12 de noviembre de 2021

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Hoy quedamos de vernos, la hora es incierta, pero siempre es así con él.   Hoy será el segundo intento de comunicación luego de la que titularé "la noche de las cartas sobre la mesa" Mostré mis conjeturas, porque  las señales son y han sido obvias,  necesitaba decirlo, aunque debo reconocer que solamente argumenté los escenarios montados en redes sociales y las que se le notan al yeta; desde el primer día que vino a mi casa hasta hoy, sé que recibe órdenes precisas de qué, cuándo y cómo decir cosas pasivo agresivas, que al comienzo las asumí como casualidad y mala cuea, pero ahora toman su lugar en el todo.   Sin justicia no hay paz, esa frase comencé la conversación, señalando además que si esta es su forma de hacer justicia buscando obtener la paz necesaria para avanzar, lo comprendo y seguiré acá; hasta que mis fuerzas se agoten y la venganza socave este amor que nace en medio del más abrumador y doloroso recuerdo; el nuestro. Fueron tantos años lejos imaginando sus caricias, besos y como no, su cálida violencia.

Sentí alivio diciéndolo, porque al menos sabe que lo sé y quedarse es y será siempre una opción. Su amor, como el ave fénix nace de las cenizas de los rescoldos de una absurda y triste historia con una anunciada e infeliz muerte, al menos desde esta vereda, la del perdedor.

Y es que su morena piel es dulce y venenosa como el exquisito mocachino justo en medio de la más cruda mañana.  Su aroma traspasa cada fibra alienando cada infeliz recuerdo. La suavidad que adornan sus brillantes ojos cansados, me invitan a dejar de lado por un instante mi penitencia para entonces fascinarnos con nuestra locura, porque cuando le ganamos al dolor somos uno, únicos e invencibles.  Puedo verlo en un breve y tierno descuido cuando por fin hago contacto con el azabache iris de su atribulada alma. La sensación de su lengua recorriendo cada centímetro de mi boca y sus manos escarbando el suelo árido y llano de mi suelo, son para mí lo mejor de estos largos 16 noviembres.

ropa por ropa, miedo a miedo, a cada fantasma los pone en pausa y se entrega a mis caricias, mis besos aún los apartan, aunque debo reconocer que cada vez menos, con menos fuerza.

15 de mayo de 2018Where stories live. Discover now