Make it easy

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AU!MODERNO + TRANS BILLY CON MENSTRUACIÓN [escrito con todo mi respeto y amor pero si crees que puede hacerte sentir incomodidad... te amo igual, no hace falta que lo leas ]

Estaban sentados  en sofá, Steve con las piernas estiradas al máximo, Billy con una extraña postura porque era incapaz de sentarse derecho, el ventilador al máximo frente a sus caras y sus manos moviéndose rápido sobre los mandos de la consola. El rubio saltó del sofá gritando cuando ganó, otra vez, agitando sus puños como un estúpido y con la mayor sonrisa come mierda del mundo. Joder, Steve lo amaba un montón. Entonces fue, entre tanto salto y meneo de cadera frente a su cara, que el moreno se dio cuenta de la mancha que había en los pantalones de Billy, en su entrepierna para ser más concretos, de un color fuertemente rojo. 

-Uhm, cielo -murmuró Steve mirando al sofá un segundo, no parecía haberse manchado -Creo que tenemos una alerta roja

-¿Alerta qué? -le miró Billy confundido, el moreno miró su entrepierna y los orbes azules le siguieron -¡Hostia puta!

Steve se puso en pie mientras Billy miraba sus pantalones por dentro y por fuera, confirmando lo que parecía evidente, acarició entonces los rizos del rubio llamando su atención.

-Anda, ve al baño, yo te llevo la muda

Billy solamente suspiró y sonrió suavemente, su rostro girando para besar la mano de Steve, yendo inmediatamente hacia el baño, dejando la puerta abierta porque no tenían vergüenza de nada entre ellos. El moreno fue hacia el dormitorio, primero buscando en el cajón donde Billy guardaba toda su ropa interior, pero no encontró lo que buscaba, aunque sí tomó unos pantalones de deporte.

-¡Ey, ricitos! -llamó su atención -¡No lo encuentro! ¡¿Dónde los has metido?!

Billy se había quitado los pantalones solamente, pues iba sin ropa interior, y se encontraba con la alcachofa de la ducha limpiándose, sus rizos recogidos en un moño desalmado para que no cayeran sobre sus ojos. 

-¡Están en el armario especial!

Steve se dirigió entonces al pequeño armario marrón que tenían en la esquina, allí guardan sus cosas "especiales", lo cual significaba que el armario estaba lleno de juguetes sexuales, arneses, lencería sexy y demás objetos. Abrió el primer cajón y allí encontró el paquete de ropa interior menstrual que Billy tenía, tomó rápidamente las de borde azul sabiendo que eran las que necesitaría en este momento, ¿qué mierda de novio sería si no conociese estas cosas? Se dirigió entonces al baño, encontrando al rubio secándose con una toalla, le tendió la prenda al mismo tiempo que se sentaba sobre el retrete.

-¿Así que guardaste los calzones de la regla junto con tus penes en vez de con el resto de la ropa interior? -sonrió divertido

-Oh vamos, te encantan mis penes, seguro que les has dado un besito tipo "holi" y todo -rio Billy mientras se ponía los boxers 

-Por supuesto que me encantan, tienes uno que brilla en la oscuridad, otro con la bandera arco iris y uno que es DOBLE -remarcó chasqueando su lengua mientras le tendía los pantalones al rubio -Eres un hombre que puede escoger el pene que quiere, eres como una actualización o algo así

Billy rio completamente enamorado del bobo de su novio, con ese humor que a algunos podría descolocar u ofender pero que al rubio le encantaba, colándose los pantalones mientras pensaba en lo agradecido que estaba con la vida por haber puesto a alguien como Steve en su camino, alguien tan dulce y cariño, que lo hacía todo tan fácil. Suspiró tomando un poco de agua para mojarse la cara y el cuello, agradeciendo el maldito día en que encontró la ropa interior menstrual, las compresas siempre le provocaban irritaciones y los tampones parecían un instrumento de tortura. Steve apareció detrás de él, sonriendo ante su reflejo, acariciando el vientre del rubio y besando su cuello de forma dulce y encantadora, parecía sacado de un maldito libro romántico. 

-Déjame ocuparme de esto -musitó el moreno tomando sus pantalones manchados -A ti se te da fatal sacar las manchas, hacer la colada no es tu fuerte

Y Steve tenía razón, Billy siempre acababa mezclando colores o pasándose de temperatura, y definitivamente no sabía lavar a mano, cuando la ropa se le manchaba de sangre siempre terminaba con una extraña decoloración marrón, mientras que Steve la dejaba como nueva. El rubio volvió al salón, tumbándose en este para disfrutar el frescor que el ventilador generaba en sus piernas recién mojadas, podía escuchar a Steve de fondo con el agua, chiflando despreocupado. Ugh amaba a ese hombre con toda su alma. El moreno apareció poco después sosteniendo un tazón, Billy alzó leve su rostro para lograr ver que era helado de tarta de queso con sirope de fresas, una de sus favoritas.

-Tu premio por la inmensa paliza que me has dado -rodó los ojos mientras dejaba el tazón en las manos del rubio, quien se había medio incorporado 

Steve subió al sofá, maniobrando para lograr sentarse detrás de Billy, envolviéndolo rápidamente con piernas y brazos, dejando que el rubio se recostase sobre su pecho, sus manos yendo a su bajo vientre para acariciar suavemente sobre aquella zona que más solía molestarle, sabiendo que ponerle una bolsita de calor sería asfixiante con la ola de calor, pero que la calidez de sus manos y las caricias serían un alivio.

-Eso es porque no piensas, literalmente sólo pulsas botones como un loco, no ves lo que estás haciendo -murmuró con la boca llena de helado

-¿Cómo narices voy a pararme a mirar lo que hago si me estás dando una paliza descomunal?

Billy rio ante los quejidos del moreno, siempre indignado por perder constantemente al Super Smash Bros., siempre reclamando "por Dios, soy tu novio, un poco de piedad", la cual Billy jamás tenía. 

-Cielo, soy un ganador y lo sabes

-Eres un egocéntrico, y un pedorro, eso es lo que eres

El rubio rio de nuevo mientras tomaba otra cucharada y la alzaba para que Steve lo comiera, observando como aquellos labios gorditos y suaves la envolvían, viendo los ojos del moreno caer sobre los suyos, inclinándose al mismo tiempo que Billy alzaba su rostro para besarle, notando el dulce sabor de sus bocas. Y no pudo contener su sonrisa, una amplia y llena de luz, de pura felicidad, porque la vida con Steve era tan fácil, él lo hacía todo tan fácil, solamente quería amar sin frenos y ser amado sin límites. 

Fooled around and fell in love [esp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora