplemente el sultán y los mayores comerciantes, o los embajadores de otros consulados.

—No debería ser así...

—He pasado veinticinco años  viviendo así, a estás alturas estoy conforme con poder comer diario. No tienes que sentir lástima de nosotros, podemos arreglárnoslas.

—Pero el poder existe para cuidar del pueblo, que sentido tiene....¡Argh! Es molesto.

— Ten—Aladdín le tendió un vaso— hice agua con las frutas que sobraron, hay que beberla antes de que se caliente.

—Gracias.

—Aún no le cuentas sobre ti, ¿Porque una princesa vendría al territorio de los pobres?

—¿Princesa? Yo --

—Es una expresión, aunque sinceramente si pareces digna de gobernar cualquier sitio.

—No tengo la más mínima idea de cómo llevar el peso de un gobierno en los hombros.

—Tampoco el sultán —rió pero la chica no pareció disfrutar el chiste.

— Bueno, quizá no sepa todo esto.

—¿Acaso se trata de un hombre ciego? Porque creo que bastaría con salir a su lujoso balcón y vernos para saber que hay muchas cosas que marchan de mala manera.

—Tal vez está demasiado hundido en sus otras obligaciones.

—¿Que otras obligaciones? —el chico sonrió —realmente no entiendo mucho sobre la élite.

—Asuntos políticos. Más que nada, debe asegurar que ya no haya más guerras. Creo que todos los males que aquejan a la ciudad vienen derivados de la guerra.

—Supongo que tiene sentido, no recuerdo más que la guerra de hace siete años, pero duró poco. ¿Medio año?

—sí. Probablemente los niños del mercado sean víctimas indirectas de ése incidente.

—¿Y cuál fue la razón política?

—¿Detrás de la guerra del verano? Uhm...un matrimonio arreglado que salió mal.

—¿El hijo del sultán no quiso casarse con alguna princesa extranjera?

—Meh, fue más....El hijo del sultán iba a casarse con Evian, noble de otro sitio...pero Evian se acostó con un sirviente y lo descubrieron, fue un escándalo interno en el palacio.

—Pobre tipo. ¿Pero entonces porque ellos nos declararon la guerra a nosotros?

—Porque el reinado de Ágrabah no iba a establecer una alianza con una nación infiel.  Dicha nación lo tomó como una ofensa así que....

—Entonces ¿me dices que esos niños se quedaron sin padres a causa de un matrimonio arreglado que se canceló?

—Suena horrible dicho así...

—Suena horrible y punto.

—Los grandes imperios abusan de su fuerza siempre, así que cualquier ofensa hacia alguien de la realeza termina en guerra. Pero hubo una negociación así que terminó la pronto y nos escribieron un manifiesto de disculpas publicas.

—El cuál los huérfanos son incapaces de leer debido a que no tienen padres que les enseñen.

—Pars decir "podemos arreglárnoslas" si pareces tener mucho coraje hacia el reino.

—Bueno, no debiste decirme que la miseria de las personas inocentes es causada por caprichos.

—Bueno, no mis caprichos.

—Sabes, si tuviera la manera, me gustaría que las cosas cambiaran para los pequeños.

—¿Y tú?

—¿Yo?

—¿Me dirás que si tienes la oportunidad no te gustaría que las cosas fueran diferentes para ti?

—Si yo tuviera el poder,  por alá, haría tanto por los demás. ¿Y tú? ¿Que haces con el poder que tienes ahora?

—No es demasiado poder de cualquier manera.

—¿Pero para que lo usas?

Mi mayor deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora