All For Us ||Pietro Maximoff||

3. Howard Stark

No podía creer que estuviéramos enfrente de nuestro abuelo, él había muerto con la abuela en 1991, cuando solo teníamos dos años, así que mucho sobre ellos no sabíamos, además papá no solía hablar mucho de ellos.

Tampoco queríamos traerle malos recuerdos si es que los tenía con su padre, así que nos mantuvimos en silencio, lo miré detenidamente, era demasiado joven y se parecía demasiado a papá y a Edward.

—Lo volveré a preguntar por qué pienso que sois sordos o no habláis mi idioma... ¿Quiénes sois? —nos preguntó él serio, Edward y yo nos miramos.

—Somos tus nietos —miré sorprendida a Ed, en estos momentos solo quería darle un fuerte golpe para ver si de esa manera se le acomodaban las ideas que tenía el idiota de hermano que tenía.

—¿Qué? —nos preguntó él.

—Lo que oyes anciano —volteé los ojos—. Ella es Alexia Maria Stark y yo soy Edward Howard Stark, ¿en qué año se supone que estamos? 

—Estáis en 1941.

Edward y yo nos miramos sorprendidos.

—Dime que puedes hacernos volver —susurró Ed mientras yo sonreí inocente. El problema es que había empleado demasiado mi magia y por mucho que lo intentara era algo realmente imposible.

Al menos hasta que tuviera todas mis fuerzas, aunque debía reconocer que nunca me había pasado algo así. Así que, al igual que Ed estaba un poco asustada, pero no iba a decirlo para que no cundiera el pánico.

—Por el rostro de tu hermana creo que no vas a poder iros, al menos no hoy.

Miré sorprendida a mi abuelo, ¿es que acaso leía mentes? Qué miedo. 

Edward me miró asustado, y ya en ese momento sabía que las cosas estarían complicadas y que él se asustaría y se preocuparía aún más.

—Calma, estoy segura de que si descanso un poco podremos volver. Aunque es tu culpa Ed, tú quisiste venir aun cuando te dije que no lo hiciéramos... ¡Te dije que era una muy mala idea!

—¡Debiste convencerme de que sería una muy mala idea!

Le di un golpe en la nuca mientras lo miraba mal. ¿Con qué cara me decía eso? Maldito idiota de hermano que me cargaba. 

Aún encima quería culparme a mí por su error, sabiendo desde el primer momento que sería una muy mala idea, pero claro culpemos a la pobre Alexia.

—¡Auch! —se acarició con cuidado la zona afectada viéndome mal.

—Merecido por idiota que eres, mira que te lo dije. Además, está claro que los viajes en el tiempo siempre suelen salir mal y aquí tienes la maldita prueba animal.

Él volteó los ojos.

—En mi defensa pensé que sería una muy buena idea, estamos viendo a nuestro abuelo, que por cierto es feo.

—¡Oye! —miramos enfadados a mi abuelo.

—¡Calla! —le espetamos molestos mientras volvíamos a vernos.

—Te dije que era mala idea y no tiene nada de divertido. ¿Y si ya no funcionan mis poderes? ¿Eres consciente de que podemos alterar la línea del tiempo? ¡No podemos quedarnos aquí!

—¡Lo sé! 

Volteé los ojos.

—Lo dudo, igual de idiota que papá.

—Por eso es multimillonario, ¿verdad? —volteé de nuevo los ojos.

¿Nos estaría buscando papá? ¿O cuándo nos fuimos todo paro de golpe y volvería a la normalidad cuando volveríamos? Tenía tantas preguntas y muy pocas respuestas.