Capítulo 3

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¿Qué súper poder te gustaría tener?

Durante su infancia (y no tan infancia teniendo a Lucas como amigo) había escuchado esa pregunta, de una forma tan repetitiva que podía casi adelantarse a las respuestas de personas que ni él mismo conocía. No es como si fuese adivino, pero las personas a la hora de desear una habilidad sobrenatural no son nada imaginativas, usualmente se suelen llevar por lo visto en películas de ficción. Las respuestas más repetidas siempre serían volar, leer mentes, controlar algún elemento natural y volverse invisible. No era algo que criticase, cosa sorprendente porque aceptaba que la mayor parte del tiempo se quejaba de cualquier elemento de la sociedad, pero esta vez no podía. Jaden siempre respondía que le gustaría tener el poder de controlar el agua.

Y hasta ese día, no cambió su respuesta.

Ahora, teniendo a la chica que había dibujado en frente, no deseaba controlar el agua. Lo que realmente necesitaba era ser capaz de abrir la tierra y meterse dentro, poder crear túneles subterráneos a su antojo y huir por ellos, entre las sombras.

-¿Mudo? ¿Sordo? - volvió a hablar la chica, poniéndose de cuclillas con sus manos apoyadas en sus rodillas. Le miraba con curiosidad. - Sé lengua de signos.

Antes de que empezase a hacer unos gestos con las manos que Jaden estaba seguro de que no entendería, comenzó a negar rápidamente con su cabeza, como si se estuviese sacudiendo una gran cantidad de agua de su pelo.

-Perdón.

La chica de ojos verdes sonrió ante la pequeña y casta respuesta que Jaden pudo formular. Podía estar haciendo el ridículo, pero se sintió satisfecho al poder al menos demostrar que no era ni sordo ni mudo, solo alguien terriblemente tímido dadas las circunstancias.

Por lo general, no tenía problemas en entablar una conversación con cualquier desconocido si le paraban por la calle, mayoritariamente turistas pidiendo indicaciones, cosa que disfrutaba un montón ante la oportunidad de poder recomendarles lugares de su ciudad y soltar algún dato de interés; ahora, era diferente. Aquella chica le había pillado dibujándola, algo que aunque sonase exagerado, lo veía como atentar contra su intimidad. Aunque haya sido inconscientemente, la había usado como modelo sin su permiso.

-Tranquilo, me suelen dibujar mucho cada vez que viajo.

Mantuvo la vista al frente, tragando saliva con fuerza mientras la chica se sentaba a su lado en el suelo con total confianza. Como si no fuesen unos completos desconocidos.

-¿De verdad?

-Claro que no - soltó con un tono de broma algo brusco, parecía disfrutar burlándose de que por un segundo la creyó, - te lo he dicho solo porque parece que estás a punto de tener un infarto.

Si pudiese avergonzarse un grado más, lo habría hecho, pero ya parecía haber alcanzado su tope personal. Decidió quedarse en silencio para evitar un posible tartamudeo que le dejase aún más en evidencia, ya no tenía intenciones de seguir hablando, su escueta conversación ya era más que suficiente para que Jaden le confirmase que estaba arrepentido y avergonzado. No quería extender más su sufrimiento.

La miró de reojo esperando a que se marchase, incluso era capaz de arrugar su dibujo para demostrarle que era consciente de su error, pero parecía muy tranquila sentada en las escaleras a su lado. Carraspeó, sustituyendo algo de su vergüenza por molestia, ya notando una clara invasión de su espacio personal por demasiado tiempo.

Era mona, negarlo seria mentir, pero no era el momento adecuado para estudiar con detenimiento su rostro, solo quería volver a su cómoda y segura soledad. Además, sentía que, si volvía a mirarla a los ojos de forma directa, posiblemente terminaría desmayado. Demasiadas emociones fuertes en un período muy corto de tiempo para un chico cuyo pasatiempo favorito es estar dibujando con música clásica de fondo. A su alrededor siempre reinaba la tranquilidad, al menos hasta que se inmiscuyó en sus dibujos.

MusaWhere stories live. Discover now