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*Leer el Aviso/Principio de nuevo.
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-¡No me subestimen, bastardos!

Kaminari analizó a Bakugou de arriba a abajo mientras esté se retorcía de molestia en el autobús.

-¿Sabes? Llevamos un par de horas de conocerte y básicamente ya todos sabemos que tienes una personalidad horrible-le molestó con una sonrisa coqueta.

Kaminari no tenía sentido del peligro.

-¡Repite eso, pedazo de idiota!-le gruñó Bakugou alterado y molesto.

Kaminari se rió al ver a Bakugou actuar de esa manera ya que le recordaba a esos perritos pequeños y peludos que por alguna razón eran súper agresivos.

¿Cómo se llamaban? Ah sí...

-Eres como un chihuahua-soltó Kaminari sin pensar, lo que ocasionó que el resto de la clase se riera por la comparación.

Bakugou le lanzó una mirada fulminante preparado para cometer un homicidio.

-Eres divertido-rió una vez más el eléctrico.

Pensó que iba a ser explotado pero el cenizo pareció apaciguarse al ver cómo el más bajo se ahogaba en su propia risa, así que solo se sentó enfurruñado en su lugar.

Cuando por fin dejó de reírse, un sonriente chico eléctrico se recostó en el hombro del rubio cenizo por el resto del camino bastante cómodo.

Bakugou le gruñó pero no lo apartó.

Kaminari cree que ha encontrado a la persona de la cual se va a adherir como moco a la pared.

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