Songs about you |Louis Tomlinson|

Capitulo 2

Pris me recibió en su habitación esa tarde, envolviéndome en un abrazo reconfortante, solo ella sabía lo duro que era para mi haberlo visto luego de esa noche, además, no se descartaban los nervios por mi primer día de trabajo. Había ido bien, los chicos en su mayoría fueron amables conmigo y soltaban bromas de vez en cuando para relajarme en el proceso de las presentaciones informales y cuando me enseñaron el estudio de grabación. Michael, el guitarrista, me recordaba de una subasta de beneficencia que solía organizar la discográfica y yo, la verdad los conocía gracias a Pris quien se encargó de informarme de manera general sobre cada una de sus vidas, excepto la de Louis solo para -amablemente- no recordarme de su existencia.

Ahora lo que me preocupaba era algo aún más importante. No tenía ideas, había ido a plantarme delante de esos músicos expertos totalmente en blanco y aunque no descartaba que las canciones irían naciendo conforme me coordinara con ellos, tenía que empezar a trabajar de inmediato si queríamos presentar el álbum en seis meses.

Me quedé en la habitación de Pris toda la tarde, con una libreta y una pluma en mi regazo. Pero nada, no salía malditamente nada de mi cabeza que parecía simplemente querer divagar en otras estupideces, como por ejemplo, en como se vería Louis Tomlinson si tuviese los ojos de otro color.

¿A quién quiero engañar? Probablemente seguirá viéndose perfecto.

-¿Matt es tan guapo de cerca como parece en el escenario? -Preguntó mi hermana menor. Volteé a verla, estaba cepillándose el cabello largo y rubio frente al espejo.

-Creo que lo has visto muchas más veces que yo, puedes deducirlo por tu cuenta. -Me burlé porque Pris era una gran fan One Direction mucho antes de que se separaran y básicamente ella fue participe para que Louis firmara como solista con mi padre, ella fue la que garantizó su éxito actual haciendo sonar sus antiguas canciones como grupo en las bocinas programadas de toda la casa y la curiosidad de papá despertó precisamente por la voz de Louis, ya que meses después nos dió la noticia de que lo había fimado y mi hermana se volvió completamente loca. Había asistido a todos y cada uno de sus conciertos locales en primera fila desde entonces y era la cabeza de su club de fans oficial, por lo menos en la ciudad.

Bufó y rodó los ojos. Físicamente, no nos parecíamos en nada, ella era una pieza idéntica de mi madre, con ese pelo sedoso y largo y los ojos mucho más bonitos que los míos. De no ser por su condición que -supuestamente- la limitaba, habría sido la sensación de los fotógrafos y medios. Yo en cambio, era -desafortunadamente- una copia mal hecha de mi padre, de cabello castaño claro y los mismos ojos verdes de mi padre. No era muy alta y Pris, en otras circunstancias, hubiese sido súper modelo solo por esa característica.

-Pero no de cerca, recuerda que papá me lo tiene prohibido. -Se quejó, como si mi padre no tuviera las razones suficientes.

-Piensa que puedes perder la poca cordura que te queda si estás a una distancia menor de esos chicos. -Me burlé.

-¡Eso no pasará! Además, yo no fui la que se robó a Louis Tomlinson en mi cumpleaños para compartir salivas y otros fluidos de los que nadie quiere saber, en todo caso, la que perdió la cordura fuiste tú. -Señaló y yo la miré mal a través de espejo. No parecía que estuviese charlando con mi hermanita de diecisiete años. -¿Muy pronto para burlas? -Sonrió, apenada.

-Sabía que no era tu favorito. -Señalé, como si eso me convirtiera en la hermana del año.

-Mis amigas te odian desde ese día. -Dijo, como lamentándose. -Ustedes dos tuvieron suerte de que mi papá prohibiera cámaras en la fiesta, se les hubiera arruinado la vida a los dos.

-Fuimos muy discretos.

Mi hermana volteó las llantitas de su silla de ruedas para darme la cara, una cara muy incrédula. Alzó una ceja.