El Alfa que odio, ¿es mi Alfa? ✧BrighWin✧

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El cumpleaños de Prem Vachirawit había sido el 15, un día después del suyo, pero a diferencia de él, los padres Prem si hicieron una enorme fiesta en su casa. La cosa era que, Prem Vachirawit tenía mucha familia en Australia y todos ellos lo amaban por ser tierno, pequeño y hermoso. Palabras de su hermano mayor, Boun.

Win ya le había dado un regalo de cumpleaños, pero que importaba si podría usar eso de excusa para salir a la plaza y distraerse después de una dura semana en la Preparatoria. Le pidió a Boun que lo acompañará y el mayor aceptó porque él tampoco tenía nada que darle a su lindo Omega. Así que, después de avisar que saldrían, ambos se encontraban en el auto del más grande con rumbo a la plaza favorita de Win, no estaba de más decir que también era la favorita de Boun.

Cuando llegaron, Boun obligó a Win a quedarse a su lado todo el tiempo, ya que el menor tenía la mala costumbre de desaparecer de la nada y aparecer en otro lugar en menos de tres minutos y eso jodia realmente al hermano mayor. Una vez aceptada la petición, Win se coloco la pulsera que lo uniría a Chris por el resto de la tarde.

Ambos miraron en diferentes lugares sin encontrar nada bueno para Prem Vachirawit y no porque fuera difícil, si no porque todo parecía perfecto para el Omega. Y Win empezaba a creer que el mejor regalo que podía darle era su hermano. Con un moño en la cabeza. Y se rio. La idea no sonaba para nada mal, de hecho era la mejor idea que tuvo en todo el día.

-Ya se que le daré a Prem. - dijo de pronto mientras Boun miraba algunas camisas que le parecían del estilo de Prem.

-¿Qué le darás? - preguntó el mayor sin mirarle realmente.

-A ti con un moño. - respondió y él Alfa se giro a mirarlo. Win no evitó la carcajada que brotó desde su garganta al ver a su hermano fruncir las cejas.

Boun por su lado sólo podía sentirse fastidiado por la idea. Y es que Win era tan gracioso.

-¿Por qué mejor no buscas algo normal para él? - preguntó el mayor tomando varias camisas en sus manos. - date prisa qué tengo hambre.

-No tengo ni la más mínima idea de que darle. - hizo un puchero mientras miraba los juegos de mesa y algunos peluches en el mueble de la tienda. - ¿crees que le guste este peluche de lobo gris? - preguntó levantando el peluche.

-Es lindo. Me gusta. - respondió. - vamos ya, tengo hambre.

Win elevó los hombros y siguió a su hermano para pagar por sus cosas. Había decidido comprar el peluche, una camisa y además un regalo especial que pagó a escondidas de su hermano. Claramente él no tenía porque ver aquel regalo.

Subieron a la segunda planta de la plaza para comer antes de volver a casa y prepararse para la fiesta. Se sentaron no muy lejos de las escaleras con sus comidas; Win con un americano y un emparedado, y Boun con un poco de fideos y pollo frito.

-¿Cuándo le pedirás ser novios? - preguntó el menor bebiendo su americano más que feliz.

-No lo sé. - respondió el mayor. - yo, no se si Prem me quiere como yo a él.

Hizo una mueca de lado algo dolido.

-¡¿Estás bromeando?! - grito el Omega asustándolo. Porque ¡Dios! Prem se la pasaba pegado a él todo el tiempo. Lo abrazaba y dejaba su aroma, marcando al mayor como suyo. Prem no era discreto, ni siquiera se ocultaba en ello. Win estaba más que seguro que su amigo estaba enamorado de su hermano desde la primera vez que se vieron.

No tenía pruebas, pero tampoco dudas.

-No y no grites. - respondió sin dejar de comer.

-Boun Metawin, ese Omega está todo tonto por ti, ¿es qué acaso eres ciego? ¿O idiota? - preguntó mirándolo fijamente.

-¿Cómo mierda voy a saber eso? Cada vez que estamos juntos él recalca la palabra "amigos" en mi cara. - respondió.

-Nada de "amigos" - dijo enojado. - ¡ve y dile que lo amas y que quieres hacerle cachorros hasta temer una manada! - exigió.

Y Boun por poco muere ahogado por su propia comida. Win lo señaló con el dedo antes de levantarse con sus cosas en manos y caminar hacia el estacionamiento, ignorando el llamado de su hermano para ponerse la pulsera y no alejarse.

Es que, estaba más que enojado. Estaba furiosos y quería asesinarlo el mismo por pensar de esa absurda forma.