Dos hermanos en diferentes líneas temporales, con diferentes recuerdos, pero con el mismo vínculo de hermandad, deciden tomar un lápiz por primera y última vez para comenzar a escribir lo que nunca se han atrevido a murmurar en voz alta. Para poder...
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Capítulo 2: Ace, todo lo que ha ocurrido desde que te fuiste.
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Sabo se dio la vuelta y regresó a su cuarto. De repente le llego una idea un tanto tradicional. Escribir. Había dejado de hacerlo desde su incidente, pausó su escritura con sus sueños.
Ahora quiere y desea volver a tomar una pluma y trazar muchas, demasiadas palabras.
—¡Sabo-kun! —Koala se interpuso entre su camino —¿A dónde vas? En menos de tres horas tendrás que salir directo a la reverie. Necesitas estar preparado. En todos los ámbitos, psicológicos físicos, emocionales…. Digo, verás de nuevo a tu hermano … Hey… ¡Espera! ¡Sabo-kun!
El chico siguió su camino, pero con una breve sonrisa le pidió espacio y paciencia y Koala solo pudo suspirar derrotada y asentir.
No podía negarle a Sabo algo cuando se lo pedía amablemente. Sabía que su amigo no detendría su misión si no fuera por algo importante, y tampoco es como que lo estuviese haciendo. Solo estaba tomando parte del tiempo especificado para resolver asuntos pendientes.
Sabo cerró la puerta detrás de él y se sentó en la silla de madera, tomó la hoja que estaba a su lado y remojo la pluma en tinta negra.
Ace, sabes. Muchas veces escuche a la gente hablar sobre muertos y almas. Sobre sus ideas del cielo y de la tierra, siendo un niño creí muchas de esas cosas. Un lugar que dividía a la gente buena y mala. No sé si realmente es cierto, pero en caso de que lo sea puedo imaginar que tan confundido debes estar tras haber llegado y no haber visto al niño de 10 años que una vez fue tu hermano.
Probablemente hiciste un completo desastre en el lugar. Puedo imaginarte. Tus gritos y la desesperación.
No morí. Tuve ese accidente y perdí la memoria, fui rescatado por un hombre llamado Dragón, quien es el padre de Luffy, que chiquito es el mundo.
Yo… no recordaba nada en ese momento y tampoco deseaba hacerlo. Lo único que persistía en mi pecho era miedo. Sabía que si recordaba algo, mi sentido de libertad se vería perjudicado, pensar en un supuesto hogar me daba terror. Los tripulantes de Dragón decían que probablemente tenía miedo de regresar a casa y es así. Tuve miedo de volver a ser encerrado, pero si hubiese sabido que olvidarlos era el precio, entonces jamás hubiese salido de casa.
Porque Ace, olvidarlos solo fue el comienzo, después te perdí y no me refiero al hecho de solo haber perdido tus gritos o presencia. Te perdí de forma permanente, de aquella en la que jamás podría verte. Yo perdí a mi hermano mayor.
La risa de Sabo se escuchó en todos los pasillos del cuartel. ¿Cuántas veces los dos no habían tenido alguna estúpida pelea por saber quién era el mayor?
