I could be a better boyfriend than him (MacaoChay/KimChay)

2.

Fui secuestrado por Kimhan Theerapanyakun, el hijo menor de la familia principal, ¡y he vivido para contarlo!

Permítanme contarles acerca de mi terrible experiencia cercana a la muerte, porque sé que a muchos de ustedes les interesa saber el cómo salí ileso de las garras del peor psicópata del mundo, Kimhan Theerapanyakun. Así que aquí les traigo el chismecito completo.

Verán, después de que la regué hablando mal del ex de Chay, que en ese momento yo no tenía ni idea de que se trataba de mi primo, Kimhan decidió perdonarme la vida. Así es, Kimhan demostró que también tiene su lado humano y un pequeño, pequeñito, pequeñísimo corazoncito blando... o algo así.

Realmente me perdonó la vida a cambio de que lo ayudara a descubrir al autor intelectual detrás de esa página, que evidentemente estaba tratando de emparejar a Chay conmigo, y era algo que a Kimhan no le terminaba de agradar. Obviamente, acepté sin pensarlo mucho. ¿Quién se atrevería a rechazar una oferta de Kimhan cuando su vida dependía de eso?

— Mañana pasaré por tí a la salida — anunció Kimhan, su tono era demandante, por lo cual sospeché de inmediato que no se trataba de mi primo siendo amable y yendo por mí a la escuela, ya saben, para ir a tomar un café mientras conversamos como personas civilizadas sobre el asunto que a él le concierne; más bien, estaba advirtiéndome que iba a secuestrarme de nuevo.

— No creo tener información para mañana —, murmuré.

¡Era imposible que en un día pudiera descubrir quién estaba detrás de todo esto!

Agradezco la confianza puesta en mí, pero no lo sé todo y tampoco tengo los contactos suficientes.

Kimhan me lanzó una de sus frías miradas, esas mismas que te hacen querer desaparecer de la faz de la tierra, y yo me encogí sobre el sillón asustado. Dioses, este tipo daba mucho miedo cuando de lo proponía (y cuando no, también). Había olvidado que con Kimhan nunca se debe intentar negociar plazos. Si él te dice que solo tienes 24 horas, tienes solo 24 horas, fin del asunto.

— Mañana te entregaré una lista de posibles sospechosos, ¿de acuerdo? —, negocié después de recordar que mi cabeza pegada a mi cuerpo dependía de cuan competente y útil era para esa tarea.

— Procura que tu lista no sea tan larga, no quiero perder tiempo descartando a candidatos —, puntualizó Kimhan.

¿Y de qué sabor va a querer su helado el jovencito?, ¿de limón, zarzamora o prefiere el de beso de angel?

¡Já!

Encima de que casi todo el trabajo de investigación me tocaba a mí, también debía encargarme de descartar por él y decirle quién es el autor intelectual detrás de todo esto. Quiere todo peladito y en la boca, ¡qué injusto!, pero claro, ¿qué más puedo esperar del hijo menor mimado de la familia principal?, por supuesto, aquí tiene a su tonto que haga todo por él.

— ¿Algo más? — la pregunta se disparó de mi boca con ironía antes de que pudiera morderme la lengua.

Estaba molesto por la carga de trabajo que Kimhan había puesto sobre mí,  ¡tenía suficiente con ser un estudiante  de nuevo ingreso en la Universidad con 6 ensayos, 3 maquetas, 20 lecturas, 7 exposiciones, 2 diapositivas de powerpoint y 4 exámenes pendientes!

Bueno, aunque tampoco es como si planeara sentarme a leer un poco antes de redactar mis trabajos, o como si estuviera dispuesto a desvelarme para estudiar o hacer mis diapositivas, yo no era de ese tipo de estudiante. No, no, no.

Pero aún así, el que yo no fuera un estudiante dedicado, eso no significaba que estuviera interesado en invertir mi tiempo libre en solucionar la vida amorosa del primo al que solo veía una vez al año.