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Otro día más, en Toronto.

La patinadora estaba con la pelirroja en el colegio.

Estaban en receso, mientras hablaban sobre que iban a venir las vacaciones.

—Mentita, ¿Y si salimos con los demás al parque de atracciones?—le pregunto la pelirroja.

—Es una buena idea, me apunto—dijo el de la vincha morada quien las encontró.

—Yo también me uno!—dijo la más baja del grupo.

—Yo también—dijo la de lentes.

—Bueno ya estamos listos, ¿A qué hora nos vemos?—dijo la patinadora.

—A las 5:30 de la tarde—dijo la pelirroja—Mentita, no te quedes dormida—.

—Bien—dijo la patinadora.

Estaba tranquilo todo pero vinieron unos chicos, los cuales según ellos eran los populares lo cual a la vez era cierto.

Tenían bastante dinero para meterse en problemas y que no le digan nada los profesores y el director.

Por que después de todo.

El Dinero es lo que les importa a todos.

—Valla, valla, miren a los raritos aquí, reunidos—dijo un chico pelirubio.

—Alejate de ellos que te pueden contagiar su rareza—dijo una chica de ojos dorados.

—Son unos imbéciles, nerds más aquella pelirroja—dijo un albino.

Oh vaya error que cometieron, insultarlos y insultar a su amada.

—Estos idiotas—dijo enojada entre dientes la patinadora.

La patinadora golpeó al albino, dejándolo en el piso.

—¡Pelea!—dijo un estudiante.

Muchos estudiantes vinieron a ver la pelea, algunos grababan, otros apoyaban a uno de los dos.

La patinadora se abalanzó arriba del albino, empezando a golpearlo una y otra vez, sin ningún remordimiento.

Pues la furia le había aporedado.

El albino le empujó, haciendo que la patinadora caiga pero se levante rápido al igual que el albino.

El albino le dio una patada por el estómago a la patinadora quien no se dejó y agarró una roca que había a su lado, le tiró la roca a la cabeza del chico dejándolo sangrando.

—¡Idiota!—grito el chico.

—Idiota será tu madre malparido—dijo la patinadora.

El albino se quería mover hacia ella pero la patinadora pateo la pierna por la rodilla del albino, haciendo que caiga al suelo gritando.

—¡Miriam Wexler para ya!—dijo la pelirroja.

La patinadora paro, volteo a ver a la pelirroja quien estaba asustada por eso.

La pelirroja jamás le había gustado mucho las peleas, no le gustaba.

—...—la patinadora miro al albino y se fue donde la pelirroja—No pasa nada no molestará... No lo hará más—sonrio.

 No lo hará más—sonrio

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Lo hago por ti... Mi Pandita <3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora