Seguí las instrucciones. Me tomé mi tiempo y le di tiempo a la prueba para revelarse. Fueron tan solo minutos de espera donde me quedé frente al espejo, con la prueba muy lejos, demasiado lejos de mi.En esos minutos, sin miedo a sonar melodramática, vi mi vida pasar a través del espejo. No el futuro, sino el pasado. La niñez, cuando nació Pris, su accidente, mi adolescencia, el tiempo que viví en Nueva York y lo que había ocurrido hace poco más de un mes que me había llevado a estar aquí ahora, esperando. Siempre fui una niña, joven y mujer responsable, porque así fui criada y así fue como yo lo sentí correcto cuando mis padres tuvieron que dedicar la mayor parte de su atención, fortuna y tiempo a mi hermana menor. Sensata, responsable, siempre pensé en las consecuencias antes de actuar y cuando, de vez en cuando me metía en líos, me aseguraba de salir yo solita de ellos. Pero de este lío no había salida, para mi, ni siquiera la puerta trasera era una opción.
Escuché los nudillos de Louis haciendo ruido en la puerta, llamándome. Probablemente ya estaba tardando demasiado, pero seguí con la vista en el espejo y la mente en otro lado. Pensé en todos los buenos consejos de mi madre y en los chistes malos de mi padre. Sé a ciencia cierta que ya no soy una niña, que hace mucho tiempo debí independizarme y quizás, si lo hubiese hecho en su debido tiempo, ahora no estaría tan aterrada por la situación, por lo que pensarán de mi.
-Isla¿Todo bien? -Apenas y escuché su voz con la música de la fiesta montada debajo de nosotros. -Tienes que salir, puedo verla yo primero.
También pensé en Louis, en su carrera como solista recién arrancando y los planes y sueños -que como yo- deseaba cumplir sin complicaciones de esta índole. No importaba lo mucho que yo lo odiara cuando las cosas pasaron y si en mis pensamientos estuvo alguna vez la idea de arruinarle la vida, lo juro por Dios que esta no era la manera. Me complacía, de una extraña manera saber que, a pesar de lo mal que me trató antes, ahora estaba aquí y como me lo dijo, estaba dentro. Pero no era justo ¿Cierto?
De pronto la música dejó de sonar para mi. Abrí la puerta y Louis entró, vacilante. Ambos miramos la prueba encima del lavabo, al lado de su cepillo de dientes. Me puso una mano en el brazo y con la otra tomó el artefacto, no le dió asco.
La prueba estaba volteada y deduje, en ese segundo, que no había necesidad de girarla en mi dirección. La respuesta ya la sabía, siempre lo supe, por ello mi necesidad de aplazarlo. Supongo que, como mujeres lo sabemos, conocemos nuestro cuerpo. La cara de Louis al verla y después mirarme a mi sería algo que recordaría para toda la vida, una mezcla de muchos sentimientos se avecinaban en sus ojos, como si allí dentro en su cabeza estuviera pensando lo mismo que yo. Pero entre el terror, la frustración y el arrepentimiento -los sentimientos que predominaban- había algo como...esperanza.
-Mierda. -Dijimos al mismo tiempo. Louis tardó cuarenta minutos en calmar mi colapso nervioso luego de eso, no dejé de llorar hasta que me sequé y me cansé de hacerlo y él estuvo allí. Lo cual no era justo, pero no pude evitarlo. Me habló bajito, me habló fuerte, me habló con la verdad y me dijo que estaríamos bien, pero nunca se fue.
Lo resolveremos después. Me dijo antes de salir de la habitación para dar la fiesta por terminada y yo me quedé en su cama, tomándome la libertad de recostarme y mirar el techo de doble altura. Estoy embarazada y tendré un hijo de Louis Tomlinson.
A lo largo de mi vida, tuve dos parejas formales, uno en la adolescencia y otro en Nueva York. Si me preguntan su grado de importancia, diría que en este preciso momento no recuerdo ni sus nombres. Como ya dije, persona responsable, siempre me aseguré de cuidarme con métodos anticonceptivos, sin excepción alguna pero algo me había sucedido esa noche con Louis, el alcohol posiblemente o las ganas que tenía de hacerlo, ni siquiera recordé la utilidad de un condon. Él tampoco lo hizo.
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Songs about you |Louis Tomlinson|
FanficMe gusta escribir canciones, sobre todo las que hablan de ti. Me gusta que cantes mis canciones, sobre todo las que son escritas para ti. Heaven nunca se imaginó lo que un beso podría causar, no sabía la cantidad de problemas que provocaría un beso...