Las sombras de la oscuridad recorrían todos los lugares de la ciudad. La noche se había extendido hace ya unas cuantas horas y las calles abundaban en soledad. Excepto por una persona que regresaba a su cabaña a esas horas donde solo quedaban unos pocos guardias haciendo recorridos y los borrachos tirados y dormidos en el borde de las aceras.Cubría su rostro con esa capucha, debía llegar a su destino con rapidez luego de haber buscado unos ingredientes que necesitaba. Magnus, el llamado chamán, cuyo deseo era más que nada que aquel reino regresara a sus raíces, ocultaba miles de secretos tan oscuros como su corazón, si es que aún le quedaba corazón.
Se había vuelto hacía más de 300 años la mano derecha del rey, ellos crecieron juntos, vivieron juntos, fueron los mejores amigos, los perfectos aliados, los mejores soldados, hermanos entregados a la causa de algún día poder gobernar a su tribu. Hasta que algo cambió, el día que llegaron a la tribu aquellas extraordinarias criaturas. Parecías como ellos, altos y fuertes, ellos también ocultaban una fuerza en su interior que los hacía diferentes, mucho más diferentes.
El rey de Ácaron estaba en la tribu, junto con su pequeña hija que tenía aproximadamente la misma edad que los chicos. Pero era hermosa, una pequeña de cabellos tan negros como la noche y ojos grises, casi transparentes que reflejaban una profunda pureza, piel dorada y unos bonitos labios gruesos. Ocupaban aliarse con aquel reino para los enfrentamientos que se acercaban. Ya se había predicho que nuevas criaturas intentarían apoderarse de aquel mundo.
Aquella pequeña se había acercado a ellos, había visto más de lo que necesitaba y decidió quedarse. Prepararse para aquella guerra, pidió a su padre comprensión y el derecho de ser el lazo de aquella alianza. Para entonces, ya Magnus se había enamorado de su belleza, pero...su amigo también.
Crecieron juntos, entre amor y lucha, ella se convirtió en toda una mujer, el pequeño príncipe en todo un rey y Magnus, en su mano derecha. Iba a confesar su amor a la chica cuando al estar unos pasos de sus aposentos, había visto aquel cuerpo perfecto ser profanado entre las pieles por su amigo. Los odió, y luego se odió a sí mismo por odiarlos. Eran sus mejores amigos, su familia. Y ahora, solo se habían convertido en amantes. Aquella noche entendió que debía ser fuerte, cuidar del reino que su amigo había descuidado cuando decidió romper la alianza acostándose y embarazado a la chica. La vió dar a luz y morir anos más tarde por aquella especie de baja calaña que había traído a su mundo su horrible cultura. Compró una dara y se encargó de tener descendencia, así como satisfacer sus necesidades con aquella pobre mujer que era abusada noche tras noche y recibía todos los castigos provocados por sus enojos. Tenía una vida bastante miserable, y había criado a su hijo a su imágen.
Pero el no caminaba en vano a través de la oscuridad de la ciudad, llevaba entre sus cosas un cofre. Contenía algo sumamente importante para él y sus experimentos. A pasos apresurados llegó a su cabaña antes de lo previsto. No dudó ni dos minutos en correr hacia aquellos estantes con viejos libros,over aquella palanca y bajar al sótano oculto donde guardaba todo lo importante para él.— ¿Has llegado? —una voz ronca e imponente retumbó en el lugar
— Traje tu cena —Magnus extrae de aquella bolsa una botella, cuyo interior contenía una esencia capaz de cegar a cualquier humano por lo resplandeciente que era. La llevó hasta aquel cofre cubierto de candados y hechizos. Abrió una rendija y colocó la boca de aquella botella para luego pronunciar unas palabras— Almus-nordicus-salis
— Deliciosa —habla aquella voz luego de que aquel resplandor se desvanecieron en el interior del cofre— Aunque demasiadas culpa, prefiero las almas más puras —reclama
— No tengo intención de darte fuerzas, solo te mantengo con vida para futuros propósitos —el anciano cierra la rendija y se dispone a salir del ese lugar
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Ámbar {La maldición del guerrero híbrido} 🔹EDICIÓN Y CORRECCIÓN🔹
Viễn tưởngÁmbar, una humana en un mundo de criaturas inimaginables. Él, un guerrero maldito, un líder, un rey ambicioso que únicamente vela por los intereses de su reino. Tras un noble sacrificio, ella deberá demostrar a los habitantes de tal mundo que ser re...