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(Cuidado, Cristianos, esto jamás es para ofender a nadie, es solo una adaptación donde tú eres una diosa hija de nuestro papi Dios 😘)
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Seguías sentada en la cama de tu esposo.
El dejó de caminar para mirarte y acercarse a tí.
Se sentó a tu lado y te miro a los ojos.
-Hablame de tu Dios-
Te dijo, tus ojos se abrieron de par en par.
-¿Enserio?, Dijimos no hablar de nuestras religiónes-
Preguntaste.
-Lo sé, pero, quiero saber mas de tí, de tu vida-
Tomó una pausa para tomar aire.
-Además, eres una diosa, pero no eres hija de ningún dios griego, enséñame-
No pudiste evitar derretirte ante su mirada de adoración y amor.
Te acercaste a él, y como ya era costumbre, besaste el puente de su nariz con dulzura.
-Bueno, esta bien, recuestate-
Viste un destello en sus ojos, por un segundo, antes de que su cabeza fuera apoyada en su estómago, mientras tu estabas recostada en las almohadas de la cama cubierta con cortinas de tul.
-Yo soy una diosa, como lo haz dicho, pero yo soy hija mortal de Yheová, el dios de Abraham, Isaac, y Jacob-
El asintió, mientras tu acariciabas su cabello rubio.
-Nosotros creemos en un solo dios, Él-
Apolo levantó la mano, en una seña respetuosa de pedir permiso para hablar.
-¿Tu eres su hija biologica?-
Tu negaste.
-Tengo padres de sangre, pero tenemos la creencia de que, como el nos creó, es nuestro padre también-
-Uhum-
-Bueno, se dice que el es omnipotente, esta en todos lados, y aunque te escondas, el te sigue observando-
Apolo abrió los ojos asustado.
-¿¡Nos ve cuando tenemos sexo!?-
Pregunto, tu golpeaste su hombro, chistando.
-No, Apolo, no nos vé teniendo sexo, es una forma de decir-
Apolo pareció aliviado.
-Ah, bueno, lo siento-
Tu besaste su frente de costado.
-Dicen que él crea a las personas de manera perfecta-
El rubio sonrió.
-Y que las une con la persona que ama-
Apolo cruzó sus brazos alrededor de tí, abrázandote.
-Tu dios me cae bien-
Sonreiste, acariciandolo.
-Solo dame un abrazo-
Te acostaste a su lado, para cruzar tus brazos con el.
-Te amo, Apolo-
-Yo tambien te amo, hija de Yheová-
Sonreiste enternecida y sonrojada ante el nuevo apodo de tu esposo.
