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Aurora

Dos días después

La luz impide que pueda abrir bien los ojos y debo cubrirlos con mis manos pero al hacerlo siento como mi mano izquierda duele, es cuando me doy cuenta que estoy conectada a unos aparatos y me están pasando suero.

Me desconecto de todo e intento ponerme de pie pero un leve mareo me hace volver atrás, respiro hondo y miro hacia el techo.


Luego me percato que estoy en la misma habitación en la que desperté hace  años atrás...

He vuelto, recuerdo perfectamente todo lo qué pasó y no puedo negar la confusión de las dos personalidades en mi... Aurora y Alma...

Me siento en la cama y estiro los huesos y es cuando escucho pequeñas risitas en la habitación.

Busco con la mirada y logro ver una melena ondulada de negro azabache...

Está escondida  detrás del sillón en la habitación...


—-Quien anda ahí ?.— pregunto y noto como unos ojos marrones intensos me miran...—-Ven...

Le digo y la pequeña corre hasta donde estoy, no dudo en ponerme de pie como puedo y cargarla en brazos, esparzo besos por toda su carita y ella me abraza con fuerza...noto la heterocromía que porta la pequeña

Luego noto a la otra quien tiene una carita triste y está escondida en un rincón. Le hago un gesto y la pequeña corre hasta donde estoy con su hermana y debo sentarme en la cama para poder cargarlas a las dos..., sus ojos son tan perfectos como hermosos al igual que su hermana y padre, a diferencia de su hermana está trae el pelo más lacio y lo trae recogido en una horquilla.


Las beso y las abrazo como si mi vida dependiera de ello...


——Las amo con todo mi ser,.— les digo y ellas me responden con besos en la mejilla.

No sé qué pasó aquella noche en que se las entregue a Eleanor y a Alan pero agradezco tenerlas aquí, las lagrimas corren por mis mejillas al recordar el momento y la culpa me invade al no saber cómo se llaman, este es el peor castigo, pero mi recompensa es tener este momento con ellas.


—-Como te llamas pequeña.— le pregunto a la hermosa de ojos intensamente marrones aún más que los míos, parece que trae el sol en ellos.

—-Soy  Isabella, acaso no te acuerdas de mi.— me dice y no puedo responder, esto es difícil.

—-Y yo soy Hera .— me dice la otra hermosura la cual parece traer la luna en los ojos. Su ojo izquierdo es tan azul como el océano y el otro es un celeste intenso.

—-Perdónenme !!!—-Solo puedo decir, las abrazo y las beso y no paro de repetir lo mucho que las amo.









Pasado un rato las hermosas niñas, mis hijas me llevan a conocer su cuarto, Isabella me muestra todos sus trofeos y medallas olímpicas, mientras que Hera me muestra sus libros favoritos.

Ambas son muy inteligentes, bastantes a decir verdad, las acompaño todo el rato y disfruto conocerlas y no puedo evitar derramar lagrimas de felicidad, nostalgia, miedo y amor.


No puedo creer que me perdí de sus vidas así, de la nada y sin más.


Quiero conocerlas y ser parte de sus vidas pero actuamos como si ellas me tuvieran de toda la vida ya que me dicen mamá y me tratan con mucho amor.

Dela nada llega mi viejo amigo Zeus, cuánto lo extraño, le acaricio el lomo mientras recuerdo como lo conocí, creí que me mataría y al final terminó cuidando de mi y ahora de mis hijas.

Alive: almas liberadas [+21] ☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora