𝟘𝟜

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ℂ𝕙𝕦𝕡ó𝕟

𝔸𝕕𝕧𝕖𝕣𝕥𝕖𝕟𝕔𝕚𝕒: ℂ𝕠𝕟𝕥𝕖𝕟𝕚𝕕𝕠 +𝟙𝟠

𝔸𝕙𝕠𝕣𝕒 𝕤í 𝕤𝕖 𝕧𝕚𝕖𝕟𝕖 𝕝𝕠 𝕓𝕦𝕖𝕟𝕠. 𝕊𝕖 𝕒𝕔𝕒𝕓ó 𝕝𝕠 𝕤𝕠𝕗𝕥   𝕦𝕨𝕦

Todos se encontraban en la casa de Juan quien estaba dando una alocada fiesta. Y un círculo específico de personas estaba jugando "yo nunca nunca". Consistía en decir una oración sobre algo que nunca han hecho y las personas que sí lo han hecho estarán obligadas a tomar un poco del vinito patrocinado por Luzu. El objetivo era sencillo, quedar lo menos ebrio posible.

Así empezaron las rondas, las típicas frases para sacar los secretos más íntimos de los presentes.

"Yo nunca nunca he besado a alguien de mi mismo sexo"

"Yo nunca nunca he peleado con alguien a puñetazos

"Yo nunca nunca he sido rechazado por alguien que me gusta"

"Yo nunca nunca he hecho un chupetón o me han hecho uno"

Todos los jugadores tomaron riéndose por la oración tan estúpida que dijo el hechicero porque ¿Quién no ha vivido esa experiencia? Todos excepto Axozer. Pero solamente una persona lo notó: Karchez.

Los pocos que aún quedaban de pie se estaban despidiendo para ir a su respectivas casas o a dormir en casa de alguien que no tuviera un desastre como en ese momento lo era la casa del hechicero.

Karchez llevaba a Axozer a su casa, el pequeño casi nunca tomaba y un poco lo hacía sentirse adormilado. Pero aquello no suponía ningún problema para el peliblanco, mientras más tiempo pudiera pasar con su novio mejor.

Cuando llegaron a casa del bicolor, Karchez lo colocó en su cama, lo arropó y le dio un beso en la frente. Se quedó mirándolo unos cuantos segundos o quizás minutos y cuando se disponía a irse una mano en su muñeca lo detuvo.

— Quédate conmigo, por... favor - dijo como pudo el menor, estaba cansado y apunto de quedar dormido.

Karchez sonrió y procedió a acostarse a su lado, Axozer al sentirlo cerca se acurrucó contra él y ahora sí, quedó profundamente dormido. Al día siguiente el primero en despertar fue Karchez, quién solo tenía un leve dolor de cabeza, se levantó y fue a la cocina de la casa de su novio donde tomó una poco de una poción para el dolor que él mismo había fabricado y sirvió un vaso con agua y el resto de la poción la llevo para su pequeño, quién despertaría con más dolor que él.

Le preparó un desayuno sencillo y llevó todo esto a la cama. Cuando entró de nuevo al cuarto vio a Axozer con los ojos abierto viendo fijamente al techo, con los brazos en cruz sobre su pecho.

— Siento que voy a morir, Kar - el peliblanco soltó una risita y se acercó a él.

— Si tomas esto y comes un poco quizá te sientas mejor y no mueras - dijo mientras le entregaba lo que había llevado para él.

— Suena lógico - exclamó el menor y tomó lo que su novio le extendía.

— Oye, Achoche - llamó Karchez.

— Mmm - emitió un sonido el nombrado indicándole que continuara, porque él no pensaba dejar de comer el desayuno que le hizo su novio. Sabía que era de lo poco que le quedaba bien, al menos era el que mejor cocinaba de ambos.

— Ayer en la fiesta, cuando dijeron lo del chupetón tu no bebiste,  ¿por qué mentiste? - preguntó el mayor, recordando la noche anterior.

— No mentí, de verdad no lo he hecho ni me lo han hecho - dijo el bicolor mientras terminaba su comida.

— El niño perreador, ¿nunca ha tenido un chupón? No me lo creo.

— Honestamente nunca le encontré especial sentido al dejar a alguien marcado o que me marcaran de esa forma.

— ¿No te gustaría averiguar lo que se siente?

— ¿Te me estas insinuando? - dijo Axozer intrigado mientras dejaba todo lo del desayuno sobre la mesita de noche para centrarse en su novio.

— Quizá eso ayude con tu dolor de cuerpo... O lo empeore, pero es tu decisión. - dijo Karchez mientras jalaba el cuerpo de su novio hacia él y comenzaba a dejar perezosos besos sobre sus mejillas, frente, la comisura de sus labios y finalmente después de lo que Axozer sintió como una eternidad en sus labios. Comenzaron una discreta danza que poco a poco se fue tornando más agresiva, más necesitada.

— ¿Eso es un sí? - dijo Karchez entre besos.

— Es un cállate y continúa - contestó el pequeño algo necesitado por más caricias de su novio. Karchez soltó una leve risita pero hizo lo que le ordenaron.

— Tu mandas.

Comenzó dejando que su novio se sentará sobre  él, con sus piernas rodeando su cadera mientras repartía besos en sus labios y a lo largo de su cuello, donde soltó una pequeña primera mordida. Axozer reprimió un gemido, eso podría ser su nuevo punto débil porque solo dio una suave mordida y el bicolor ya estaba rogando por más.

Karchez notó la satisfacción que ese pequeño acto le causó a su novio y se animó a hacer lo que quería desde hace tiempo, dejar claro que ese hermoso niño prodigio le pertenecía a él y solo a él. Tomó la parte baja de la sudadera de su novio, quién entendió sus intenciones y alzó los brazos para que esta desapareciera de su camino y así poder ver de una vez aquel hermoso lienzo que estaba apunto de marcar.

— Eres hermoso.- dijo el peliblanco mientras acariciaba desde el cuello hasta la cintura el menor, quién estaba sonrojado hasta las orejas. Le dedicó una sonrisa que a Karchez le pareció la más hermosa que ha visto y sin poder contenerse más se abalanzó a su cuello donde mordió y succionó su piel sin remordimiento alguno. Emocionado por ver la primera marca que él dejaba como evidencia de lo completamente loco que lo volvía su novio, tomó fácilmente el cuerpo del bicolor y lo recostó en la cama, sin darle tiempo a pensar el peliblanco continúo succionando y besando diferentes sectores de su pecho, hasta que llegó al límite que era marcado por sus pantalones. Subió la mirada y conectó con esos ojos oscuros que lo miraban con falsa desaprobación, pues disfrutó de ver cómo su pareja se perdía completamente en besarlo.

— Acércate - pidió Axozer. Karchez no lo dudó y acercó su rostro al de su novio, respirando de forma irregular por el arranque que tuvo hace un momento. Axozer dio la vuelta, Karchez no se opuso y ahora era él quién estaba debajo. — Es mi turno por excederte haciendo esto - dijo mientras intentaba quitarle el abrigo a su pareja para estar en igualdad de condiciones.

— Pero no me detuviste - sonrió engreído el peliblanco mientras le ayudaba a deshacerse de la parte superior de sus ropas. Los ojos negros profundo de Axozer brillaron con impaciencia mientras admiraba el torso desnudo de su novio.

— ¿Últimas palabras antes de que tú hermoso abdomen sea completamente marcado, amor mío?

— Disfrútalo tanto como yo lo hice.

Y así estuvieron un rato más, explorando lugares nuevos dónde les encantaría dejar esas marcas más seguido. 

30 Días de OTP (+18) : KarzerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora