4.

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Y aquí vamos de nuevo.

Un suspiro sale de mis labios. Puedo sentir que las cuerdas que atan mis muñecas comienzan a escocer sobre el anillo que me ha dejado la cinta  después de estar horas atado; mientras que mis ojos se encuentran cubiertos por una tela que me prohíbe  distinguir lo que hay a mi alrededor. Afortunadamente, mi boca no ha sido sellada, pero no es una opción muy inteligente de mi parte gritar por ayuda si mi captor es quien creo que es. Igual, pronto me dejará ir...

Sí, pronto. Espero. ¡Realmente no quiero morir!...

Tranquilo, Macao. Respira.

Inhala. Exhala. Inhala. Exhala.

Bien. Siendo hijo de un líder de la mafia, hermano menor de un sádico y sucesor al puesto de líder (de la mafia), con guardaespaldas custodiandome las veinticuatro horas del día...¿Cómo es posible que haya vuelto a ser secuestrado por segunda vez en la semana por la misma persona, en plena luz del día y frente a demasiados posibles testigos?

Solo puede ser una de dos, o mis grandulones son unos inútiles y necesitaba unos nuevos; o mi secuestrador era demasiado hábil.

Justo en ese momento, pude escuchar unos pasos acercarse. Eran pisadas firmes y apresuradas. Debido a los golpeteos de las pisadas, era fácil predecir que la persona estaba bajando escaleras. Perfecto, no solo fui secuestrado en contra de mi voluntad, además me mantienen cautivo, muy probablemente, en un sótano de dudosa higiene y tal vez con demasiados bichos feos de los que ni la ciencia sabe de su existencia (¡pésimo servicio!). Si salgo vivo, voy a necesitar un buen baño de al menos dos horas para desinfectar mi cuerpo.

— ¿Y bien?, ¿has descubierto algo?

Esa voz gruesa, con matices de arrogancia y superioridad no podría ser de nadie más que de mi primo, Kim.

Lo más sensato era responder que no, suplicar por mi vida mientras lloraba y me humillaba, para finalmente rogar por otra oportunidad, pero a veces mi boca es más rápida que mi cerebro.

— Hola, Macao, ¿cómo estás?, ¿necesitas algo?, sabes que estas en tu casa; hey primo, yo estoy genial, gracias por preguntar, ¿y tú?

Modales Kim, ¡modales!

— Déjate de tonterías, ¡responde! ¿descubriste algo? —, exigió Kim.

— Hablemos como personas civilizadas — propuse, haciéndome el valiente porque mi padre, y mi hermano mayor, no me criaron para mostrarme débil delante de cualquier imbécil que intentara intimidarme...nah, en realidad no soy valiente, y si le tenía mucho miedo a Kim, y el valor era la fe que había puesto en mi nueva amistad con Chay, la cual creía que me salvaría el pellejo en adelante. — Lo que implica que me desates, me dejes abrir los ojos y me lleves a un lugar más cómodo para hablar.

Tal vez agradecería también un cafecito bien caliente, para el frío y para hacer más ameno y entretenido el chisme.

Kim gruñó. Así como perro con rabia. Igualito.

—  Solo voy a descubrirte los ojos, ¿de acuerdo? — medio cedió.

Mn. Como sea. Igual no esperaba que cediera en absoluto.

Kim me quitó la venda de los ojos. Literalmente. Fue entonces que me di cuenta de que no estaba en un sótano oscuro y frío, con bichos extraños e higiene de dudosa procedencia, como creí en un principio. De hecho, el lugar lucía muy limpio y parecía ser una oficina, había un gran escritorio frente a mí, donde Kim estaba apoyado para verme de frente; a mi costado derecho había dos pequeños estantes de libros y sobre la pared algunos instrumentos musicales decorando el lugar. No era demasiado extravagante ni lujoso, ni tenía un concepto de decoración, pero aún asi era bello a la vista.

I could be a better boyfriend than him (MacaoChay/KimChay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora