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   Salió de ahí de ese pequeño consultorio donde llego a pensar que si no lo hacía moriría asfixiada todo se volvió pequeño, todo empezaba a verse negro y no cree que pueda llegar al final del túnel ya estaba cansada, desanimada con la mirada en e...

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   Salió de ahí de ese pequeño consultorio donde llego a pensar que si no lo hacía moriría asfixiada todo se volvió pequeño, todo empezaba a verse negro y no cree que pueda llegar al final del túnel ya estaba cansada, desanimada con la mirada en el suelo y las esperanzas enterradas, como lo estaré realmente pronto sus pensamientos siempre le recordaban la poca cosa que era y que jamás saldrá de su miseria, se olvidó de todo y se hundió en la tristeza, dejando salir unas lágrimas casi escasas, lagrimas qué desaparecerían lágrimas que confirmaban que ya no quedaba pedazo de su corazón que romper.  Secándose con su suéter ese desgastado y el único que no le faltaba un pedazo, salió pidiendo un taxi sentía tanta vergüenza y indignación qué el doctor Gastón le diera dinero para que no se fuera caminando ni que tomara el tren ¿ Dónde rayos quedaron los estudios ? Dónde tanto se esforzó ¿ Dónde quedó las ganas de ser alguien ? Dónde gasto energía causando una buena impresión y  Dónde, dónde, dónde.... La llevara a su apartamento cómodo, pequeño y triste departamento qué le dejaron sus padres que de alguna manera seguía teniendo, antes de irse abandonándola a su suerte.

  Aquel chico seguía ahí, ahora sentado esperando su turno para poder hablar con el doctor Gastón Carson el hermano de su padre.

   Cuándo la vió a aquella chica con la mirada en el piso, secando unas cuantas lágrimas de esos ojos negros, dónde se había perdido por unos segundos que se sintieron una eternidades una muy linda eternidad y se sintió mal, quería saber porqué lloraba y eso era lo raro ese pequeño sentimiento de saber el porqué y tratar de ayudarla, solo sabía su nombre pero quería saber más de ella, el querer estaba pero no se levantó y aparto la mirada.

  El entró en aquella oficina donde el ambiente se sentía decaído como la chica de hace un momento  y vio a su tío ahí sentado con análisis, placas y muchas hojas, demasiadas para la vista de alguien que no quería saber nada de la universidad por lo menos por ahora, Gastón Carson está concentrado y hundido en una solución en como ofrecer su ayuda sin que ella lo despreciara o rechazará casi que le pone el billete en la mano para que tomara un taxi, hasta que escucho el sonido de la puerta cerrarse.

– ¿ Sobrino que haces por acá ?.

Preguntó sabiendo que venía a pedir un favor o un consejo. Y no tenía realmente tiempo para ninguno.

– vine a visitarte tío – dijo detenidamente  teniendo por completo la atención de su tío y esté lo miraba con  curiosidad y urgencias que se dejara de rodeos – necesito encontrar trabajo, ya sabes lo que piensa padre sobre la medicina o sobre que quiera estudiar o pensar en otra cosa, pero no puedo seguir sus pasos, no me veo como él.

Dijo con desánimo.

– te entiendo ¿ Pero de que podría darte yo trabajo ? Sabes que apenas estoy empezando con este nuevo proyecto porque hay personas que de verdad necesitan ayuda y no tienen el dinero o los recursos.

– ya se – dijo – de lo que quieras enserio necesito trabajo, solo ayúdame.

  Las palabras eran suplicas realmente y recordó a Dalia se notaba mucho la falta de alimentación y de medicinas, para ella poder seguir adelante necesitaba un cambió, y se dijo a si mismo porque no ayudarla, porque no hacer algo por esa chica sin una gota de chispa en sus ojos negros cómo abismo desolado quería ver una verdadera sonrisa y el brillo que alguna vez tubo.

   Y la gran idea según el surgió y sonrió Andric al ver el cambio drástico en las facciones del rostro de su tío se preocupo realmente en que pensaba...

– ¿ Quieres trabajar de repartidor ?.

Le preguntó a su sobrino emocionado.

Repartidor pensó, no se acordaba dónde su tío le mencionaba que tenía una tienda o una agencia de envíos. Pero la sonrisa de el rostro de su tío no se iba.                       

– ¿ Repartidor acabas de decir ?.

Repitió confundido y en voz alta para que el escuchará lo mismo qué el acaba de decir parecía más un pensamiento a qué le fuera respondido en su desesperado y sobretodo urgente necesidad de dinero ¿ De dónde había sacado esa ida ?.                                           
– si un repartidor – lo miro seriamente borrando la sonrisa Andric ya se sentía cómodo pocas veces veía a su tío y cuando lo hacía no sonreía – ¿ Cuál es el problema ? - tu tono de voz quizás pensó Andric – si no lo quieres yo simplemente…

Fue interrumpido por un chico desesperado por dinero y ganas de depender de su padre ahora iba a depender del trabajo de " repartidor " de su tío.

– sí, sí – espero no arrepentirme se dijo Andric – ¿ Qué tengo que hacer ?.

Preguntó.

– ¿ Enserio quieres trabajó ? – este asintió – Andric es un trabajo sencillo,  solo tienes que llevar unas pastillas, comida a un solo lugar – Andric escuchaba a un confundido era enserio lo que decía o le estaba tomando el pelo – todos pero todos los días en las mañana y en la tarde sin falta alguna.

 Él se cruzó de brazos esperando alguna explicación ya que no entendía nada a dónde y a quién le llevaría esa comida y pastillas. Se imagino millones de escenarios y ninguno le gustaba.

– si no me mires así – le dijo – me he encariñado con una persona, la veo cómo una amiga y podría hasta como la hija que nunca tuve – confesión Andric sin poder evitarlo alzó las cejas – ella no está del todo bien la investigué – oh – sé que está mal pero llego a mí con un dolor en el pecho y con una gran sonrisa triste y  diciéndome que se sentía mal quise averiguar más a fondo, pero no se estoy algo confundido se supone que soy un jodido doctor y que ya debería saber y actuar ayudarla  – explicaba aquel hombre con tristeza y rabia mezclada refiriéndose a Dalia – necesita ayuda y aunque ella no me la pidió y posiblemente la rechacé,  yo pienso dársela.

– ¿ Pero piensas pagarme cierto ?.

 Preguntó él y su tío nego increíble eso era lo que le importaba, casi dejando a un lado aquel discurso de amabilidad y conmovido de de su tío, pero se sentía orgulloso de él por pensar y actuar así. Y le sonrió.

– te pagaré – dijo rondando los ojos – te enviaré un mensaje, con la ubicación ¿ De acuerdo ? – asintió – empiezas mañana la comida la recoges acá en la clínica, puedes hacerlo ¿ si o no ? Sin presión sobrino.

Pregunto el doctor Gastón.

– puedo hacerlo.

Dijo el orgullosamente es un simple trabajo y le pagarían que si estaba feliz pues sí,  que si necesitaba el dinero pues sí.

– nos estamos viendo, tío espero tu mensaje.

   Y salió de ahí con una sonrisa, fué al estacionamiento en busca de su  camioneta changan de color azul, él no era un idiota él sabía que apenas le contara a sus padres le quitarían su apoyo, el durante mucho tiempo guardó, dinero mucho y se sintió feliz de haber tomado aquella decisión, sus padres le quitarán el dinero y lo puede asegurar para meterle presión y que se doblegará ante ellos, solo querían que el estudiara y siguiera los pasos de él y su hermano mayor. ¿ Sencillo ?.

 Y pensó en aquella chica de nombre Dalia.

– Dalia – repitió pero ahora lo dijo y sonó tan bien,  gracias a Amelia supo su nombre recordó sus ojos y esas ojeras que opacaban pequeñas pecas de color marrón, no pude ver más por el cubre boca se lo impedía – eres hermosa Dalia .

 

Un gusto presentarles a mi nuevo bebé llamado : A TU PUERTA y quiero decirles que todavía falta para empezar de verdad a actualizar, empezar está nueva aventura con ustedes si desean acompañarme por el momento me despido y que tengas un bonita semana.

A TU PUERTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora