Moon » MoJi ; Twice.

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- ¡Dejen de molestarla! -gritó la pequeña alfa soltando un fuerte gruñido que más bien sonó como un pequeño intento de rugido. - ¡Metanse con alguien de su tamaño! ¡Ella es pequeña! -rápidamente atrajo a la pequeña omega para poder abrazarla posesivamente. - ¡Déjenla en paz!

El resto de pequeños alfas que anteriormente molestaban a la omega diciéndole cosas hirientes como; "¡Mira que omega más gorda!" "Esta omega está horrible" "¡Te quedarás sola!" se sintieron terriblemente regañados por el alfa que vino a su defensa, esos gruñidos los hicieron sentir intimidados que rápidamente prefirieron huir de su crimen. La pequeña alfa, Hirai Momo, dirigió su vista hacia la pequeña omega que yacía en sus brazos solo intentando ocultarse de la vista de todos los demás, sus mejillas estaban pintadas de un color carmín y en sus ojitos habían pequeñas lágrimas, fuera de tener miedo ahora también sentía vergüenza.

- Omega.. ¿estás bien? -murmuró con suavidad. A sus cortos 7 años sabía que un omega era bastante sensible a la voz de los alfas, sus madres le habían enseñado que un omega siempre se debía tratar con delicadeza. Se sintió mal que a pesar de la suavidad en su voz sintió el cuerpo de la omega temblar ante su llamado, no quería asustarla más de lo que ya estaba. - No te haré daño.. omega, yo soy buena..~ -volvió a murmurar. Con un poco de temor pasó su mano por el cabello castaño de la pequeña omega empezando a dejar pequeñas caricias en su cabeza. Pudo recordar como su madre alfa acariciaba a su madre omega con mucha delicadeza y como su madre omega soltaba su aroma tan dulce que ambas amaban. Sonrió levemente al sentir el pequeño ronroneo de la pequeña omega. - Omega.. no te haré daño, te lo prometo.

- N-no quiero q-que me hagan m-más daño.. -tartamudeó intentando ocultarse más entre los brazos de la alfa. - S-sentí mucho miedo.. Alfa.. -sollozó.

- No te harán más daño, omega, conmigo estarás a salvo, yo te voy a cuidar. -soltó una pequeña risa divertida mientras seguía acariciando la cabellera de la omega. Mentiría si dijera que tener a la pequeña omega en sus brazos no se sentía bien, tenía ese sentimiento tan inexplicable que le dijo su madre alfa. - ¿Cómo te llamas, omega? -cuestionó con suavidad, aún seguía con la intención de no asustarla.

- J-Jihyo.. Park Jihyo..

- Tienes un nombre muy lindo, yo me llamo Momo, Hirai Momo.. Si, mi mamá es la señora Lee Heejin. -soltó una pequeña risa nasal. - ¿Quieres salir de mis brazos, Jihyo?

Jihyo rápidamente negó con la cabeza y se aferró a la camisa de uniforme de la alfa, sus labios formaron un puchero y sus ojos nuevamente se llenaron de lágrimas.

- Omega, no te haré daño y no dejaré que nadie lo haga. -suspiró hondo y cerró sus ojos intentando concentrarse.

"Si un día un omega necesita tu ayuda, respira hondo, concéntrate y suelta tus feromonas tranquilas, el omega se calmará y serás de mucha ayuda, Momo".
Recordó las palabras de su madre alfa e instantánea quiso intentarlo, tras concentrarse unos segundos pudo empezar a sentir su aroma a coco y canela ligeramente más dulce de lo normal, lo estaba logrando. Sonrió al sentir el pequeño ronroneo de la omega que poco a poco soltó el agarre a su camisa.

- A-alfa.. -murmuró Jihyo.

- Dime, omega..~

Jihyo soltó un pequeño suspiro y terminó por soltar a la alfa que anteriormente la abrazaba, sus mejillas estaban muy sonrojadas y solamente bajó la mirada avergonzada.

- L-lo siento..

- No hace falta, Jihyo, yo quería ayudarte.. no pude soportar que los tontos de Juhyn, Menjo y Taeh te estuvieran molestando. No me gustó ver como te trataban mal y tú llorabas. -una pequeña mueca de desagrado apareció en sus labios. - Mi mamá dice que un omega se debe tratar con delicadeza y si veía a uno en peligro debía ayudarlo sin importar que.