El secreto del consejero (parte 5)

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Hoy es uno de esos días en los que presiento que algo diferente pasará; prueba de ellos es que el desayuno de Temari, sabía inusualmente bien. La villa estaba bulliciosa, las celebraciones de fin de año habían comenzado y eso provocaba que los ciudadanos estuviesen alegres. Y aunque había más trabajo debido al cierre de diciembre, nadie se quejaba de su labor.

A media mañana tenemos una reunión general para lo mismo, la cual Naruto tiene que dirigir. Decido ir a buscarlo a su departamento y así me sercioro que todo marcha bien, pues desde que se mudó a ese lugar, no lo he visitado. Contrario a lo que pensé, está limpio y ordenado; parece que la adultez le sentó bien al alocado de Naruto.

Me sorprendo al ver varios juguetes en el sofá y un ramo de flores encima de la pequeña mesa para dos. Cuando él sale de la habitación, lo hace con esa sonrisa deslumbrante que había comenzado a extrañar; cosa que jamás le diría. Solo tengo que mirar el jarrón y no necesito hacer preguntas para que sepa mi curiosidad.

—Hima...— responde, terminando de colocarse su camisa —Vino ayer en la tarde con Boruto y luego quiso quedarse conmigo toda la noche— su tono de alegría es contagioso.

—¿Sigue aquí?

—No, él la vino a buscar hace unos minutos— se sacude el cabello húmedo —Está más... tranquilo. Tenías razón, quizás solo necesita tiempo.

—Son tus hijos y no eres un mal padre. Esos lazos no se pueden negar si existe el amor entre ustedes— sonríe ligeramente.

—Lazos...— murmura, frotando su nuca y mirando ahora hacia el suelo. Sigue teniendo ese semblante esperanzado y triste desde que era adolescente, cada vez que piensa en él.

—Debemos irnos— anuncio y el Hokage asiente.

—Sí, tienes razón— añade y con un movimiento ágil toma su capa de una percha y la coloca sobre sus hombros —Es hora de trabajar.

Hace un mes desde que envié el mensaje a Sasuke. Al principio pensé que vendría inmediatamente, pero supongo que también necesitaba tiempo para poner sus pensamientos y sentimientos en orden. Por suerte el divorcio del Nanadaime, aunque fué una gran noticia, pronto se apagó y no alcanzó a crear ningún problema dentro de la aldea. Las personas confiaban en Naruto, sabían que daba todo y más si pudiera, por mantenerlos a salvo. Y aunque no le vaya bien en la vida personal, sigue siendo el pilar en el que todos depositan su fé.

Me incluyo.

Llegamos al edificio respondiendo saludos entusiastas de los shinobis; la reunión se hará en la azotea, pues tener a tanta gente en un oficina interior es un poco incómodo, y a pesar de la temporada invernal, el cielo está despejado y celeste.

Formados en fila escuchan tranquilos, siempre me tocan a mí éstos largos recitales, pero así lo prefiero; Naruto, a pesar de haber mejorado mucho en cuestiones intelectuales, es muy fácil de distraer. Y allí está, mirando hacia el limbo y con el ceño fruncido, sin escuchar nada de lo que estoy diciendo.

De pronto, yo también lo siento; un chacra conocido atraviesa un portal que solo puede ser producto del rinnegan. Sasuke aparece, y como siempre se roba la atención de todos. Busca a Naruto con la vista y en el momento en el que ambos hacen contacto, se me aprieta el estómago.

Aquí no, aquí no... Mi mirada de "ni siquiera lo pienses", no es efectiva. El Hokage apenas la nota, y ya resoplo resignado cuando delante de todos, baja de la pequeña tarima y atraviesa las filas de shinobis que se alejan a su paso.

—¡Ah, que problemático!— maldigo al verlo sujetar la nuca del Uchiha y plantar un beso en sus labios, que deja a todos con la boca abierta.

Sasuke lo empuja y se cubre el sonrojo con el antebrazo.

—¡¿Qué crees que haces, Usuratonkachi?!— exclama furioso.

—Confesando que te amo, diciéndole a todos que eres tú... que siempre fuiste tú— jadea Naruto, con emoción.

—Lord Hokage...— exclama alguien entre las filas y muchos de los presentes buscan con la vista a la sección médica, donde está Sakura de pie.

Preferiría mil veces dejar de fumar, a tener que estar en medio de las miradas que se lanzan los integrantes del antiguo equipo 7.

—Sakura...— murmura Nanadaime y ella levanta una mano.

—Está bien...— solloza —ya basta, Naruto. Sinceramente, yo... no estoy sorprendida.

¡¿Por qué tiene que ser tan impulsivo?! ¿Cómo se supone que lidiaremos ahora con éste problema?

—Ya no puedo aguantar más. No puedo seguir mintiendo, aunque le haga daño a personas que amo, Sakura... tengo que ser egoísta ésta vez— exclama, su voz resuena en el profundo silencio que hacen todos, aún sin poder creer lo que estaba ocurriendo —Sasuke...— lo mira y con su mano vendada, alcanza la manga vacía del Uchiha —quédate conmigo.

—Naruto...— él recorre los rostros asombrados de los presentes —yo no puedo hacer eso. Tú eres el Hokage y...

¡Oh, demonios! ¿Acaba de arrojar su capa el suelo? No puede ser peor...

—Entonces ya no lo soy— exclama. Ésto traerá muy malas consecuencias

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⏰ Última actualización: Jul 30, 2022 ⏰

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