Capítulo 2

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Uno de los días que recuerdo con más claridad es esa tarde de miércoles gris, la lluvia no había parado desde la mañana y la humedad hacía que todo estuviera pegajoso

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Uno de los días que recuerdo con más claridad es esa tarde de miércoles gris, la lluvia no había parado desde la mañana y la humedad hacía que todo estuviera pegajoso. Por alguna razón Jungkook amaba los días nublosos, fríos y tranquilos.

Estaban sentados en esa cafetería de siempre y Jungkook no dejaba de mirar por la ventana y tocar el cristal como si pudiera atravesarlo y deshacer las gotas que se deslizaban. Es una imagen que nunca pude olvidar.

— Otra vez llega tarde, porque será que no me sorprende —Dijo Taehyung, negando

Entré haciendo sonar la campanilla de la puerta, traía mi paragua amarillo en la mano y me revolvía el cabello húmedo porque si, estaba mojado aún con el paraguas, debo ser la única persona en el mundo que no sabe usarlo

Apenas Jungkook me vio rodó los ojos y se levantó excusándose con que iría al baño a vaciar la malteada que acababa de tomarse, lo escuché, no fue muy disimulado al decirlo. Se suponía que nos habíamos reunido para solucionar nuestro pequeño problema de distanciamiento pero llegué tres minutos tarde, y si había algo que enfurecía a Jungkook era la impuntualidad, así fuera un minuto. Por eso Taehyung siempre anotaba cada fecha especial y se ponía una alarma en el teléfono que le avisara cuando tenía que salir a un encuentro con Jungkook

— Perdón por la tardanza, tuve que hacerles unas compras a mamá antes de venir

— La hora de la merienda ya paso —Taehyung siguió metido en su teléfono—. Siempre llegas tarde, no es la primera vez así que no te preocupes

Miré la hora en mi teléfono corroborando que no me hubiera equivocado, apenas habían pasado tres minutos de las cinco

— El horario de la merienda no termina

— Jungkook no merienda después de las cuatro y media

Y otra vez.

Mantuve silencio unos segundos antes de responder algo que pudiera desequilibrarlo, si, había olvidado ese detalle

—Bueno, yo sí meriendo después de las cuatro y media así que voy a hacerlo —Le hice seña a la empleada y le encargué una malteada de frutilla. Regresé mi vista a él, no veía que tuviera ninguna intención de darme su atención—. ¿Qué estas haciendo? ¿Hablas con alguien?

— Estoy buscando universidades que tengan profesorado de literatura y estén cerca, mira, esta universidad está a unos kilómetros —Me mostró la página por la que estaba navegando—. El tren les queda perfecto y tendrían cuarenta minutos de viaje, va, no sé ¿aún quieres estudiar literatura con Jungkook?

Su pregunta me dolió, y sí que lo hizo, me mordí el labio cruzandome de brazos y miré a otra parte, mis ojos aguados por la sensación de angustia que me causó. Otra vez pensé antes de responder y comencé a arrepentirme de pedir esa malteada de fresa porque últimamente cada conversación que tenía con Taehyung me dejaba el estómago revuelto

Antes de verlo me preparaba mentalmente para lidiar con él. Así que era algo con lo que ya me estaba acostumbrando. Nuevamente respiré profundo antes de hablar y me propuse sonreír y cambiar de tema

— El próximo mes entraremos de vacaciones, iremos a casa de mis tios en Pionyang ¿Lo recuerdas? Dijiste que ibas a pensarlo

Taehyung miró hacia las puertas de los sanitarios, por donde se había ido Jungkook

— No iré sin él

Respiré otra vez. Era difícil. Muy difícil.

— En el auto de mi madre solo queda un espacio libre y es para tí, también irán mis hermanos así que no podemos viajar uno arriba del otro

— Tengo planes —Bebió de su malteada y siguió deslizando en su teléfono. Suspiré rendido, bien, lo intentaría en otra ocasión—. No iré a ningún lugar contigo hasta que te disculpes con Jungkook, no puedo creer que todavía no seas capaz de hacerlo ¿No ves que está esperando que lo hagas?

— No voy a hablar de ese tema de nuevo

— Son dos inmaduros —Bufó dejando su malteada de lado y me miró, ahí noté sus ojeras, más marcadas que el día anterior—. Aunque quisiera no puedo ir, en serio tengo planes con Jungkook y le prometí que pasaríamos vacaciones juntos ¿Por qué no llevas a otro amigo?

Lo miré como si me estuviera tomando el pelo. Aunque supiera que en realidad, no era su intención hacerlo

— No tengo otro amigo

— Mentira, si hablas con todo el mundo

— Pero no son mis amigos, ah, olvidalo —Me rendí y no hablé por un par de minutos, él tampoco lo hizo. Nunca pensé que tendríamos momentos así de silenciosos, sin tener nada de que hablar, cada reencuentro parecía forzado, ya nada era igual—. ¿Tomaste tus pastillas?

— No las necesito, el resfrio me duró dos días

— Tienes que tomarlas

— Las pastillas no sirven de nada

— Tienes que hacerlo, Tae —Agarré su mano sobre la mesa, pero con mi primer toque se alejó incómodo y volvió a mirar hacia los sanitarios, como si tuviera miedo de que Jungkook saliera y pensara cualquier cosa errónea sobre nosotros. No quise desistir, lo único que quería era ayudarlo a seguir adelante por más que no me quisiera a su lado—. Por favor, tomalas

— ¡Que no! ¡No voy a tomar esas pastillas de mierda porque sabes que no solucionarán nada! —Su grito atrajo la atención de todos los clientes. Taehyung bajó la mirada, avergonzado guardó su cartera y su telefono, y sin darme tiempo a detenerlo se levantó—. Me voy a casa

— Tae no, espera

— Dile a Jungkook que le hablo luego

En ese momento la empleada llegó con mi malteada dejándola en la mesa. Lo dejé ir y suspiré dejandome caer en el respaldo del asiento. No había forma de hacerle entender que tenía que aceptar la realidad, sus intentos por hacerlo reaccionar siempre terminaban en una pelea

Ya no sabía que hacer.

Yo también me estaba desgastando.

Yo también me estaba desgastando

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Stay Alive | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora