30 Días de OTP (+18) : Karzer

𝟘𝟟

𝕁𝕦𝕘𝕦𝕖𝕥𝕖𝕠 𝕔𝕠𝕟 𝕝𝕠𝕤 𝕕𝕖𝕕𝕠𝕤

𝕋𝕠𝕡: 𝕂𝕒𝕣𝕔𝕙𝕖𝕫 / 𝔹𝕠𝕥𝕥𝕠𝕞: 𝔸𝕩𝕠𝕫𝕖𝕣

𝔸𝕕𝕧𝕖𝕣𝕥𝕖𝕟𝕔𝕚𝕒: 

✷ℂ𝕠𝕟𝕥𝕖𝕟𝕚𝕕𝕠 +𝟙𝟠

Su acuerdo desde que ambos admitieron que se gustaban había sido "solo sexo" y no involucrar sentimientos. Ambos habían pensado que eso sería lo mejor, así no estarían atados a una sola persona pero podrían tenerse entre ellos cuando quisieran ya que la atracción que sentían entre ellos era inmensa.

Así es como llegamos a este momento, Axozer despertando una vez más en la cama del peliplata, extiende su mano para buscar a quien fue y ha sido su compañero de aventuras y sabía que no lo encontraría, pero aún así se desilusionó un poco. Se obligó a levantarse de la cama y comenzar a vestirse, fue al baño a lavarse el rostro y poder ir a su casa, tenía mucho que hacer ese día.

Encontró a Karchez en las escaleras, este subiendo con una tabla en sus manos que tenía un delicioso desayuno encima, se sorprendió un poco ya que el peliplata nunca había tenido esos detalles con él, sintió su corazón revolotear y tan sorprendido que el aire escapó de sus pulmones durante un momento, obligándolo a controlarse en ese instante. 

— ¿Y eso? - preguntó Axozer fingiendo no haber sentido nada, señalando lo que tenía su amigo en las manos.

— Es... Para ti. Iba a llevártelo a la cama porque luces algo cansado, ¿me dejarías consentirte un poco?

Entonces Axozer pensó que no había otra cosa que le gustaría más, mandó a tomar por culo toda su lista mental de cosas que debía hacer, asintió hacia el mayor haciendo que esté sonriera y subieran de nuevo a la habitación.

— Tu nunca habías hecho esto antes, ¿qué mosco te picó? - dijo Axozer poniéndose cómodo en la cama con la tabla que el mayor le extendía ahora en sus piernas.

— Quizá haya roto la única regla de nuestro acuerdo y esté intentando tener algo serio contigo - dijo seriamente el peliplata y aún así el bicolor se comenzó a reír fuertemente en su cara. Notó que Karchez no se reía como el y entonces guardó silencio.

— Mhh, ¿Tu quieres que seamos algo... Real?

— Somos algo real, Axo. Quiero que seamos novios, quiero poder tomar tu mano sin importar frente a quién estemos, quiero tenerte solo para mi y que todos mis sentimientos sean correspondidos solo por ti - exclamó el heterocromático con sus ojos de color brillando de ilusión,

— No creo poder concederte eso - dijo mientras dirigía la mirada a su desayuno, jugando con las fresas que ya eran lo único que quedaban de este. Karchez retiró la bandeja de sus manos y la colocó en la mesita al lado de su cama, tomó una fresa y la acercó a los labios del bicolor, este entendió lo que quería y la mordió, dejando una punta dentro de su boca pero la otra punta fuera esperando que el mayor se acercara. Karchez entendió y se acercó a morder lo que restaba de la fresa tiñiendo los labios del bicolor con el jugo de esta, sin detenerse a comerla besó los labios ahora sabor fresa de su pequeño, comenzando un beso feroz y necesitado. Karchez necesitaba hacerle saber que realmente lo quería para siempre y Axozer lo necesitaba a él. El trozo de fresa era arrancado de la posesión del otro una y otra vez dándole a ese beso un toque entre ácido y dulzón, como su relación misma.

Una vez terminaron con la fresa, Karchez se separó llevando sus manos a las mejillas del pequeño demonio híbrido entre sus brazos.

— Si no sientes lo mismo por mí, está bien, lo aceptaré. Pero tendrás que demostrarme que no lo haces - el demonio lo miró con curiosidad. — Pasaré mis dedos por todo tu cuerpo, especialmente zonas que no deberían causarte ninguna sensación si es que no sientes cariño por mi. Si acaricio y tu corazón comienza a latir más fuerte o tu piel se eriza tendrás que ser mi novio ¿Aceptas? - al escuchar eso, Axozer solo atinó a tragar en seco. Sabía que si aceptaba iba a perder, pues hacia falta solo de su voz cerca de su rostro para hacerle erizar la piel, pero en ese momento le daba igual, mientras lo tocara con el sentimiento que el peliplata decía tener por él más allá de la lujuria, todo iba a estar bien para él así que asintió

Karchez comenzó con lo que le prometió al bicolor. Sin quitarle nada de ropa aún, se sentó un poco más cerca de él y comenzó por su cabello, pasó sus dedos por esas finas hebras de colores blanco y negro, acarició también los pequeños cuernitos que tenía ahí, sin causar nada nuevo en su pequeño amigo. Con una mano sobre el pecho del otro donde se ubica el corazón, prosiguió a acariciar su rostro, apartó un par de cabellos de su frente, delineó la forma de sus cejas, por debajo de sus ojos y comenzó a notar un sonrojo al conectar esos ojos con los suyos y el golpeteo debajo de su mano incrementó. Dio un golpecito en la punta de su nariz y luego la delineó, bajó a sus labios y eso le causó el primer escalofrío, en este punto el menor ya había perdido pero Karchez le dio otra oportunidad. Pasó sus dedos ahora por su cuello, sabía que ese era su punto débil y que se erizaría su piel con simplemente soplar cerca de ahí, así que no lo tomó como un punto a favor. Bajó sus manos por sus brazos, hasta acariciar sus manos donde logró que la piel contraria se erizara de nuevo, definitivamente ese era otro punto a favor. Para terminar su recorrido, sin apartar su mirada de los ojos oscuros que lo observaban con impaciencia sabiendo que ese juego ya había terminado y había un claro ganador, pasó sus manos sobre los costados de su cuerpo, por encima de la ropa, su piel se erizó y su cuerpo tembló al llegar a su cintura.

— Que robada - susurró con tono divertido el bicolor. — Sabes todos mis puntos débiles.

— No, sé tus puntos débiles a la hora de tener sexo y no es ninguna parte del cuerpo que haya tocado hasta ahora. Así que gané y debes ser mi novio. - dijo con burla el mayor.

— Está bien - Axozer aceptó rodando los ojos. Pero no esperó esa reacción de Karchez, estaba serio.

— Me gustaría que no fuera por la apuesta de este juego, me gustaría que dijeras que quieres serlo porque también me quieres.

— Kar... Lo acabas de comprobar tu mismo, de no querer ser tu novio realmente no hubiera aceptado el juego que propusiste, mi corazón se acelera únicamente cuando escucho tu voz yo... Karchez, yo te quiero.

Los ojos de peliplateado brillaron de alegría y una sonrisa traviesa se dibujó en su rostro. Se lanzó sobre Axozer, quedando sobre él y diciendo — Ahora llevaré mis dedos por tus puntos débiles de verdad - amenazó Karchez y Axozer solo soltó una risita divertida.

— Me parece bien, pero yo haré lo mismo contigo.

— No pudiste haber tenido una mejor idea.

Karchez se inclinó a besarlo tiernamente, pero pronto fue subiendo la intensidad y la necesidad de deshacerse de aquello que impedía el roce de sus pieles desnudas incrementó por mil.

Cuando ambos quedaron desnudos Karchez quedó sobre el pequeño, acercándole un par de dedos a su boca, el pequeño demonio ya sabía lo que debía hacer así que bajo la atenta mirada del de ojos bicolor ahuecó sus mejillas y comenzó lamer los dedos que le fueron indicados. Esa vista era una maldita tortura para Karchez, quién sentía doler su parte baja deseando estar dentro de su pequeño demonio una vez más. Cuando consideró que era suficiente retiró sus dedos de la boca, dejando como evidencia un pequeño hilo de saliva que los conectaba los carnosos labios del menor. Dirigió sus dedos hacia la parte baja de este y comenzó por introducir uno, la preparación no sería tan difícil porque el día anterior se encontraban del mismo modo que ahora, solo que había algo que detenía a ambos el día anterior y eran lo sentimientos que uno tenía por el otro y el miedo a que todo terminara por ser la única regla en su acuerdo, pero ambos la rompieron y eso no los podía hacer más felices.

Mientras lo preparaba, los dedos de Axozer comenzaron a recrear el mismo recorrido que hizo Karchez con él hace unos momentos, causando las mismas reacciones, incluso más obvias por el estado en el que se encontraban y tener contacto directo con la piel contraria. Sus dedos pararon sobre la polla del mayor acariciando lentamente toda su extensión mientras el mayor ya iba por el tercer dedo haciéndolo soltar un gemido ahogado.

— Kar, cabrón. Que bueno eres con tus jodidos dedos.