Prologo.

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Limpiaba el arma con un pañuelo, en verdad le da mucho asco que su arma se llene de saliva, pero no podía mancharse en lo más mínimo así que meterla en su boca fue una opción viable.

Detesta tanto que lloren y rueguen, ellos ya deberían de saber que al equivocarse una vez, no hay vuelta atrás, para el moreno era realmente patético que quisieran solucionar su error con lágrimas.

—Jefe, el equipo de limpieza ya viene como lo pidió.

—Perfecto —guarda el arma en el cinturón mientras ve el cuerpo inerte caer al piso —quiero también a los que le dio la información.

Al dar un paso sin querer pisa una mancha de sangre del piso, suelta un par de improperios y sale de la bodega en la que se encontraba.

—Dime que tengo zapatos en el auto.

—Si jefe, empaque un par extra, también traje su colonia.

—Bien.

Al llegar al auto, su asistente saca el par de zapatos negros, le ayuda a su jefe a colocárselos mientras esté se acomoda los botones de la camisa, la cual se ajustaba perfectamente a su cuerpo tonificado, parecía apretarle de los brazos, pero estaba hecha a la medida, se rocía solo un poco del perfume para después ponerse la chaqueta blanca.

Kim Namjoon no solo es un hombre impresionante, es cruel, sanguinario y jamás se toca el corazón en los negocios.

Entra en su Cadillac para dar los últimos detalles en su atuendo, revisa su rostro que no tenga alguna clase de señal de lo que acaba de hacer, todo tiene que estar perfecto.

—Me dejas a unas cuadras, no quiero que ella te vea.

—Si jefe, pero no me parece seguro que vaya sin protección.

—Es un barrio seguro, además nadie se atrevería a siquiera pensar en hacer algo.

—Al menos llévese su arma.

—Llevare la del tobillo, pero no será necesaria.

Su asistente lo deja a una cuadra de su destino, mientras va caminando nota como la gente agacha la mirada a su lado, puede ser que no sepan quién es del todo, pero toda su aura despide peligro, podría teñir de rojo toda la manzana con la sangre que ha derramado, su mirada es feroz además de que su cuerpo enorme y musculoso ayuda a que sepan que es de temer.

—Señor Namjoon.

Una chica con una enorme sonrisa salta desde su lugar para que el moreno la localizarla, ella tenía el cabello castaño, piel blanca y ojos enormes, tan negros como la noche, pero tan puro como el agua más clara. Su cuerpo es pequeño al igual que su apariencia.

—Buenas noches señor Namjoon.

El moreno le acaricia el rostro con mucho cuidado, pasando el dedo pulgar por las mejillas de la joven, está cierra los ojos disfrutando del tacto delicado.

—¿Hasta cuándo dejaras de decirme señor?

—Creo que aún no me acostumbro.

La toma por la cintura y se acerca a sus labios.

—Hare que te acostumbres pronto.

Deja un tierno beso, el cual profundiza, él quería todo de ella, su alma, su cuerpo y su cariño.

—Me encantaría comerte aquí mismo, pero puedo esperar a después de la película.

Le encantaba la manera en que ella se sonrojaba, no había nada más dulce en este mundo para el cruel Kim Namjoon, que sería capaz de quemar toda la ciudad si eso hace sonreír a la pequeña Aerum.

Le encantaba la manera en que ella se sonrojaba, no había nada más dulce en este mundo para el cruel Kim Namjoon, que sería capaz de quemar toda la ciudad si eso hace sonreír a la pequeña Aerum

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