Starker Week 2022.

Día 4. Mafia.

Advertencia, el tema es mafia y pues saben lo que conlleva XD.

Perdón por no actualizar!

Tony era el tipo más malo de todos según sus mismos secuaces, según las malas lenguas del país e incluso según los mismos agentes que le vigilaban los pasos muy de cerca.

Era un mafioso sin escrúpulos y sentimientos. Era un desalmado que haría lo que fuese para salirse con la suya, había iniciado en aquello a muy temprana edad, luego de quedarse huérfano y en la calle.

Había hecho su grupo desde cero, había reclutado a muchos y ahora era un tipo del cual había que cuidarse.

Pero, además de su historial como un mafioso, era también un casanova que disfrutaba de chicos más jóvenes que él.

Ese chico que había visto en aquel bar lo había hipnotizado, era hermoso quizá no como otros que había tenido a sus pies pero había algo en él. Todos absolutamente todos se morían por estar en cuatro ante él, lo sabía y a veces era por temor, a veces por atracción y otras solamente por cumplir con raro fetiche, pero Peter no era así, él no estaba rendido a sus pies y quizá era solamente porque no sabía quién era.

—¿Sabes quién soy, no?

Peter meneó su bebida con aquella finura digna de una chica. A Tony le encantaban esos detalles. Seguidamente sonrió juguetón.

—¿Stark? ¿El más malo de todos los malos?

Tony sonrió también, por supuesto que lo conocía.

—¿Y no te doy miedo? ¿O erecciones quizá?

Peter rió y se acercó un poco más a Tony en aquel sillon de aquel bar donde se habían visto la primera vez.

—Ninguna de las dos...

—¿Entonces por qué estás aquí? ¿Vas a matarme?

Peter rió otra vez.

—No lo sé, hay algo en ti que es curioso, interesante.

—Eso suelen decir, y siempre lo confirman cuando bajan mis pantalones.

Peter ensanchó su sonrisa, parecía que aquella plática le gustaba.

—Vaya, eres más fanfarrón de lo que pensé.

—Nunca me subestimes, ni a mi cuerpo.

Tony le lanzó un guiño sexy y afilado.

El mesero llegó y con el temblor de sus manos entregó otro trago para cada uno.
Un whisky para el mayor y una margarita para el menor.

Y para desgracia del mayor esa noche tampoco pudo compartir fluidos con el pequeño chico que parecía más inteligente de lo que se veía.
Sabía mejor que nadie que una vez pudiera hacerlo suyo lo dejaría de molestar o quizá podría matarlo, era el reto lo que le excitaba, ya había pasado antes.

Pero entonces una noche de mayo entró nuevamente a aquel bar, y allí estaba el chico otra vez.

—Tú.

Saludó Peter.

—Yo.

Dijo el mayor siguiendo el juego.

—Pensé que la próxima vez que te iba a ver sería en el noticiero.

—Es mejor en persona, ¿No?

Peter asintió.

—Tenía ganas de verte.

—Curioso, hoy estuviste en mi pensamiento, me preguntaba si volvería a verte.

Tony sonrió, ya había caído, solamente bastó de dos días de ausencia para que el chico diera su brazo a torcer.

—¿Te gustaría ir a un lugar más privado? Te diría para hablar a solas pero no es así.

Peter sonrió y tocó la pierna del mayor.

—¿Me llevaré una sorpresa?

Preguntó mirando la entrepierna del mayor, éste sonrió arrogante.

—Así es — susurró.

Cuando entraron a la habitación ambos comenzaron a desnudarse sin decirse absolutamente nada.

Peter estaba solamente en boxers y Tony después de quitarse la camisa tomó al menor y lo pegó a sí.

—No sabes lo mucho que me excitas.

Peter sonrió orgulloso, y deslizó su mano desde el pecho del mayor hasta la entrepierna para tomarla con la mano.

Tony lo besó fuerte mientras tocaba su trasero casi desnudo.

Luego la boca de Peter bajo hasta el torso del mayor el cual lucía apetecible, piel blanca y madura, pezones rozas y sexis, Tony era su debilidad.

Tony cayó sentado en la cama y abrió las piernas para tomar la cabeza de Peter y bajarla lentamente hasta allí, en medio de sus piernas.

—Comela cariño.

Dijo seguido de otro guiño.

Peter rápidamente metió la mano dentro de los pantalones del mayor y notó que el mayor no había mentido.
Pero quedó totalmente convencido cuando le bajó los pantalones.
Un miembro grande, grueso y con la punta rosa, ese tipo era perfecto.

—Mierda, eres una maravilla Stark.

Sabía que aquello le gustaría al mayor, lo tenía estudiado.

Tony sonrió y con una mueca lo invitó a chupársela, Peter no la pensó dos veces y tomó aquel miembro para comenzar a succionar, era el paraíso.
Tony, sus gemidos, su cuerpo, su piel, la situación, su miembro totalmente erecto entrado una y otra vez en su boca que lamía el pre semen que salía del glande.

Tony no pudo más y se puso de pie para follar el mismo la dulce boca del menor.

Comenzó muy rápido metiendo casi toda su longitud por la boca del menor ocasionandole arcadas, pero sufriendo de placer.

Peter masturbó el tronco del miembro mientras le lamía la punta del pene lo mejor que podía. Tony se corrió inevitablemente en el ir y venir de jadeos dejando la boca de Peter llena de su semilla.

—Vaya, pensé que lo de tu pene era un mito.

Tony sonrió sin aire, complacido y cansado, le había encantado, quizá había sido el mejor sexo oral en años.
Pensaba que quizá podría estar con Peter más que solo sexo, quizá sí era una ocasión diferente.

—Es una lástima que ya no pueda volver a verte.

—¿Por qué? — preguntó Tony, cuando Peter le disparó en la cabeza a Stark.

Era cierto que era sexy, y dotado con algo más que solo inteligencia, pero no podía tener rivales, le había gustado el juego pero las cosas eran así.

Guardó el arma en su saco otra vez y se vistió.
Le había encantado, eso fue real.