XII🔸 Información

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Reino de la Luz

La vanidosa reina, segunda esposa del rey de los elfos camina dando vueltas por toda la habitación como señal de profunda desesperación y preocupación. Su dama de honor, esa que siempre la ha acompañado y ha sido su más fiel consejera atraviesa las puertas de esa habitación.

- ¿Hay alguna novedad sobre mi hijo? -juega con sus manos y mira fijamente con lágrimas en los ojos a la elfa de enfrente. El deseo de saber al menos cualquier dato sobre su hijo la lleva atormentando durante días.

- No majestad, el príncipe no ha dado señales de vida, fue visto por última vez en las cordilleras de las montañas del norte, rumbo al reino de Ácaron -le dice manteniendo su posición firme con las manos tras su cuerpo y la mirada baja cuando culmina el reporte

- Por nuestros antepasados... ¿Dónde está mi hijo? -grita angustiada la reina y cae al suelo entre llantos. La consejera va a socorrerla

- Majestad... levantese por favor -ruega sosteniendo su brazo pero la reina la aparta de un empujón y sale de allí con largos pasos cargados de rabia y odio.

La forma en la que camina apresurada hace que cada sirviente en el castillo se haga a un lado haciendo espacio. Llega sin mucho esfuerzo hasta estar unos pasos frente a la puerta de la reina Antára, quién ya se había encargado de poner seguridad fuera de su alcoba. Los elfos guardianes bajan la cabeza ante la reina...

- Exijo ver a Antára -pide y automáticamente ellos se miran el uno al otro y cruzan los bastones impidiendo su entrada

- El rey pidió que la reina Antára no fuera molestada -dice uno de ellos mirando a la segunda reina

- ¡Soy su reina! -se exalta y en un movimiento de sus manos combinando su poder logra que los guardias suelten sus armas y queden cada uno pegado a la pared a cada lado de la puerta.

Ella las atraviesa y los deja caer al suelo. Lo primero que sus ojos ven es al rey sentado a un ado de su amada tomando su mano, y a esta recostada en la cama mirándola con confusión por la manera abrupta de abrir la puerta de su habitación.

- ¿Esto haces mientras tu hijo está desaparecido? -reclama sin respeto alguno

- Cuida tu forma de hablar Cristi -se levanta rápidamente y la mira con enojo

- No ha nacido esa criatura y ya estás descuidando tus deberes como rey -habla sin medir las consecuencias- ¡Primero le impones al reino una niña humana, permites que halla una de esos salvajes en el castillo y ahora prefieres velar a Antára antes que el bienestar de tu hijo! -grita con desesperación- ¡Serás madre!, ¡No sabes cómo se siente perder un hijo! -le dice a la otra reina dejando que las lágrimas recorran sus mejillas.

- Es suficiente, ¡Guardias! -habla el rey de manera autoritaria- Lleven a la reina Cristi a sus aposentos y seqquedará ahí hasta que recapacite por su aptitud y su manera de dirigirse hacia mí -ordena el rey y rápidamente los elfos que estaban fuera la toman por cada braza llevándola fuera entre sus gritos y maldiciones contre su enemiga legendaria.

- Lamento mucho todo esto -se acerca el rey a la cama nuevamente

- No debiste tratarla de esa manera, solo está angustiada por su hijo -comenta mirando hacia abajo- Siento cada noche esa misma sensación al no saber cómo está mi pequeña -una lágrima se deja ver

- ¿Quieres que mande a alguien a verificar que nuestra pequeña está bien? -le pregunta el rey y ella lo mira con ojos brillantes

- ¿Harías eso? -le pregunta sin poder creer que eso fuera posible, pues viola completamente uno de los puntos de la alianza

Ámbar {La maldición del guerrero híbrido} 🔹EDICIÓN Y CORRECCIÓN🔹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora