𝟘𝟙

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𝔸𝕓𝕣𝕒𝕫𝕠 

Karchez estaba recostado en su cama, mirando hacia el techo como si fuera lo más interesante del mundo, veía cómo la textura del techo formaba diferentes figuras, eso o ya estaba alucinando. Llevaba semanas encerrado, comiendo únicamente lo que Cristinini le llevaba a la cama, si no fuera por ella, él ya estaría en el hospital en estado grave. En ese cuarto y en esa soledad tan grande solo estaban él y su mente que lo atormentaban repitiendo el momento que lo había llevado a su hibernación temprana.


Hace unas semanas...

Axozer y Karchez se encontraban en la casa del menor de ambos, celebrando que por fin había terminado de construirla. Ambos estaban en el sillón con un enorme tazón de palomitas en medio de ambos y viendo películas, así les gustaba estar por las madrugadas, después de pasar toda la tarde jugando cualquier cosa. Axozer colocó el tazón en la mesa de centro y se acercó un poco más a él. Karchez no se veía confundido, pues hacía eso cuando estaba a punto de quedarse dormido y lo dejó recostarse en su hombro, pero esta vez fue diferente, noto como las manos de Axozer temblaban y alzó su rostro para verlo y notó que también mordía el interior de su mejilla.

— ¿Por qué estás nervioso? - preguntó con cautela el mayor.
— Qui-quisiera decirte algo, p-pero tengo miedo - el pequeño apartó la mirada del mayor, sentía como su estómago se revolvía y sus manos temblaban, no podía controlar los espasmos que le causaba lo que estaba a punto de decirle a su mejor amigo.

— Axo, sabes que puedes confiar en mí. Sea lo que sea, lo resolveremos... -dijo Karchez mientras tomaba sus manos entre las del él.— Juntos, cómo siempre. Axozer no lo podía mirar a la cara, pero sabía que estaba sonriéndole, así que inhaló profundo, tomó coraje de quién sabe dónde y lo dijo.

— Me gustas, Karchez.


Después de eso Karchez no supo cómo reaccionar, él era como su hermanito. Lo quería mucho y la idea de ser algo más lo hacía sentir extraño. Solamente atinó a salir corriendo, excusándose con el bicolor de tener algo que hacer, que bobo, ¿algo que hacer en la madrugada? Desde ese momento solo sentía rabia consigo mismo, estaba molesto por haber huido del pequeño luego de haber tomado todo el coraje que tenía para decirle eso. Desde ese momento ha estado así, en cama, repitiendo ese momento y consolándose con los recuerdos que tenía de él. Él no sentía lo mismo, Axozer no le gustaba. Solo... A su lado el tiempo pasaba volando, podría pasar horas escuchando su risa, sentía que debía protegerlo de cualquiera porque no quería que nada le hiciera daño y abrazarlo era como tener el mundo en sus manos.


Al pensar eso, el peliblanco no hizo un pataleta como las que llevaba haciendo las últimas semanas. Se calzó los primeros zapatos que encontró, se puso una chaqueta y corrió lo más rápido que pudo. Sin detenerse a ver la hora ni nada, porque detenerse era pensar y si pensaba iba a actuar de forma racional y entonces ese no sería él. Una vez llegó a su objetivo, tocó la puerta como si su vida dependiera de ello y en parte así era. Cuando la puerta se abrió, lo recibió una persona con el cabello bicolor revuelto y tallando sus ojos, maldiciendo al ser al otro lado de esta por despertarlo a altas horas de la noche, pero al ver aquellos ojos de colores su mundo se detuvo y lo siguiente que sintió fue un abrazo, aquel chico se aferraba a él y susurraba varios "perdón" mientras rodeaba todo el cuerpo del bicolor con más fuerza. Axozer lo correspondió rodeándolo por su cuello y colocando su cabeza en ese hueco donde podía tener la fragancia del que creía su amor imposible, ya no necesitaba ninguna explicación más, ninguno de los dos se imaginó que tanto sufrimiento podría haberse terminado con solo un abrazo.

30 Días de OTP (+18) : KarzerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora