Sir Nicolás es una mezcla entre vampiro clásico y vampiro moderno, puesto que su padre es un vampiro clásico y su madre una vampiresa moderna. De su padre ha adquirido la no tolerancia a los ajos, las estacas y cualquier símbolo cristiano; y de su madre, ha aprendido a adaptarse al so, y puede resistir varias horas bajo la luz solar, aunque sigue debilitándole.
Es de sangre real, por lo que vive en uno de los castillos más grandes de Transilvania. Tiene 118 años, que es lo equivalente a 18 años mortales; por lo que va a un instituto como todos los vampiros jóvenes. Él, al poder salir de día debido a su tolerancia al sol, queda y hace planes de mortales, con su grupo de amigos (que no saben que es un vampiro, sino que piensan que es emo y siempre está cansado).
En aquel grupo se encuentra Lura, una chica de "su edad" con el pelo morado, pequitas ligeramente esparcidas por su nariz y bajo de los ojos, una sonrisa que le ocasiona un pequeño hoyuelo en el lado derecho de la cara, y unos ojos verdes como el prado más hermoso que Nico puede haber visto jamás.
Laura sí que era emo, y era eso por lo que le atraía a Nico; y al parecer, a Laura también le gustaba él, lo que le hacía sentir tremendamente feliz, pero al mismo tiempo acojonado de que Laura descubriese su naturaleza, o tener que decírselo él.
Con el tiempo, Laura y Nico iban haciéndose más íntimos, llegando a quedar por su cuenta fuera del grupo de amigos que tenían en común. Y Laura le confesó a Nico sus sentimientos, aunque él ya lo supiera desde hace tiempo gracias a sus habilidades vampíricas.
En el momento en el que Laura le confesó sus sentimientos, él se lanzó a besarla. Ella continuó el beso, y fue ahí cuando Nico sintió verdadero pánico de que notase sus colmillos, aunque estuvieran escondidos. Y más cuando Laura se separó un instante extrañada de que la lengua le supiera a sangre.
NICO: ¿Qué pasa? ¿Estás bien?
LAURA: Sí, pero no sé. Es raro. Me sabe la lengua a sangre.
NICO: ¿Te he hecho daño al besarte y a lo mejor te he abierto una heridita?
LAURA: A lo mejor, no lo sé. Pero también es raro porque tus colmillos son como puntiagudos.
NICO: ¿Mis colmillos? ¡Qué va! Son exactamente iguales que los tuyos.
LAURA: Y ahora que lo pienso, ¿tú siempre estás como muy pálido no?
NICO: No sé, eso es porque tengo un problema de corazón y no me circula bien la sangre.
LAURA: Ya, eso lo sé, pero tu tacto siempre se siente frío. Como si no corriera sangre por tus venas.
NICO: ¿¡Cómo iba a ser eso posible!?
LAURA: Siendo un vampiro. Lo que explicaría muchas cosas.
NICO: Pero yo no soy un vampiro, sino me quemaría con el sol.
LAURA: Eso es verdad, es lo único que no me cuadra.
NICO: Pero Laura, ¿si fuera un vampiro aún así me querrías y quisieras estar conmigo?
LAURA: Claro que sí bobo. Si ya sabes que amo ese mundo, pero es una pena, porque no lo eres.
NICO: Sí lo soy, pero tenía miedo de que al decírtelo salieras huyendo.
LAURA: Ya lo sabía bobo. Desde que te conocí. Pero quería ver hasta dónde podías llegar a mentir.
NICO: Tenía pensado decírtelo te lo juro, pero tenía miedo. Y la verdad es que eso es cruel. ¿Sabías que era un vampiro y no me dijiste que lo sabías?
LAURA: Me siento genial al haber averiguado que eras un vampiro, pero quería que me lo dijeras tú. Aunque no entiendo una cosa.
NICO: ¿Lo del sol verdad?