𝗗𝗶𝗮𝗯𝗹𝗼

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𝗡𝗮𝗿𝘂𝗦𝗮𝘀𝘂.

Éste One-Shot es dedicado a mi querida sasUKE-pasiva por apoyarme tanto y todo el tiempo. Ella y los otros integrantes del grupo Time en WhatsApp. Ya poco a poco iré complaciendo a los otros jajaja.

Su pedido fué:

Un One-Shot inspirado en una canción de Indila. Místico y que tenga final abierto. Da la casualidad de que ya lo tenía jajaja, así que lo edité, y aquí se los dejo.

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Nadie se salva del amor, ni el más débil, ni el más fuerte, ni el jóven, ni el viejo, ni los dioses... ni los demonios.
Y porque cuando se ama de verdad, no se ve nada más que el objeto al que se le profesa, a veces herimos con nuestros sentimientos, porque los amantes son ambiciosos, egoístas. Esa frase que dice: "Déjalo ir, si vuelve es tuyo, si no, nunca lo fué", no se adecua con el protagonista de éste cuento.

En las entrañas de la tierra, dónde los lamentos son canciones y las lágrimas son de sangre, dónde el sufrimiento es eterno y la diversión también, habita él. El desterrado, el mentiroso, rey de éste mundo.
Dios lo creó como un ser magnífico en cuerpo e inteligencia y tan perfecto era, que casi logra opacarlo. Por eso "El portador de la luz" fué obligado a abandonar el cielo, convirtiéndose en un ángel caído.

Orgulloso, cruel, egoísta como el amor mismo. Reina en el infierno y hace estragos en el mundo humano... Si es que a la libertad se le puede llamar así.

Las llamas ardientes del hogar le avisaron que una visita indeseada, había llegado a las puertas de su reino. Tendido en un lecho de las almohadas más suaves y rodeado de cuerpos desnudos y jadeantes, lo esperó.

—¿Tú, aquí?— preguntó con una sonrisa lobuna y enseñando afilados colmillos, mientras volvía a hundir su rostro en el cuello de una pelirroja —¿Te cansaste de tu yugo, Neji?

—No dudes nunca de mi fidelidad, bestia. Yo no soy un traidor— siseó un ser alado, con piel blanquecina cual mármol, cabello castaño como la madera de cedro y vestido con una toga blanca y sencilla —Solo vendría a éste lugar siguiendo órdenes— la carcajada estridente del demonio, hizo retumbar las paredes rojas de su templo infernal.

Se puso de pie, mostrando su desnudez sin pudor, acercándose a paso lento hasta la escalinata que descendía de su trono y dió un salto cuál felino. Su cuerpo tomó la forma de un zorro enorme y rojo antes de llegar al suelo, rodeó al ángel en lentas zancadas, moviendo su peluda cola con suavidad. Cuando estuvo nuevamente frente a él, ardió y volvió a su anterior aspecto, un joven rubio, de ojos rojos y colmillos de predador. Giró su cabeza a un lado, con diversión.

—¿Entonces, a que vendría un ciervo de la luz a mis dominios?— abrió los brazos señalando a su alrededor.

—Tu prisión, querrás decir— corrigió Neji.

—Sí, como sea— le quitó importancia con un gesto de la mano.

—Nuestra orden se está preparando para recibir a un nuevo espíritu celeste, el Señor quiere que lo pongas a prueba antes de que trascienda— dijo con voz firme. El demonio levantó una rubia ceja y lo miró con incredulidad.

—¿Qué le hace creer que obedeceré? Es mejor reinar en el infierno, que servir en el cielo. Si desean otro soldado para sus filas de aburridos, entonces evalúenlo ustedes mismos— se dió la vuelta para volver a su lecho.

—No recibimos a un nuevo compañero desde hace milenios, todo gracias a tí, haz corrompido demasiado a la humanidad— espetó el ángel.

—Gracias— respondió el demonio con una sonrisa ladeada.

—Pero por algún motivo... ésta alma se conservó pura— frunció el ceño sobre unos ojos grises y profundos —Antes de ordenarla, necesitamos saber si no cambiará. No queremos otro caído.

—¡Agrh!— gruñó y sus acompañantes lo miraron asustados —¡Lárgate, me molesta el solo verte! ¡Yo no seguiré órdenes de nadie!

—Siempre quieres corromper a los humanos ¿Por qué ahora no?— espetó —Piénsalo, un alma que permanece llena de luz a pesar de la triste vida que ha llevado. Todo un reto para el rey de las tinieblas— sonrió ligeramente. En su mano apareció una esfera pequeña y brillante. Se la lanzó y el demonio la atrapó sin mirar siquiera.

—Desaparece...— murmuró, el ángel extendió sus alas blancas y despegó, cuando estuvo a suficiente altura brilló como una estrella y se desvaneció —¡Fuera todos!— ordenó furioso y sus acompañantes salieron corriendo, dejándolo solo en el enorme salón.

Un alma blanca, limpia, era algo realmente raro de ver. Todos los humanos se hundían en el pecado de una u otra forma ¿Por qué ésta no? Se dejó caer sobre las almohadas, mientras hacía rodar la pequeña y brillante esfera entre los dedos.
La encerró en su puño y la envolvió en llamas, un portal de fuego se creó delante de él. Una imagen se hizo nítida en su centro, el rostro de un chico de cabellos negros y ojos afilados, lo sorprendió.

—¿Un jóven?— la sonrisa de él lo hizo chaquear la lengua —Todavía no ha trascendido y parece un maldito ángel. Con un gesto de su mano, la imagen se amplió y lo mostró jugando con dos niños, dentro de lo que parecía ser una biblioteca. Su cuerpo era bien formado, pero delicado de alguna forma. No tendría más de dieciocho años —Ya lo quieren matar y no ha disfrutado nada de lo que el mundo le ofrece— rió sarcástico y sus ojos brillaron en rojo —Tres de diciembre, tendría casi un año hasta su muerte... No quiero obedecer, pero otro soldado de luz vigilando sería molesto para mí. Y es demasiado hermoso para dedicar su vida a la servidumbre— sujetó su labio inferior, pensativo —Veamos quién te gana, Sasuke... he decidido traerte a mi reino. Pervertirte será demasiado fácil— se lamió los labios. El chico volteó el rostro y sus ojos negros y profundos, parecieron enfocarlo por un instante. Él negó extrañado y cerró el portal —¡Tenemos un trato, viejo! ¡Te lo arrancaré de las manos!— gruñó mirando hacia arriba.

One-Shot'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora